Lecturas del Convenio Unido para el Domingo, 30 de Marzo, 2025

Giliana Kudsha

Una Advertencia sobre la Variante Delta

Mis queridos hermanos y hermanas, fieles ovejas de la casa de mi Padre. La paz sea con vosotros.

Con la variante actual de COVID que se llama Delta, es probable que cause la muerte de más jóvenes y ancianos. Es importante que aquellos de vosotros con niños y niñas tengáis más precaución de lo habitual. Los que son ancianos o con enfermedades crónicas y sistemas inmunes debilitados también deben tomar muchas precauciones con respecto a su seguridad. Esta variante puede ser la más contagiosa y mortal hasta la fecha. Me entristece decir que un número sin precedentes de niños, niñas y otros morirán en esta temporada de la nueva variante. Os ruego a cada uno de vosotros que no penséis que el Creador es la causa. Él no es la causa de esta enfermedad. La malvada ha desatado, mediante las manos de sus propios siervos humanos, esta enfermedad, y la malvada tiene planes para que se desarrollen enfermedades adicionales.

Los científicos y los funcionarios de la salud del mundo han confirmado que las vacunas anteriores no tienen ningún efecto sobre la variante Delta. En otras palabras, si recibisteis una vacuna para ayudar a prevenir el COVID, se cree que es inútil contra la variante Delta. Si se hace una vacuna, es una elección personal aceptarla o no. Sin embargo, si una vacuna contiene ingredientes de fetos abortados, sería una violación de las Escrituras de todas las Comunidades Espirituales dentro de la Religión de la Luz recibir tal vacuna.

No solo debéis orar por la seguridad y protección de vosotros mismos y de vuestras familias y amigos, sino también por toda la asamblea del pueblo de mi Padre – vuestros hermanos y hermanas espirituales en la fe.

Si sois fieles en vuestra andadura por el camino santo del Padre, y perdéis vuestra vida por cualquier motivo, vuestra alma será protegida y será llevada a Su rebaño espiritual y será dada curación y descanso en el paraíso. Esto lo prometo, porque no es de mi boca, sino de la mismísima palabra de mi Padre que está en los cielos.

Estoy siempre con vosotros.

Enseñanzas de la Luz Capítulo 57:

Negatividad

1 Nunca permitáis que la negatividad de los demás os marque permanentemente vuestra visión de la vida.

2 Cuando vivís con una perspectiva negativa constante, a cambio no esperéis recibir nada en la vida sino negatividad.

3 No habléis negativamente de vuestros hermanos, sino más bien hablad de vuestros hermanos con alabanza y honor.

4 Nunca haréis que vuestro hermano o vuestra hermana desarrolle un corazón de negatividad. En vez de eso, animad y exhortad a vuestro hermano o a vuestra hermana a seguir esforzándose por hacer la Voluntad del Padre de la Grandeza.

 

Didaché Capítulo 11:

Sobre Maestros, Apóstoles, y Profetas

1 Quien sea que, por lo tanto, venga y os enseñe todas estas cosas en las que os hemos escrito – que se han dicho antes a otros – recíbanle.

2 Pero si el propio maestro cambia y enseña otra doctrina que es contraria a esta, ni siquiera le escuchen.

3 Pero si enseña de tal manera que aumenta la rectitud y el conocimiento de Yahweh – entre ustedes y otros – recíbanle como a Nuestro Señor Yeshúa.

4 Pero en cuanto a los Apóstoles y a los Profetas, actúen de acuerdo con el decreto del Evangelio.

5 Dejen que cada Apóstol que viene a ustedes sea recibido como Nuestro Señor Yeshúa.

6 Pero no permanecerá dentro de su casa más de uno o dos días si hay una necesidad.

7 Pero si permanece más de tres días sin ninguna necesidad, podría ser que es un falso profeta.

8 Y cuando el Apóstol se vaya de su compañía no le dejen que se lleve nada con él, excepto una cantidad suficiente de pan para el periodo de tiempo que necesita para encontrar un lugar donde alojarse.

9 Si pregunta por dinero, podría ser que es un falso profeta.

10 Y no probarán ni juzgarán a cualquier Profeta que hable en el Espíritu, porque todo pecado será perdonado, pero este pecado no será perdonado y solo el Mesías les hará responsables por su mala conducta.

11 Pero no todo el que habla en el Espíritu es un Profeta, pero solo si se mantiene fiel al Camino del Mesías.

12 Por lo tanto, el falso profeta y el verdadero profeta serán conocidos por sus comportamientos.

13 Y cada Profeta que pida comida mientras esté en el Espíritu no debe ser el primero en tomar de ella en la mesa salvo que sea de verdad un falso profeta.

14 Y cada Apóstol o Profeta que enseñe la Verdad, pero no ande conforme a lo que enseña, es un falso apóstol o un falso profeta.

15 Y cada profeta, probado que sea verdadero, trabajando en el misterio de la Iglesia en el mundo, pero que no enseña a otros a hacer lo que él mismo hace, no será juzgado entre ustedes, pues es con el Creador que él tiene su juicio; pues fue lo mismo con los profetas Antiguos.

16 Pero quienquiera que diga, mientras esté profetizando o hablando en el Espíritu, “Dame dinero”, o pida algo más como pago por su enseñanza, no le escuchen a él.

17 Pero si les dice que den por el bien de otros que tienen necesidad, que nadie lo juzgue, ya que él es movido a hablar por el Espíritu.

El Libro de la Verdad, El Siervo del Centurión, 147:1.1-4:

1. El Siervo del Centurión

147:1.1

El día anterior a la partida del grupo apostólico para la fiesta de la Pascua en Jerusalén, Mangus, un centurión o capitán de la guardia romana estacionado en Capernaum, fue a ver a los rectores de la sinagoga, dijo: «Mi ordenanza fiel está enfermo y a punto de morir. ¿Podéis vosotros ir a ver a Jesús en mi nombre e implorarle que cure a mi siervo?» El capitán romano decidió proceder de este modo, porque pensaba que los líderes judíos tendrían más influencia sobre Jesús. Así pues, los ancianos fueron a ver a Jesús y su vocero dijo: «Maestro, te imploramos que vayas a Capernaum y salves al siervo favorito del centurión romano, quien es digno de tu atención porque ama nuestra nación y aun nos ha construido la sinagoga en la que has hablado tantas veces».

147:1.2

Y cuando Jesús les oyó, dijo: «Iré con vosotros». Así pues fue con ellos a la casa del centurión, y antes de entrar ellos al patio, el soldado romano envió afuera a sus amigos para que saludaran a Jesús, instruyéndoles que dijeran: «Señor, no te molestes en entrar a mi casa, pues yo no soy digno de que entres bajo mi techo. Tampoco me consideré yo digno de ir a verte; por eso envié a los ancianos de tu pueblo. Pero sé que puedes decir la palabra desde donde estás y mi siervo sanará. En efecto, yo mismo tengo jefes que me ordenan, y yo ordeno a mis soldados, y le digo a éste que vaya y él va; le digo a este otro que venga y él viene y a mis siervos que hagan esto y aquello, y lo hacen».

147:1.3

Y cuando Jesús oyó estas palabras, se volvió y dijo a sus apóstoles y a los que estaban con ellos: «Me maravilla la fe de este gentil. De cierto, de cierto os digo, no he encontrado una fe tan grande, no, no en Israel». Jesús dio la espalda a la casa, y dijo: «Vayámonos de aquí». Y los amigos del centurión entraron a la casa y le dijeron a Mangus lo que Jesús había dicho. Desde ese momento el siervo comenzó a sanar y finalmente recobró por completo su salud y utilidad normal.

147:1.4

Pero nunca supimos exactamente qué pasó en aquella ocasión. Éste es simplemente el relato, y no fue revelado a los que acompañaban a Jesús si los seres invisibles operaron la curación del siervo del centurión o no. Sólo conocemos el hecho de la recuperación completa del siervo.