Giliana Kudsha
Lecturas para las Congregaciones
El séptimo día de la semana (Sábado), debéis reuniros para leer porciones de la Torá1. Los Domingos, debéis leer las palabras de la Didaché2. Los Lunes, debéis leer el Evangelio del Santo Profeta Mani3. Los Miércoles, debéis leer las palabras designadas del Oahspe4 [solo libros específicos del Oahspe]. Los viernes y días especiales relacionados con su texto, debéis leer la sección IV del Libro de la Verdad; el Libro no solo complementa las escrituras ya mencionadas para el Convenio Unido, sino que también ayuda a solidificar los conceptos enseñados dentro del Convenio.
Además de estos libros, debéis continuar leyendo los textos sagrados que son tradicionales en vuestra comunidad, como por ejemplo: los Salmos de Israel, los Proverbios de Salomón, el Nuevo Testamento, los Evangelios de Mateo y Tomás, la Epístola de Santiago, y otros. Pero todos los días, debéis leer las palabras de la Giliana Kudsha5.
Si no podéis reuniros como una congregación, debéis leer y meditar sobre estas Escrituras en privado. Al hacerlo, orad siempre pidiendo sabiduría y guía. Orad antes y después de leer las Escrituras.
Notas del Editor
1 Los textos tradicionales del Shabat son de los 5 primeros libros de Moisés: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, y Deuteronomio. Mir Izgadda no menciona la lectura de la Haftará.
2 La Didaché, también conocida como las Enseñanzas de Jesucristo mediante los Apóstoles. Este es un texto sagrado compuesto alrededor del año 50 D.C.
3 Una recopilación de textos traducidos de diversas fuentes Maniqueas.
4 Libros para leer de la Biblia Oahspe: Oahspe, La Voz del Hombre, El Libro de Jehovíh (Capítulos I-VIII), El Libro del Juicio (Capítulos I-XXXVIII), el Libro de la Inspiración (Capítulos I-XVII), El Libro del Reino de Jehovíh en la Tierra (Capítulos I-XXVI), y El Libro de la Disciplina (Capítulos I-XIV)
5 Consulte las siguientes secciones de este folleto para obtener más información: “Vuestro Libro Sagrado”, y “Alimentándose de las Palabras Sagradas”.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 90:
Guerreando Contra el Creador
1 Cualquiera que se ponga a sí mismo entre el Creador y la humanidad, trayendo muerte a su hermano o hermana, declara la guerra contra su Creador.
2 Cualquiera que intente hacer la guerra contra el Creador se verá a sí mismo acusado de alinearse con la malvada y de tal manera perderá la oportunidad de salvar su alma.
3 Enseñar herejía dentro de la Asamblea de los Justos, propagar rumores y participar en cotilleo sobre los valiosos hermanos se equipara a guerrear contra el Padre de la Grandeza.
El Libro de la Verdad: Cinco Meses de Prueba – 138:9:
9. Cinco Meses de Prueba
138:9.1
Este período un tanto monótono en que se alternaban la pesca y la obra personal resultó ser una experiencia agotadora para los doce apóstoles, pero soportaron la prueba. Pese a sus quejas, incertidumbres e insatisfacciones pasajeras, permanecieron fieles en sus votos de devoción y lealtad al Maestro. Fue su asociación personal con Jesús durante estos meses de prueba lo que hizo que tanto lo amaran, que todos ellos (salvo Judas Iscariote) permanecieran leales y fieles a él incluso en las horas tenebrosas del juicio y la crucifixión. Los hombres cabales no podían realmente abandonar a un maestro venerado que tan cerca de ellos había vivido y que tanto se había dedicado a ellos como lo hizo Jesús. Durante las horas sombrías de la muerte del Maestro, los apóstoles apartaron de su corazón toda razón, juicio, y lógica para dar cabida a una sola emoción humana extraordinaria—el supremo sentimiento de amistad-lealtad. Estos cinco meses de trabajo con Jesús llevaron a estos apóstoles, a cada uno de ellos, a considerarle como su mejor amigo en todo el mundo. Y fue este sentimiento humano, más que sus extraordinarias enseñanzas o sus acciones maravillosas, lo que les mantuvo juntos hasta después de la resurrección y de la renovación de la proclamación del evangelio del reino.
138:9.2
Estos meses de trabajo tranquilo no fueron solamente una gran prueba para los apóstoles, prueba que supieron superar, sino que esta temporada de inactividad pública fue también una gran prueba para la familia de Jesús. Por la época en que Jesús estaba listo para comenzar su ministerio público, toda su familia (excepto Ruth) prácticamente lo había abandonado. Sólo en unas pocas ocasiones intentaron, de allí en adelante, comunicarse con él, y en esos casos, era para tratar de persuadirlo de que regresara al hogar con ellos, pues casi se habían convencido de que estaba fuera de sí. Sencillamente, no podían comprender su filosofía ni a entender sus enseñanzas; todo esto era demasiado para los de su propia carne.
138:9.3
Los apóstoles prosiguieron con su obra personal en Capernaum, Betsaida-Julias, Corazín, Gérasa, Hipos, Magdala, Caná, Belén de Galilea, Jotapata, Ramá, Safed, Giscala, Gadara y Abila. Además de estas ciudades, también trabajaban en muchas aldeas así como en la campiña. A fines de este período los doce habían establecido planes bastante satisfactorios para atender a las necesidades de sus respectivas familias. La mayoría de los apóstoles eran casados, algunos tenían varios hijos, pero pudieron arreglar tan bien las cosas para el mantenimiento de la familia que, con un poco de ayuda de los fondos apostólicos, podían dedicar todas sus energías a trabajar con el Maestro sin tener que preocuparse por el bienestar económico de sus familias.