Giliana Kudsha
Aferraos a lo que es Santo
No puedo aprobar los actos injustos hechos en nombre de varias religiones y filosofías, ya sea el Hinduismo, el Judaísmo, el Budismo, el Cristianismo, el Islam o cualquier grupo político. Si una religión trae verdadera paz, iluminación y benevolencia a la humanidad, entonces dentro de ella hay algo de verdad.
Hay violencia en todas las religiones creadas por la humanidad. Yo no os digo que desechéis vuestra religión a menos que sea una religión que no sea de Dios. No os he dicho que no se os permite leer los textos sagrados de vuestra religión a menos que esos textos no sean verdaderos. Hay verdades en los libros de casi todas las religiones del mundo, pero también hay escritos que pueden confundir a los simples. Hay una gran diferencia entre la luz y la oscuridad. Hay textos sagrados que se originaron con Dios y Sus Mensajeros y Profetas, y hay textos que se originaron con la malvada y sus siervos. Tomad lo que es sagrado y alimentaos de sus palabras. Aferraos firmemente a lo que es sagrado. Eliminad de vosotros mismos lo que es malvado.
Buscad a Dios y a Su luz; sed caritativos con todos y sed una luz para todos con los que os encontréis; al hacerlo así seréis guiados por la propia mano de Dios. ¡Dios es Rey!
Enseñanzas de la Luz Capítulo 10
Las Creencias de Otros
1 Extended bondad a todas las personas, independientemente de sus creencias, pero no aceptéis sus ilusiones como vuestras creencias.
2 Respetaréis el hecho de que otras personas tienen el privilegio de creer o no creer en lo que quieran.
3 Tienen el privilegio de elegir entre la vida o la muerte. La elección es suya.
4 Habrá que dar cuentas por todo.
5 Después de que compartáis el Mensaje de la Luz con los demás, si todavía os faltan el respeto o intentan hacer que perdáis vuestro tiempo, seguid adelante, porque vuestro tiempo en la tierra es limitado y alcanzaréis al mayor número de personas posible con vuestro mensaje.
6 No juzguéis a los que rechazan lo que habéis compartido. Su juicio no está en vuestras manos.
El Evangelio de Mar Mani Capítulo 25:
1 Ahora, la Vida y la Alegría, la Fe y la Verdad donde vive el hombre, corresponden a las dos Naves de la Luz, porque el Alma Viva sube en ellas y por medio de ellas se desvanece, sube de los Abismos de abajo y alcanza a la Altura de arriba.
2 Así que el Sol y la Luna* son nuestro Camino, la puerta por la que avanzamos al mundo de nuestro verdadero ser el ser celestial de la Luna que recoge los muertos y no duerme; el ser celestial del sol que eleva lo que ha sido refinado, el sello y la semejanza de la Imagen del Padre, el signo de la Alegría, la victoria sublime.
* (metáforas)
3 Es la Puerta de la Vida y el Carro de la Paz llevando a este Gran Eón de la Luz; es la Puerta del ascenso de las Almas.
4 Observad cuántos son los actos de amor que hace por los hombres: cuando llega a esto y amanece, hay Cinco características que muestra el Sol: su luz, su belleza, su paz, la vida del Alma Viviente, ya que da un poder a los Elementos.
El Libro de la Verdad, El Discurso sobre la Oración – 144:2.1-6:
2. El Discurso Sobre la Oración
144:2.1
«Efectivamente Juan os enseñó una forma sencilla de oración: ‘¡Oh Padre, límpianos del pecado, muéstranos tu gloria, revélanos tu amor, y deja que tu espíritu santifique nuestro corazón para siempre jamás, amén!’ Él os enseñó esta oración para que vosotros tuvierais algo que enseñar a las multitudes. No era su intención que usarais tan establecida y convencional súplica como expresión de vuestra propia alma en la oración.
144:2.2
«La oración es una expresión enteramente personal y espontánea de la actitud del alma hacia el espíritu; el rezo debe ser la comunión de la filiación y la expresión de la hermandad. La oración dictada por el espíritu, conduce al progreso espiritual cooperativo. La oración ideal es una forma de comunión espiritual que conduce a la adoración inteligente. La oración verdadera es la actitud sincera en pos de los cielos para alcanzar vuestros ideales.
144:2.3
«La oración es el aliento del alma y debe conduciros a persistir en vuestro intento de conocer la voluntad del Padre. Si alguno de vosotros tiene un vecino, y vas a verle a la media noche para decirle: ‘amigo mío, préstame tres panes, porque acaba de llegar un viajero amigo mío, y nada tengo para darle’; y tu vecino responde, ‘ya no me molestes; mi puerta ya está cerrada y mis hijos y yo ya estamos acostados; por eso no puedo levantarme a darte pan’, pero perseverarás y explicarás que tu amigo tiene hambre, y que no tienes comida para darle. Y yo te digo que si tu vecino no quiere levantarse para darte pan por amistad, se levantará y te dará tantos panes como necesites simplemente para que no lo importunes más. Así pues, si la perseverancia gana el favor de un simple mortal, imaginaos cuanto más ganará vuestra perseverancia en el espíritu, el pan de la vida de las manos generosas del Padre en el cielo. Nuevamente os digo, pedid y se os dará; buscad y encontraréis, golpead la puerta y se os abrirá. Porque el que pide recibe; el que busca encuentra; y el que golpea la puerta de la salvación, la puerta se le abrirá.
144:2.4
«¿Qué padre entre vosotros, ante la súplica inmadura del hijo, vacilaría en dar según la sabiduría paterna, y no de acuerdo con la solicitud errónea del hijo? Si el niño necesita pan, ¿le darás una piedra sólo porque insensatamente la solicitó? Si tu hijo necesita pescado, ¿le darás una serpiente de agua sólo porque apareció en la red con el pez y el niño tontamente la pide? Si vosotros, mortales y finitos, sabéis cómo responder a las súplicas y dar a vuestros hijos dones buenos y apropiados, ¡cuánto más dará espíritu y cuantas bendiciones adicionales dará vuestro Padre celestial a los que se lo pidan! Los hombres deben siempre orar sin perder nunca la esperanza.
144:2.5
«Dejadme contaros la historia de cierto juez que vivía en una ciudad donde dominaba el mal. Este juez no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Habitaba en esa ciudad una viuda menesterosa que fue repetidamente a ver a este juez injusto, diciendo: ‘Protégeme de mi adversario’. Durante cierto tiempo no le prestó él atención, pero finalmente observó para sus adentros: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, será mejor que reivindique a esta viuda para que deje ya de molestarme con sus continuas súplicas’. Os cuento estas historias para alentaros a perseverar en la oración; no para sugerir que vuestras súplicas puedan cambiar al Padre justo y recto en el cielo. Vuestra perseverancia no es para ganar el favor de Dios, sino que cambiará vuestra actitud terrestre y ampliará la capacidad de vuestra alma para recibir el espíritu.
144:2.6
«Pero cuando oráis, ejercéis tan poca fe. La fe genuina es capaz de mover montañas de dificultades materiales encontradas en el camino de la expansión del alma y del progreso espiritual».