Giliana Kudsha
La Fe y la Restauración
La relación fiel del Remanente con el Creador es fuerte. Es un proceso profundo y continuo y muy personal. La relación de uno con el Padre no es una experiencia de un solo momento. El Remanente se esfuerza por alcanzar la perfección, aunque en la tierra aún no ha alcanzado esa etapa, y por lo tanto se espera que todos los que estén dentro de la familia de la Religión de la Luz tengan el mismo nivel de fidelidad.
Si has desarrollado dudas en tu corazón o mente, o si crees que tu relación con el Creador ha menguado, es importante tomar medidas para sanar la ruptura que ha ocurrido. Uno de estos pasos es reconocer tus propias ofensas y perdonar siempre a cualquiera que te haya perjudicado. A menudo, perdonar a los demás es una tarea difícil, pero como Cristo enseñó, es necesario para la salvación del creyente. Por lo tanto, esto requerirá mucha honestidad, reflexión personal y una voluntad de no aferrarse a los rencores o a la ira contra los demás cuando nos hayan ofendido. Del mismo modo, si has pecado contra otros, pídeles que te perdonen.
El Padre Celestial les ha dado a Sus hijos e hijas varios medios por los cuales pueden restaurar su relación con Él y fortalecer su fe. Dos de estos son la oración y la meditación. Al reservar tiempo cada día para estar en la Presencia de Dios a través de la oración y la meditación, recibirás guía, consuelo y fuerza espiritual.
Leer y reflexionar sobre las Escrituras de tu comunidad espiritual te ayudará a obtener una comprensión más profunda de la naturaleza del Padre y de los principios de la Religión de la Luz. Encontrarás que hay ciertos pasajes y enseñanzas en los textos sagrados que resuenan contigo y que proporcionarán guía para tu alma.
Fortalecer tu fe y restaurar tu relación con Dios es un proceso que requiere paciencia, persistencia y ganas de crecer y aprender. Siempre mantente abierto a la guía del Espíritu de Santidad para enseñarte la Voluntad del Padre.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 18:
Escepticismo
1 Una actitud de mente escéptica, o cerrada, es una barrera para desarrollar la confianza adecuada en la Revelación Divina.
2 El que tiene una actitud escéptica generalmente tiende a desconfiar de todas las cosas que se le presentan, ya sea que sean invisibles para él o incluso cosas que están físicamente presentes ante sus propios ojos.
3 El hombre escéptico irá por todo el mundo en busca de la verdad y al hacer esto gastará todo su tesoro, incluso hasta el último día de su existencia.
4 Un hombre así nunca será feliz con nada en su vida y, como tal, él nunca encontrará satisfacción de los deseos de su carne.
5 Desafortunadamente en esta era, la gente está rodeada de tanto fraude religioso que no consiguen ver ninguna verdad en ninguna religión o en declaraciones de carácter religioso, incluso si pueden ser respaldadas por fuentes históricas y seculares.
El Libro de la Verdad, El Traslado del Campamento a Pella – 163:5.2-3
163:5.2
Después de levantarse el campamento de Magadán, David Zebedeo retornó a Betsaida y comenzó inmediatamente a reducir su servicio de mensajeros. El reino estaba entrando en una nueva fase. Diariamente llegaban peregrinos de todas partes de Palestina y aun de otras regiones remotas del imperio romano. Venían ocasionalmente creyentes de Mesopotamia y de las tierras al este del Tigris. Por consiguiente, el domingo 18 de diciembre, David con la ayuda de su cuerpo de mensajeros, cargó los enseres del campamento sobre los animales de carga; estos enseres provenían del anterior campamento junto al lago de Betsaida y que hasta entonces se habían guardado en la casa de su padre. Despidiéndose de Betsaida por el momento, procedió hacia el sur por la orilla del lago y a lo largo del Jordán hasta cierto punto situado a aproximadamente un kilómetro al norte del campamento apostólico; y en menos de una semana estaba preparado para ofrecer hospitalidad a casi mil quinientos peregrinos. El campo apostólico podía alojar a unos quinientos. Era ésta la temporada de lluvias en Palestina, y se necesitaba este refugio para el número de interesados en constante aumento, en su mayoría sinceros, que venían a Perea para ver a Jesús y escuchar sus enseñanzas.
163:5.3
David hizo todo esto de su propia iniciativa, a pesar de que se había asesorado con Felipe y Mateo en Magadán. Colocó la mayor parte de su cuerpo anterior de mensajeros como asistentes para la administración de este campamento; en este momento, utilizaba menos de veinte hombres en servicios regulares de mensajeros. Cerca de fines de diciembre y antes del retorno de los setenta, casi ochocientos visitantes estaban reunidos alrededor del Maestro, y encontraron alojamiento en el campamento de David.