Giliana Kudsha
Las Palabras que Hablo
Si leéis, estudiáis, contempláis o escucháis Mis palabras con devoción y a diario, vuestros pecados serán eliminados. Las palabras que hablo son del Padre que me las da a Mí para beneficio de Su Remanente.
Cuando leáis o escuchéis Mis palabras junto con las experiencias de devotos con una actitud seria, Yo estaré con vosotros.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 64:
Política
1 Si tú, como un Pactario, eres un ciudadano de un país o de una tierra que se adhiere a un sistema político que tiene el potencial de causar daño a otros seres vivos, denigra los derechos humanos o fuerza a los ciudadanos de la nación a seguir leyes necias o a pagar impuestos innecesarios y despilfarra los fondos de los ciudadanos, tienes todo el derecho a hablar en contra de tal sistema.
2 Cuando protestes contra violaciones de los derechos humanos y de la decencia, hazlo por medios pacíficos.
3 Un Pactario debe ser consciente de los ideales políticos que se promueven en el país en el que él o ella reside. De lo contrario, uno puede encontrarse a uno mismo descuidando los deberes de defender los derechos de uno mismo y de los demás
4 Además, tener un conocimiento general de las leyes de la nación también puede ayudar a compartir efectivamente el Mensaje de la Luz con los demás, sobre todo cuando ciertas ordenanzas son pasadas en varias ciudades o pueblos que podrían impedir o limitar la propagación de la Religión de la Luz en el área local de uno.
5 Tener conocimiento de un sistema político y defender los derechos de los ciudadanos de un país no significa que uno se tenga que implicar excesivamente con el proceso político.
6 Uno puede defender los derechos humanos básicos y ser una luz por la igualdad sin presentarse a un cargo político.
7 Los Pactarios defienden los derechos de todos los seres vivos – los derechos de las mujeres, derechos de los niños y niñas, y de todos los individuos.
8 Si vas a ser una voz a favor de los derechos de los demás, deberías tener algo de conocimiento sobre el sistema político del lugar en el que resides.
9 Deberías tener conocimiento de quienes están a favor y en contra de tales derechos y tener una comprensión de las políticas que están siendo impulsadas por ciertos líderes políticos – ya estén a favor o en contra de tales derechos.
10 No es impropio para los Pactarios llamar la atención y desenmascarar a aquellos que están infringiendo los derechos de los demás, especialmente cuando llaman la atención a tales individuos por medios pacíficos.
11 Ningún partido político puede llevar el plan de Dios a buen término. Solo Dios tiene la solución completa y perfecta para la felicidad de toda la humanidad.
12 Si votas a un partido político que aprueba la práctica del aborto, entonces la sangre de los inocentes está sobre tus manos.
El Libro de la Verdad, Después de Pentecostés, la Influencia de los Griegos, la Influencia Romana, Bajo el Imperio Romano, la Edad de las Tinieblas en Europa, el Problema Moderno – 195:0-5:
195:0.1
LOS resultados de la predicación de Pedro el día de Pentecostés fueron tales que decidieron la política futura y determinaron los planes, de la mayoría de los apóstoles en sus esfuerzos por proclamar el evangelio del reino. Pedro fue el verdadero fundador de la iglesia cristiana; Pablo llevó el mensaje cristiano a los gentiles, y los creyentes griegos lo llevaron a todo el imperio romano.
195:0.2
Aunque los hebreos, encadenados por la tradición e dominados por los sacerdotes, se negaron como pueblo a aceptar el evangelio de Jesús sobre la paternidad de Dios y la hermandad del hombre, así como también la proclamación de Pedro y Pablo sobre la resurrección y ascensión de Cristo (subsiguiente cristianismo), el resto del imperio romano se encontró receptivo a las enseñanzas cristianas en evolución. La civilización occidental era, en esta época, intelectual, estaba cansada de guerras y profundamente escéptica de todas las religiones y filosofías sobre el universo existentes. Los pueblos del mundo occidental, los beneficiarios de la cultura griega, tenían una tradición venerada de un magnífico pasado. Podían contemplar la heredad de los grandes logros en filosofía, arte, literatura y progreso político. Pero con todos estos logros, no tenían una religión que satisficiera el alma. Sus anhelos espirituales permanecían insatisfechos.
195:0.3
Sobre este foro de la sociedad humana fueron arrojadas de pronto las enseñanzas de Jesús, comprendidas en el mensaje cristiano. Un nuevo orden de vida se presentó así a los corazones hambrientos de estos pueblos occidentales. Esta situación significó un conflicto inmediato entre las viejas prácticas religiosas y la nueva versión cristianizada del mensaje de Jesús al mundo. Tal conflicto debe resolverse o en una victoria absoluta de lo nuevo o de lo antiguo, o en cierto grado de transigencia. La historia enseña que esta lucha terminó en una transigencia. El cristianismo presumió abarcar demasiado, para ser asimilado por un pueblo en una o dos generaciones. No era un sencillo llamado espiritual, tal como Jesús había presentado a las almas de los hombres; muy pronto adoptó una actitud decidida sobre ritos religiosos, educación, magia, medicina, arte, literatura, ley, gobierno, moral, reglamentación sexual, poligamia y, en forma limitada, incluso sobre la esclavitud. El cristianismo no vino solamente como una nueva religión—cosa que estaba esperando todo el imperio romano y el Oriente– sino como un nuevo orden de sociedad humana. Y siendo tal pretensión como era el cristianismo precipitó rápidamente el conflicto sociomoral de los siglos. Los ideales de Jesús, tal como fueron reinterpretados por la filosofía griega y socializados en el cristianismo, desafiaron audazmente las tradiciones de la raza humana, contenidas en la ética, moral y religiones de la civilización occidental.
195:0.4
Al principio, el cristianismo ganó conversos solamente en las capas sociales y económicas más bajas. Pero para el comienzo del segundo siglo lo más elevado de la cultura grecorromana tendió cada vez más hacia este nuevo orden de la creencia cristiana, este nuevo concepto del propósito de la vida y de la meta de la existencia.
195:0.5
¿Cómo pudo este nuevo mensaje de origen judío, que casi había fracasado en la tierra de su nacimiento, captar tan rápida y eficazmente las mejores mentes del imperio romano? El triunfo del cristianismo sobre las religiones filosóficas y los cultos de misterio se debió a:
195:0.6
1. La organización. Pablo fue un gran organizador y sus sucesores siguieron el mismo paso que él asentó.
195:0.7
2. El cristianismo estaba profundamente helenizado. Comprendía lo mejor de la filosofía griega, así como también la crema de la teología hebrea.
195:0.8
3. Pero, mejor aún, contenía un nuevo y gran ideal, el eco de la vida autootorgadora de Jesús y el reflejo de su mensaje de salvación para toda la humanidad.
195:0.9
4. Los líderes cristianos estaban dispuestos a hacer tales concesiones al mitraísmo que la mejor parte de sus seguidores fue granjeado para el culto de Antioquía.
195:0.10
5. Asimismo la siguiente generación de líderes cristianos y las generaciones subsiguientes hicieron concesiones con el paganismo hasta tal punto que se granjearon aun al emperador romano Constantino para la nueva religión.
195:0.11
Pero los cristianos hicieron un astuto convenio con los paganos, ya que adoptaron la pompa ritualista de éstos, forzándolos a la vez a que aceptaran la versión helenizada del cristianismo paulino. Hicieron un convenio mejor con los paganos que el que hicieron con el culto mitraico, pero en esa primer transigencia ellos resultaron aun más que conquistadores, porque consiguieron eliminar burdas inmoralidades y otras prácticas criticables del misterio persa.
195:0.12
Sabia o insensatamente, estos primeros líderes del cristianismo comprometieron deliberadamente los ideales de Jesús en un esfuerzo por salvar y fomentar muchas de sus ideas; y tuvieron un éxito enorme. ¡Pero no os equivoquéis! Estos ideales del Maestro que fueron sacrificados en aquellas transigencias aún están latentes en su evangelio, y con el tiempo afirmarán su pleno poder ante el mundo.
195:0.13
Por esta paganización del cristianismo, el viejo orden ganó muchas victorias menores de naturaleza ritualista, pero los cristianos ganaron ascendencia en cuanto:
195:0.14
1. Brotó una nota nueva y considerablemente más elevada de moral humana.
195:0.15
2. Se impartió al mundo un concepto de Dios nuevo y considerablemente amplificado.
195:0.16
3. La esperanza de la inmortalidad se volvió parte de las aseveraciones de una religión reconocida.
195:0.17
4. Jesús de Nazaret fue entregado al alma hambrienta del hombre.
195:0.18
Muchas de estas grandes verdades enseñadas por Jesús casi se perdieron en estas primeras transigencias, pero aún yacen adormecidas en esta religión de cristianismo paganizado, que a su vez fue la versión paulina de la vida y enseñanzas del Hijo del Hombre. El cristianismo, aun antes de haber sido paganizado, fue primero profundamente helenizado. El cristianismo debe mucho, muchísimo a los griegos. Fue un griego de Egipto quien con tanta valentía se puso de pie en Nicea y desafió a esta asamblea con tal intrepidez que ésta no se atrevió a enturbiar el concepto de la naturaleza de Jesús en tal forma que habría podido poner en peligro la verdad real de su autootorgamiento, la cual podría así haber desaparecido del mundo. El nombre de este griego era Atanasio, y si no hubiese sido por la elocuencia y la lógica de este creyente, habrían triunfado las persuasiones de Ario.
1. La Influencia de los Griegos
195:1.1
La helenización del cristianismo comenzó intensamente en ese día memorable en el que el apóstol Pablo se puso de pie ante el concilio del Areópago en Atenas y habló a los atenienses sobre el «Dios Desconocido». Ahí, a la sombra de la Acrópolis, este ciudadano romano proclamó a los griegos su versión de la nueva religión que se había originado en la tierra judía de Galilea. Y había cierta extraña similitud entre la filosofía griega y muchas de las enseñanzas de Jesús. Tenían una meta común: ambas buscaban el surgimiento del individuo. Los griegos, en lo referente a un surgimiento social y político; Jesús, en lo referente a un surgimiento moral y espiritual. Los griegos enseñaban ese liberalismo intelectual que conducía hacia una libertad política; Jesús enseñaba ese liberalismo espiritual que conducía hacia una libertad religiosa. Estas dos ideas juntas constituyeron un nuevo y poderoso código para la libertad humana; presagiaron la libertad social, política y espiritual del hombre.
195:1.2
El cristianismo nació y triunfó sobre todas las otras religiones, debido principalmente a dos factores:
195:1.3
1. La mente griega estaba dispuesta a tomar prestadas ideas nuevas y buenas, incluso de los judíos.
195:1.4
2. Pablo y sus sucesores estaban dispuestos a negociar, y sabían hacerlo con astucia y sagacidad; eran hábiles traficantes teológicos.
195:1.5
Cuando Pablo se puso de pie en Atenas y predicó «Cristo, y el crucificado», los griegos estaban espiritualmente hambrientos; se hacían preguntas, estaban interesados y realmente buscaban la verdad espiritual. No olvidéis jamás que, al principio, los romanos lucharon contra el cristianismo, mientras que los griegos lo abrazaron, y fueron éstos quienes literalmente forzaron a los romanos, posteriormente, a la aceptación de esta nueva religión, con las modificaciones entonces adoptadas, como parte de la cultura griega.
195:1.6
Los griegos veneraban la belleza, los judíos, la santidad; pero ambos pueblos amaban la verdad. Durante siglos los griegos habían pensado seriamente y debatido con sinceridad sobre todos los problemas humanos—sociales, económicos, políticos y filosóficos– con excepción de la religión. Pocos entre los griegos se habían ocupado de la religión con profundidad; ni siquiera tomaban muy en serio su propia religión. Durante siglos, los judíos ignoraron estos otros campos del pensamiento, concentrándose en la religión. Tomaban su religión muy seriamente, demasiado en serio. Iluminado por el contenido del mensaje de Jesús, el producto conjunto de siglos del pensamiento de estos dos pueblos se convirtió en ese momento en el poder impulsor de un nuevo orden de la sociedad humana y, hasta cierto punto, de un nuevo orden de creencias y prácticas religiosas de la humanidad.
195:1.7
La influencia de la cultura griega ya había penetrado en las tierras del Mediterráneo occidental cuando Alejandro diseminó la civilización helenista por el mundo del cercano Oriente. Los griegos fueron bien con su religión y su política mientras estuvieron organizados en pequeñas ciudades-estado; pero cuando el rey macedonio se atrevió a extender Grecia hasta convertirla en un imperio que iba del Adriático al Indus, comenzaron los problemas. El arte y la filosofía de Grecia estaban a la altura de la expansión imperial, pero no así su administración política ni su religión. Una vez que las ciudades-estado de Grecia se expandieron hasta volverse un imperio, sus dioses un tanto parroquiales resultaron ligeramente raros. Los griegos estaban realmente buscando un Dios, un Dios más importante y mejor, cuando recibieron la versión cristianizada de la religión judía más antigua.
195:1.8
El imperio helenista, como tal, no podía durar. Su influencia cultural continuó, pero perduró sólo después de adquirir del oeste el genio político romano para la administración de un imperio, y de obtener del este una religión cuyo único Dios poseía dignidad imperial.
195:1.9
En el primer siglo después de Cristo, la cultura helenista ya había alcanzado sus más altos niveles; su retrogresión ya había comenzado; el conocimiento avanzaba, pero el genio estaba declinando. Fue en este mismo momento en que las ideas e ideales de Jesús, que estaban parcialmente contenidos en el cristianismo, se integraron al salvamento de la cultura y el conocimiento griegos.
195:1.10
Alejandro había atacado al oriente con el don cultural de la civilización griega; Pablo asaltaba al occidente con la versión cristiana del evangelio de Jesús. Y donde quiera que prevalecía la cultura griega en occidente, allí echó raíces el cristianismo helenizado.
195:1.11
La versión oriental del mensaje de Jesús, aunque permaneció más fiel a sus enseñanzas, continuó siguiendo la actitud poco transigente de Abner. No progresó jamás como lo hizo la versión helenizada sino que finalmente se malogró dentro del movimiento islámico.
2. La Influencia Romana
195:2.1
Los romanos se adueñaron físicamente de la cultura griega, reemplazando el gobierno por repartición con un gobierno representativo. Y este cambio pronto favoreció al cristianismo, ya que Roma introdujo en todo el mundo occidental una nueva tolerancia de idiomas y pueblos extranjeros y aun de religiones ajenas.
195:2.2
Muchas de las primeras persecuciones de los cristianos en Roma se debieron solamente a su uso desafortunado de la palabra «reino» en sus predicaciones. Los romanos toleraban todas las religiones, pero eran muy sensibles a todo lo que se asemejara a rivalidad política. Así pues, cuando amainaron estas primeras persecuciones, causadas principalmente por un malentendido, el campo de la propaganda religiosa estuvo plenamente abierto. Los romanos se interesaban por la administración política; el arte y la religión les importaban poco, pero eran inusitadamente tolerantes hacia los dos.
195:2.3
La ley oriental era rígida y arbitraria; la ley griega era fluida y artística; la ley romana tenía dignidad y fomentaba respeto. La educación romana producía una lealtad inusitada y sólida. Los primeros romanos eran individuos políticamente dedicados y sublimemente consagrados. Eran honestos, trabajadores, y leales a sus ideales, pero no tenían una religión que valiera la pena. No es de extrañar que sus maestros griegos pudieran persuadirlos a que aceptaran el cristianismo de Pablo.
195:2.4
Y estos romanos eran un gran pueblo. Podían gobernar el Occidente, porque sabían gobernarse a sí mismos. Tal incomparable honestidad, devoción y firme autocontrol constituía el terreno ideal para recibir y hacer crecer la semilla del cristianismo.
195:2.5
Fue fácil para estos grecorromanos volverse tan espiritualmente dedicados a una iglesia institucional como lo eran políticamente al estado. Los romanos tan sólo lucharon contra la iglesia cuando tuvieron miedo de que ésta compitiera con el estado. Roma, que tenía escasa filosofía nacional y cultura original, tomó la cultura griega como propia y audazmente adoptó a Cristo para su filosofía moral. El cristianismo se volvió la cultura moral de Roma, pero no en realidad su religión, en el sentido de una experiencia individual de crecimiento espiritual entre los que abrazaron esta nueva religión en forma tan masiva. Por cierto, es verdad que hubo muchos individuos capaces de franquear la superficialidad de esta religión estatal encontrando así, para alimento de su alma, los valores auténticos de los significados ocultos contenidos en las verdades latentes del cristianismo helenizado y paganizado.
195:2.6
Los estoicos, con su fuerte llamado a «la naturaleza y la conciencia», habían preparado a Roma aun mejor para recibir a Cristo, por lo menos en un sentido intelectual. El romano era abogado por naturaleza y adiestramiento; veneraba incluso las leyes de la naturaleza. Ahora, en el cristianismo, discernía en las leyes de la naturaleza las leyes de Dios. Un pueblo que pudo producir a Cicerón y a Virgilio, estaba maduro para el cristianismo helenizado de Pablo.
195:2.7
Así pues, estos griegos romanizados obligaron tanto a los judíos como a los cristianos a que filosofizaran su religión, coordinaran sus ideas y sistematizaran sus ideales, a fin de adaptar las prácticas religiosas a la corriente de vida existente. Todo este movimiento lo ayudó enormemente la traducción de las escrituras hebreas al griego y, más tarde, por la aparición en griego, del Nuevo Testamento.
195:2.8
Los griegos, contrariamente a los judíos y muchos otros pueblos, habían por largo tiempo creído provisionalmente en la inmortalidad, en alguna clase de sobrevivencia después de la muerte, y puesto que este concepto era el corazón mismo de las enseñanzas de Jesús, el cristianismo indudablemte ejerció un fuerte atractivo sobre ellos.
195:2.9
Una sucesión de victorias de la cultura griega y de la política romana había consolidado las tierras mediterráneas en un solo imperio, con un solo idioma y una sola cultura, y había preparado el mundo occidental para un solo Dios. El judaísmo proveyó este Dios, pero el judaísmo no era aceptable como religión para estos griegos romanizados. Filón ayudó a algunos mitigar sus objeciones, pero el cristianismo les reveló un concepto aun mejor de un solo Dios, y este fue prontamente aceptado.
3. Bajo el Imperio Romano
195:3.1
Después de la consolidación del gobierno político romano y tras la diseminación del cristianismo, los cristianos se encontraron con un Dios único, un gran concepto religioso, pero sin imperio. Los grecorromanos a su vez se encontraron con un gran imperio, pero sin tener un Dios adecuado como concepto religioso para el culto imperial y la unificación espiritual. Los cristianos aceptaron el imperio; el imperio adoptó el cristianismo. Los romanos aportaron unidad de gobierno político; los griegos, unidad de cultura y conocimiento; el cristianismo, unidad de pensamiento y prácticas religiosas.
195:3.2
Roma se sobrepuso a la tradición nacionalista a través del universalismo imperial y fue posible por primera vez en la historia que diversas razas y naciones, por lo menos nominalmente, aceptaran una sola religión.
195:3.3
El cristianismo fue favorecido en Roma en la época de grandes debates entre las vigorosas enseñanzas de los estoicos y las promesas de salvación de los cultos de misterio. El cristianismo llegó como una brisa de refrescante consuelo y una fuerza liberadora para un pueblo espiritualmente hambriento en cuyo idioma no existía el vocablo por «altruísmo».
195:3.4
Lo que dio mayor poder al cristianismo fue la forma en que sus creyentes vivieron una vida de servicio y aun la forma en que murieron por su fe durante los primeros tiempos de las drásticas persecuciones.
195:3.5
La enseñanza sobre el amor de Cristo por los niños puso fin prontamente a la práctica común de poner a muerte a los niños no deseados, particularmente a las niñas.
195:3.6
La primera manera de adoración cristiana fue tomada en gran parte de la sinagoga judía, con modificaciones provenientes del rito mitraico; más adelante, se le sumó la pompa pagana. La base de esta primitiva iglesia cristiana fue constituida por griegos cristianizados prosélitos del judaísmo.
195:3.7
El segundo siglo después de Cristo, fue el mejor período en toda la historia mundial para que progresara una buena religión en el mundo occidental. Durante el primer siglo el cristianismo se preparó, luchando y transigiendo para arraigarse y difundirse rápidamente. El cristianismo adoptó al emperador; más tarde, éste adoptó el cristianismo. Ésta fue una gran época para la difusión de una nueva religión. Había libertad religiosa; se habían generalizado los viajes, y existía el libre pensamiento.
195:3.8
El ímpetu espiritual de aceptar nominalmente el cristianismo helenizado llegó a Roma demasiado tarde para prevenir la declinación moral ya bien empezada, o para compensar la degeneración racial ya bien establecida y empeorando. Esta nueva religión era una necesidad cultural para la Roma imperial, pero desafortunadamente no llegó a ser un medio de salvación espiritual en un sentido más amplio.
195:3.9
Ni siquiera una buena religión podía salvar a un gran imperio de los resultados inevitables de la falta de participación individual en los asuntos del gobierno, del excesivo paternalismo, del exceso de impuestos y los graves abusos en su recolección, de una balanza comercial no equilibrada con el Levante drenando el oro, de la locura por la diversión, de la estandardización romana, de la degradación de la mujer, de la esclavitud y la decadencia racial, de las pestes, y de una iglesia estatal que se volvió institucionalizada hasta llegar casi a la esterilidad espiritual.
195:3.10
Sin embargo las condiciones en Alejandría no eran tan malas. Las primeras escuelas continuaron manteniendo sin compromisos muchas de las enseñanzas de Jesús. Pantaenos enseñó a Clemente, procediendo luego en pos de Natanael, proclamando a Cristo en la India. Aunque algunos de los ideales de Jesús fueron sacrificados en la construcción del cristianismo, es justo registrar que, a fines del siglo segundo, prácticamente todas las grandes mentes del mundo grecorromano se habían vuelto cristianas. El triunfo estaba a punto de llegar a su culminación.
195:3.11
El imperio romano duró lo suficiente como para asegurar la sobrevivencia del cristianismo, aun después del colapso de la organización política. Pero frecuentemente hemos hecho conjeturas sobre qué hubiera sucedido en Roma y en el mundo si se hubiese aceptado el evangelio del reino en lugar del cristianismo griego.
4. La Edad de las Tinieblas en Europa
195:4.1
La iglesia, siendo adjunta a la sociedad y aliada de la política, estaba destinada a compartir la decadencia intelectual y espiritual de la así llamada «edad de las tinieblas» en Europa. Durante este período, la religión se volvió más y más monastizada, ascetizada y legalizada. En un sentido espiritual, el cristianismo estaba hibernando. A lo largo de este período existió, al lado de esta religión durmiente y secularizada, una corriente continua de misticismo, una fantástica experiencia espiritual que lindaba con la irrealidad y era filosóficamente semejante al panteísmo.
195:4.2
Durante estos siglos oscuros y desesperantes, la religión se volvió virtualmente de segunda mano. El individuo se perdió casi completamente dentro de la autoridad, tradición y dictadura sobrecogedoras de la iglesia. Una nueva amenaza espiritual surgió con la creación de una pléyade de «santos» que se suponía tenían una influencia especial en las cortes divinas y que, por consiguiente, si el suplicante se les dirigía en forma eficaz, podían interceder ante los Dioses en nombre del hombre.
195:4.3
Pero el cristianismo estaba suficientemente socializado y paganizado como para que, aunque estuvo impotente a impedir el advenimiento de la edad de las tinieblas, se encontrara mejor preparado para sobrevivir este largo período de tiniebla moral y estancamiento espiritual. Logró perdurar a través de la larga noche de la civilización occidental y aún estaba funcionando como influencia moral en el mundo cuando hizo su aparición el renacimiento. La rehabilitación del cristianismo, tras el paso de la época del oscurantismo, resultó en la aparición de numerosas sectas de enseñanzas cristianas, cuyas creencias fueron adaptadas para ciertos tipos intelectuales, emocionales y espirituales de la personalidad humana. Y muchos de estos grupos cristianos especiales, o familias religiosas, aún perduran en el momento en que hacemos esta presentación.
195:4.4
El cristianismo evidencia la historia de haberse originado de la transformación no intencionada de la religión de Jesús a una religión sobre Jesús. Además, su historia demuestra que experimentó helenización, paganización, secularización, institucionalización, deterioro intelectual, decadencia espiritual, hibernación moral, amenaza de extinción y un rejuvenecimiento posterior, fragmentación y rehabilitación relativa más reciente. Tales antecedentes indican una vitalidad inherente y la posesión de vastos recursos de recuperación. Y este mismo cristianismo está ahora presente en el mundo civilizado de los pueblos occidentales y se enfrenta con una lucha por su existencia que es aun más ominosa que esas crisis memorables que caracterizaron sus pasadas batallas por lograr el dominio.
195:4.5
La religión se enfrenta ahora con el desafío de una nueva era de mentes científicas y tendencias materialistas. En esta gigantesca lucha entre lo secular y lo espiritual, la religión de Jesús finalmente triunfará.
5. El Problema Moderno
195:5.1
El siglo veinte ha traído nuevos problemas para que resuelvan el cristianismo y todas las otras religiones. Cuanto más elevada se torna una civilización, más es necesario el deber de «buscar primero las realidades del cielo» en todos los esfuerzos del hombre por estabilizar la sociedad y facilitar la solución de sus problemas materiales.
195:5.2
La verdad se vuelve muchas veces confusa y aun engañosa cuando se la fragmenta, segrega, aísla y analiza demasiado. La verdad viva enseña el camino recto al buscador de la verdad sólo cuando es abrazada en su totalidad y como una realidad espiritual viva, no como un hecho de la ciencia material ni como una inspiración del arte interpuesto.
195:5.3
La religión es la revelación al hombre de su destino divino y eterno. La religión es una experiencia puramente personal y espiritual y debe por siempre ser distinta de las demás formas elevadas del pensamiento del hombre, tales como:
195:5.4
1. La actitud lógica del hombre hacia las cosas de la realidad material.
195:5.5
2. La apreciación estética del hombre de la belleza en contraste con la fealdad.
195:5.6
3. El reconocimiento ético del hombre de las obligaciones sociales y del deber político.
195:5.7
4. Incluso el sentido de la moral humana de cada hombre no es, en sí y por sí mismo, religioso.
195:5.8
La religión funciona para encontrar en el universo aquellos valores que estimulan la fe, la confianza y la certeza; la religión culmina en la adoración. La religión descubre para el alma aquellos valores supremos que contrastan con los valores relativos descubiertos por la mente. Tal visión sobrehumana tan sólo se puede obtener mediante una genuina experiencia religiosa.
195:5.9
Un sistema social duradero sin una moral predicada sobre las realidades espirituales no puede perdurar puesto que equivaldría pensar en el sistema solar sin gravedad.
195:5.10
No tratéis de satisfacer la curiosidad ni de gratificar los anhelos latentes de aventura que surgen del alma en una corta vida en la carne. ¡Sed pacientes! No caigáis en la tentación de zambulliros en una aventura barata y sórdida, sin ley. Controlad vuestras energías y frenad vuestras pasiones; tranquilízaos mientras aguardáis el despliegue majestuoso de una carrera sin fin de aventura progresiva y descubrimiento emocionante.
195:5.11
En la confusión sobre los orígenes del hombre, no perdáis de vista su destino eterno. No olvidéis que Jesús amó aun a los pequeños, y que por siempre aclaró el gran valor de la personalidad humana.
195:5.12
Al observar al mundo, recordad que las manchas negras del mal que veis se muestran contra un fondo blanco de bondad final. No veréis simples manchas blancas de bondad que se destacan contra un fondo negro de maldad.
195:5.13
Si hay tanta buena verdad para publicar y proclamar, ¿por qué deben los hombres ocuparse tanto del mal en el mundo, sólo porque parece ser un hecho? La belleza de los valores espirituales de la verdad es más placentera e inspiradora que este fenómeno del mal.
195:5.14
En la religión, Jesús abogó por el método de la experiencia, y lo aplicó, así como la ciencia moderna utiliza la técnica de la experimentación. Encontramos a Dios mediante la guía de la visión espiritual, pero nos acercamos a esta visión del alma mediante el amor por la belleza, la búsqueda de la verdad, la lealtad al deber, y la adoración de la bondad divina. Pero de todos estos valores, el amor es la guía auténtica de la verdadera visión espiritual.