Giliana Kudsha
La Conversión de Israel
El Israel de hoy en día abrazará a Sus Mensajeros, porque ha sido prometido en las Escrituras. Eventualmente escucharán las palabras de guía de su Pastor y serán reunidos en la Sinagoga de la Luz.
Continuad orando por la conversión de Israel y por el mundo.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 71:
Sexo
1 La abstinencia sexual total no se ve como una práctica saludable entre los hombres o las mujeres, de hecho tal práctica está vista como algo poco saludable.
2 Una relación saludable entre dos personas de cualquier género nunca debe basarse únicamente en el sexo, porque tal relación sucumbirá con el tiempo a la desilusión, al estrés y a la separación.
3 Lo que practiquen sexualmente dos personas que se aman en la intimidad de sus hogares no es asunto de los Ancianos o de otros, a menos que una persona de la pareja esté siendo abusado o abusada en contra de su voluntad.
4 La actividad sexual nunca debe ser promiscua, porque la promiscuidad afecta a tantos niveles diferentes que no puede ser revertida a través de esfuerzos humanos.
5 La actividad sexual entre adultos y niños o niñas, incluidos los que son vulnerables mentalmente, no solo es altamente inapropiada, sino también es pecaminosa y merecedora de un castigo severo en la otra vida.
6 Si un adherente de la Religión de la Luz se da cuenta de la actividad sexual entre un adulto y un niño o una niña, o entre un adulto y una persona que es vulnerable mentalmente, es el deber de ese adherente denunciar lo que sabe a los Ancianos y a las autoridades civiles. Los pecados sexuales de esta naturaleza no pueden ser escondidos.
7 Los depredadores sexuales deben ser desenmascarados ante la congregación, expulsados de la hermandad de la Luz, y reportados a las autoridades civiles.
8 Las actividades sexuales entre humanos y los animales son pecaminosas y los que son culpables de tales actos pecaminosos deben ser expulsados de la hermandad de la Luz si estos no indican arrepentimiento genuino.
El Libro de la Verdad: Los Tiempos del Auto-Otorgamiento de Miguel, El Occidente en el Primer Siglo después de Cristo, el Pueblo Judío – 121:0-2; Su Octavo Año (Año 2 d. de J.C.) – 123:6.1-6
Los Tiempos del Auto-Otorgamiento de Miguel
121:0.1
SOY el ser intermedio secundario previamente asignado al apóstol Andrés. Bajo la supervisión de una comisión de la Fraternidad de los Seres Intermedios Unidos de Urantia, compuesta por doce miembros, y el patrocinio conjunto del presidente de nuestra orden y del Melquisedek de registro, he sido autorizado para narrar los actos de la vida de Jesús de Nazaret según fueron observados por mi orden de seres terrestres. Mi relato también se basa en parte en los escritos del sujeto humano a la sazón en mi custodia temporal. Andrés, consciente de que su Maestro evitaba escrupulosamente dejar documentos escritos de su paso por la tierra, no permitió que proliferaran los ejemplares de su propio relato escrito. Los demás apóstoles de Jesús compartían esta preocupación, de aquí que pasara un largo tiempo para la escritura de los Evangelios.
1. El Occidente en el Primer Siglo Después de Cristo
121:1.1
Jesús no vino a este mundo en una era de decadencia espiritual; al tiempo de su nacimiento, Urantia vivía un período de revitalización del pensamiento espiritual y de la vida religiosa de una intensidad tal, que no se había conocido en la historia postadánica ni se ha repetido desde entonces. Cuando Micael se encarnó en Urantia, el mundo ofrecía las condiciones más favorables para el autootorgamiento del Hijo Creador, que se hubieran dado jamás o que se hayan dado desde entonces. En los siglos apenas anteriores a esta época, la cultura y el idioma griegos se habían expandido hacia el Occidente y hacia el Oriente cercano. Los judíos, raza levantina que por su naturaleza eran parte occidentales y parte orientales, contaban con las dotes ideales para utilizar ese ambiente cultural y lingüístico como medio de difusión de una nueva religión tanto al este como al oeste. Estas circunstancias altamente favorables se daban además en un medio particularmente auspicioso, debido a la política tolerante de los romanos en el mundo mediterráneo.
121:1.2
Podemos ver claramente esta combinación de influencias mundiales en las actividades de Pablo: hebreo entre los hebreos por su cultura religiosa, y él mismo ciudadano romano, predicó el evangelio de un Mesías judío en lengua griega.
121:1.3
No se ha visto en el Occidente ni previamente ni desde aquel entonces nada que se parezca a la civilización de los tiempos de Jesús. La civilización europea estaba unida y coordinada bajo una triple influencia extraordinaria:
121:1.4
1. El sistema político y social romano.
121:1.5
2. La cultura y el idioma griegos—así como, hasta cierto punto, la filosofía griega.
121:1.6
3. La influencia en rápida expansión de las enseñanzas religiosas y morales de los judíos.
121:1.7
Cuando nació Jesús, el mundo mediterráneo constituía un imperio unificado. Por primera vez en la historia, había buenas carreteras entre los principales centros habitados. Los mares estaban libres de piratas, y una gran época de comercio y de viajes avanzaba rápidamente. Europa no volvió a disfrutar de períodos tan activos en movilidad y comercio hasta el siglo diecinueve d. de J.C.
121:1.8
A pesar de la paz interior y de la prosperidad superficial del mundo grecoromano, la mayoría de los habitantes del imperio languidecían en miseria y pobreza. La pequeña clase alta era rica; pero la gran mayoría de la humanidad pertenecía a una clase baja miserable y empobrecida. En aquellos tiempos no había una clase media feliz y próspera; hasta ahora estaba empezando a hacer su aparición en la sociedad romana.
121:1.9
Las primeras luchas entre los estados expansivos romano y parto, habían concluido en el reciente pasado, quedando Siria en manos de los romanos. En los tiempos de Jesús, Palestina y Siria disfrutaban de un período de prosperidad, de relativa paz y de extensas relaciones comerciales activas tanto con el este como con el oeste.
2. El Pueblo Judío
121:2.1
Los judíos formaban parte de la más antigua raza semita, la cual incluía también a los babilonios, a los fenicios, y a los más recientes enemigos de Roma: los cartaginenses. Durante la primera parte del primer siglo después de Cristo, los judíos eran el grupo más influyente entre las gentes semitas, y ocupaban una posición geográfica particularmente estratégica en el mundo tal como estaba, por ese entonces, gobernado y organizado para el comercio.
121:2.2
Muchas de las grandes carreteras que unían a las naciones de la antigüedad pasaban por Palestina, que de este modo se convirtió en el cruce de tres continentes. Por Palestina pasaron los viajeros, los comerciantes y los ejércitos de Babilonia, Asiria, Egipto, Siria, Grecia, Partia y Roma. Desde tiempos inmemoriales muchas de las rutas de las caravanas del Oriente pasaban por alguna parte de esta región para llegar a los escasos buenos puertos del extremo oriental del Mediterráneo; de allí zarpaban los barcos que llevaban mercancías al Occidente marítimo. Más de la mitad de estas caravanas pasaba a través, o cerca de la pequeña ciudad de Nazaret en Galilea.
121:2.3
Aunque Palestina fue el manantial de la cultura religiosa judía y la cuna del cristianismo, los judíos ya estaban diseminados en todo el mundo, vivían en muchos países distintos y comerciaban en todas las provincias de los estados romano y parto.
121:2.4
Grecia proveyó el idioma y la cultura, Roma construyó las carreteras y unificó un imperio, pero la dispersión de los judíos, que tenían más de doscientas sinagogas y comunidades religiosas bien organizadas a lo largo y a lo ancho del mundo romano, proporcionó los centros culturales que fueron los primeros en recibir el nuevo evangelio del reino del cielo, que de allí se divulgó con el tiempo aun a las regiones más remotas del mundo.
121:2.5
Cada sinagoga hebrea toleraba a un grupo marginado de creyentes gentiles, «devotos» o «temerosos de Dios», y fue precisamente en este grupo marginado de prosélitos en que Pablo logró la mayor parte de sus primeros conversos al cristianismo. Aun el templo de Jerusalén tenía una ornamentada plazuela de los gentiles. Había una relación estrecha de cultura, comercio y culto entre Jerusalén y Antioquía. En Antioquía los discípulos de Pablo fueron llamados por primera vez «cristianos».
121:2.6
El que el culto de templo se centralizó en Jerusalén constituyó tanto el secreto de la supervivencia de su monoteísmo como la promesa de nutrir y difundir al mundo un nuevo concepto ampliado: el de un solo Dios de todas las naciones, y Padre de todos los mortales. El servicio religioso de templo en Jerusalén representaba la supervivencia de un concepto cultural religioso ante las persecuciones raciales y dominaciones de una serie de jefes nacionales gentiles.
121:2.7
El pueblo judío de ese tiempo, aunque bajo el señorío romano, gozaba de considerable autonomía. Recordaban con orgullo los entonces recientes actos heroicos de liberación de Judas Macabeo y de sus inmediatos sucesores, y anticipaban con entusiasmo la aparición inminente de un liberador aún más magnífico, el ansiado Mesías.
121:2.8
El secreto de la supervivencia de Palestina, el reino de los judíos, como un estado semiindependiente, radicaba en la política exterior del gobierno romano, que deseaba mantener control sobre la carretera que, pasando por Palestina, unía a Siria y a Egipto, así como sobre las estaciones terminales occidentales de las rutas de las caravanas entre Oriente y Occidente. Roma quería evitar el advenimiento de un poder en el Levante que restringiera su expansión futura en estas regiones. La política de intriga que tenía por objeto el careo entre la Siria seléucida y el Egipto tolemaico necesitaba de un estado palestino separado e independiente. La política romana, la decadencia de Egipto y el progresivo debilitamiento de los seléucidas ante el creciente poder de Partia, explican el por qué un grupo pequeño y poco poderoso de judíos pudo mantener su independencia durante varias generaciones a pesar de las presiones de los seléucidas al norte y de los Ptolomeos al sur. Los judíos atribuyeron esta libertad e independencia fortuitas del régimen político de los pueblos más fuertes que los rodeaban, al hecho de que ellos eran «el pueblo elegido» gracias a la interposición directa de Yahvé. Esta actitud de superioridad racial hizo que les resultará aun más difícil soportar el señorío romano cuando éste finalmente se hizo sentir en su tierra. Pero aun en ese momento angustioso los judíos no quisieron ver que su misión en el mundo no era política sino espiritual.
121:2.9
En los tiempos de Jesús los judíos vivían en un estado de aprensión y sospecha, porque estaban gobernados por un foráneo, Herodes el Idumeo, quien había agarrado la jurisdicción de Judea por medio de una hábil amistad con los gobernantes romanos. Aunque profesara su lealtad a la observación de las ceremonias hebreas, Herodes había mandado construir varios templos a muchos dioses extraños.
121:2.10
Las relaciones amistosas de Herodes con los gobernantes romanos garantizaban la seguridad para los viajeros judíos, por lo tanto abrió el camino para una mayor penetración de los judíos con el nuevo evangelio del reino celeste aun a regiones distantes del Imperio Romano y a varias naciones aliadas. El reinado de Herodes también contribuyó a una mayor mezcla de las filosofías hebrea y helenística.
121:2.11
Herodes construyó el puerto de Cesarea, abriendo así nuevos caminos que fortalecieron la posición de Palestina como la encrucijada del mundo civilizado. Murió en el año 4 a. de J.C., y su hijo Herodes Antipas gobernó en Galilea y Perea durante la juventud y el ministerio de Jesús, hasta el año 39 d. de J.C.. Antipas fue, como su padre, un gran constructor. Reconstruyó muchas de las ciudades de Galilea, incluyendo el importante centro comercial de Seforis.
121:2.12
Los dirigentes religiosos de Jerusalén y los maestros rabínicos no les tenían gran simpatía a los galileos. Cuando nació Jesús, Galilea era más gentil que judía.
6. Su Octavo Año (Año 2 d. de J.C.)
123:6.1
Éste fue un año interesante en la escuela. Aunque Jesús no era un estudiante fuera de lo común, era un alumno diligente y pertenecía al tercio más avanzado de la clase; hacía sus tareas tan bien que se le permitía una semana de vacaciones por mes. Generalmente pasaba esa semana con su tío el pescador en las orillas del mar de Galilea cerca de Magdala, o en la granja de su otro tío (hermano de su madre) ocho kilómetros al sur de Nazaret.
123:6.2
Aunque su madre temía mucho por la salud y la seguridad del muchacho, poco a poco se reconcilió con estas ausencias del hogar. Los tíos y las tías de Jesús lo querían mucho, y se formó cierta alegre actitud competitiva entre ellos, para conseguir el privilegio de su compañía durante estas visitas mensuales durante el curso de este año y de los años inmediatamente subsiguientes. Su primera semana de estadía en la granja de su tío (desde la infancia), ocurrió en enero de este año; la primera semana de su experiencia como pescador en el mar de Galilea ocurrió en el mes de mayo.
123:6.3
Alrededor de esta época Jesús conoció a un maestro de matemáticas proveniente de Damasco, y al aprender algunas técnicas nuevas relativas a los números, se dedicó mucho tiempo a las matemáticas durante varios años. Desarrollando un agudo entendimiento de los números, las distancias y las proporciones.
123:6.4
Jesús disfrutaba mucho de la compañía de su hermano Santiago y hacia fines de este año había empezado a enseñarle el alfabeto.
123:6.5
En ese año Jesús hizo arreglos para intercambiar productos lecheros por clases de arpa. Tenía una predilección especial por todo lo que fuera musical. Más adelante promovió el interés en la música vocal entre sus compañeros jóvenes. A los once años de edad ya era un arpista habilidoso y mucho disfrutaba tocando sus extraordinarias interpretaciones e interesantes improvisaciones para esparcimiento de su familia y amigos.
123:6.6
Aunque Jesús continuaba haciendo envidiables progresos en la escuela, no todo estaba tranquilo para los padres ni para los maestros. Persistía en hacer muchas preguntas embarazosas tanto en el campo de la ciencia como en el de la religión, particularmente en relación con la geografía y la astronomía. Tenía particular interés en averiguar por qué había una temporada seca y una temporada de lluvias en Palestina. Repetidamente buscó la explicación de la gran diferencia entre la temperatura de Nazaret y la del valle del Jordán. Simplemente no paraba nunca de hacer estas preguntas inteligentes pero complicadas.