Giliana Kudsha
Adorad a Dios y Honrad a Su Mensajero
¡Adorad al único Dios, porque Él es vuestro Creador y vuestro Rey! Ya sea que llaméis al Creador por el Nombre de Yahweh, Mar-Yah o Zurvan, Él es un solo Dios. Hay muchos seres celestiales llamados por el título de Dios, pero el Creador es el Dios Altísimo y es Él quien merece adoración.
Ya sea que llaméis al Mensajero por el nombre de Jesús, Izgadda u otros nombres, debéis saber que los Mensajeros Divinos son iguales. Soy Izgadda y soy del mismo árbol como lo son todos los demás Mensajeros Divinos enviados por el Creador. No soy más que una rama de ese mismo árbol. Somos luz de luz. No hay ninguna distinción.
Adorad a Dios y honrad a Su Mensajero.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 9
Balance
1 Mis discípulos saben y exhiben la cualidad del balance.
2 Los unos no imponen sobre los otros duras reglas religiosas o ciertas regulaciones espirituales que son demasiado difíciles de cumplir, independientemente de si son Oyentes o Amigos de la Luz, y sin importar donde vivan en el mundo.
3 Los que han sido llamados del mundo como Elegidos Generales y Elegidos Intercesores aceptan sobre sí mismos varias disciplinas espirituales con el propósito de avanzar hacia la perfección y la eventual unión con la Única Luz.
4 Del mismo modo, los Oyentes – aquellos que escuchan y actúan sobre la Religión de la Luz, aceptan sobre sí mismos los deberes de los Oyentes, pero también saben que no están bajo la misma obligación que los Elegidos.
Didaché Capítulo 1:
Capítulo 1.
Los Dos Caminos y el Primer Mandamiento
1 Hay dos caminos, uno de vida y uno de muerte; pero hay una gran diferencia entre estos dos caminos.
2 El camino de la vida, entonces, es este: Primero, deberá amar al Creador que le hizo a usted; segundo, a su prójimo como a usted mismo; y usted nunca debe hacer a los demás lo que usted mismo no querría que los demás le hicieran a usted.
3 Y de estos dichos la enseñanza es esta: Usted deberá bendecir a todos los que le maldicen, y rezar por sus enemigos, y ayunar por todos los que le persiguen.
4 ¿Para qué sirve entonces si usted ama solo a los que le aman? ¿No hacen los gentiles lo mismo?
5 Pero usted debe amar a los que le odian; y usted no tendrá un enemigo.
6 Absténgase de los deseos carnales y mundanos.
7 Si alguien le golpea su mejilla derecha, ofrézcale la otra también; esta práctica le llevará a la perfección.
8 Si alguien le pide ir una milla, vaya con él dos en su lugar.
9 Si alguien le quita su capa, también debe darle su abrigo.
10 Si alguien toma algo que le pertenezca, no pida recuperarlo porque ¿qué bien puede hacer con ello en primer lugar?
11 Dé a todo el que le pida, y no pida nada a cambio; porque el Padre quiere que a todos se les debe dar de nuestras propias bendiciones que son dones gratuitos.
12 Feliz el que da conforme al Mandamiento; porque él es irreprochable.
13 Pobre del que recibe, porque si uno teniendo necesidad recibe, él está libre de culpa.
14 Pero el que recibe sin tener una verdadera necesidad, deberá pagar la pena, por qué recibió y para qué.
15 Y, entrando en el confinamiento, será examinado sobre las cosas que él ha hecho, y no escapará hasta que devuelva el último centavo.
16 Pero también ahora acerca de esto, se ha dicho: “Deje a sus limosnas sudar en el agarre firme de la palma de sus manos, hasta que sepa usted a quién se las debe dar”.