Giliana Kudsha
Escuchando al Espíritu Santo
El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu declara a los buscadores de la verdad. El Aliento del Altísimo, enviado por Mshikha, se mueve invisiblemente, guiando a los puros de corazón por los senderos antiguos. A través de los mensajeros del Padre, resuena la voz del Espíritu, no en el trueno, sino en el susurro que escuchan aquellos que vigilan y esperan.
Buscad las Escrituras con lámpara y anhelo, porque dentro de la Palabra de Alaha, la voz del Espíritu está inscrita para aquellos cuyos ojos no están nublados. Que tu corazón sea el altar, y tus oraciones el incienso que se eleva, pues en la quietud y la súplica se revelará el consejo oculto del Todopoderoso. Bienaventurado el que escucha y no se aparta, porque será guiado por la mano del Espíritu desde las sombras hacia el amanecer.
La Palabra de Alaha es lámpara para tus pies y brújula para tu alma. Claman los mensajeros del Altísimo. ¿Puedes percibir su llamado, o pasará como vapor más allá de tu alcance?
Por el poder del Espíritu Santo, la Palabra está abierta; escudriña sus profundidades de día y de noche. Que la Palabra sea tu pan y tu aliento. En el ayuno y en la oración, hallarás la voz que llama desde más allá del velo. Porque el Espíritu no lucha con los que están ensordecidos por el caos del mundo, sino que reposa sobre los mansos, los pacientes y los vigilantes.
El tiempo se apresura. La noche se profundiza y el clamor del centinela se acerca. ¿Serás hallado con aceite en tu lámpara o vagando en las tinieblas exteriores? El Espíritu guía, pero no arrastra. Quien lo siga andará por el camino angosto, y el peregrino que persevere verá las puertas del Reino.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 53:
Materialismo
1 La realidad no se encuentra en perseguir tras un bolsillo lleno de dinero. Esforzaos por alcanzar la Luz de Dios y encontraréis la realidad.
2 Cuando una persona lava las ventanas de sus ojos de la suciedad del materialismo, es capaz de empezar a ver la realidad.
3 Al igual que la caída de las hojas en Otoño, todas las cosas materiales son temporales y algún día dejarán de ser. Solo la Luz y el Espíritu son eternos.
4 No os preocupéis por las cosas materiales del mundo – desaparecen pronto; vuestro mayor tesoro está en el Reino de la Luz y es para siempre.
5 No podéis llevaros nada con vosotros en la muerte, pero el Espíritu Viviente se acuerda de vuestro servicio leal y os promete recompensaros como corresponde.
6 El que se gana la vida buscando el oro de la montaña nunca está satisfecho; mejor es tener una sola moneda de plata en vuestra mano que diez mil monedas de oro en vuestra casa.
7 Mis hijos y mis hijas honran al Gran Padre con la enseñanza simple, porque hay mayor honor en la sencillez que en el orgullo – más fe en caminar por la vida simple como hermanos de la Luz, que caminar con ropa orgullosa como hijos de la oscuridad.
Didaché Capítulo 9
La Eucaristía
1 Ahora con respecto a la Eucaristía, den las gracias de esta manera: Primero, con respecto a la copa:
2 Te damos gracias, Padre nuestro, por la Santa – y vivificante – Vid de David tu siervo, que nos diste a conocer a través de Tu Siervo Yeshúa.
3 A Ti sea la gloria por los siglos de los siglos.
4 Y con respecto al pan partido – den gracias de esta manera:
5 Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento que nos diste a conocer a través de Tu Siervo Yeshúa.
6 A Ti sea la gloria por los siglos de los siglos.
7 Así como este pan partido se esparció sobre las colinas, y fue juntado y se convirtió en uno, así también permite que Tu Santa Iglesia se reúna desde los confines de la tierra dentro de Tu Reino.
8 Porque Tuya es la gloria y el poder a través de Yeshúa el Mesías por los siglos de los siglos.
9 Pero no permitan que nadie coma o beba de la Eucaristía, a menos que haya sido bautizado o bautizada en nombre de Nuestro Señor Yeshúa.
10 Porque sobre esto también Yeshúa ha dicho: “No cuelguen adornos sagrados sobre los perros.”