Lecturas del Convenio Unido para el Domingo, 8 de Diciembre, 2024

Giliana Kudsha

La Fe y la Restauración

La relación fiel del Remanente con el Creador es fuerte. Es un proceso profundo y continuo y muy personal. La relación de uno con el Padre no es una experiencia de un solo momento. El Remanente se esfuerza por alcanzar la perfección, aunque en la tierra aún no ha alcanzado esa etapa, y por lo tanto se espera que todos los que estén dentro de la familia de la Religión de la Luz tengan el mismo nivel de fidelidad.

Si has desarrollado dudas en tu corazón o mente, o si crees que tu relación con el Creador ha menguado, es importante tomar medidas para sanar la ruptura que ha ocurrido. Uno de estos pasos es reconocer tus propias ofensas y perdonar siempre a cualquiera que te haya perjudicado. A menudo, perdonar a los demás es una tarea difícil, pero como Cristo enseñó, es necesario para la salvación del creyente. Por lo tanto, esto requerirá mucha honestidad, reflexión personal y una voluntad de no aferrarse a los rencores o a la ira contra los demás cuando nos hayan ofendido. Del mismo modo, si has pecado contra otros, pídeles que te perdonen.

El Padre Celestial les ha dado a Sus hijos e hijas varios medios por los cuales pueden restaurar su relación con Él y fortalecer su fe. Dos de estos son la oración y la meditación. Al reservar tiempo cada día para estar en la Presencia de Dios a través de la oración y la meditación, recibirás guía, consuelo y fuerza espiritual.

Leer y reflexionar sobre las Escrituras de tu comunidad espiritual te ayudará a obtener una comprensión más profunda de la naturaleza del Padre y de los principios de la Religión de la Luz. Encontrarás que hay ciertos pasajes y enseñanzas en los textos sagrados que resuenan contigo y que proporcionarán guía para tu alma.

Fortalecer tu fe y restaurar tu relación con Dios es un proceso que requiere paciencia, persistencia y ganas de crecer y aprender. Siempre mantente abierto a la guía del Espíritu de Santidad para enseñarte la Voluntad del Padre.

 

Enseñanzas de la Luz Capítulo 45:

El Intelectualismo y la Filosofía

1 Siempre y cuando la gente vea a los gigantes intelectuales de este mundo como dioses, nunca encontrarán alivio del sufrimiento.

2 Mientras la gente siga viendo a las filosofías vanidosas de los hombres como la verdad, seguirán viviendo en un mundo de confusión.

3 Los que aceptan las filosofías de los hombres como la única verdad son como los alpinistas que estaban siguiendo a un sherpa sin calificaciones hasta la cima de una gran montaña, y más tarde cayeron a su muerte porque el supuesto sherpa no pudo encontrar el camino correcto.

 
Didaché Capítulo 11

Sobre Maestros, Apóstoles, y Profetas

1 Quien sea que, por lo tanto, venga y os enseñe todas estas cosas en las que os hemos escrito – que se han dicho antes a otros – recíbanle.

2 Pero si el propio maestro cambia y enseña otra doctrina que es contraria a esta, ni siquiera le escuchen.

3 Pero si enseña de tal manera que aumenta la rectitud y el conocimiento de Yahweh – entre ustedes y otros – recíbanle como a Nuestro Señor Yeshúa.

4 Pero en cuanto a los Apóstoles y a los Profetas, actúen de acuerdo con el decreto del Evangelio.

5 Dejen que cada Apóstol que viene a ustedes sea recibido como Nuestro Señor Yeshúa.

6 Pero no permanecerá dentro de su casa más de uno o dos días si hay una necesidad.

7 Pero si permanece más de tres días sin ninguna necesidad, podría ser que es un falso profeta.

8 Y cuando el Apóstol se vaya de su compañía no le dejen que se lleve nada con él, excepto una cantidad suficiente de pan para el periodo de tiempo que necesita para encontrar un lugar donde alojarse.

9 Si pregunta por dinero, podría ser que es un falso profeta.

10 Y no probarán ni juzgarán a cualquier Profeta que hable en el Espíritu, porque todo pecado será perdonado, pero este pecado no será perdonado y solo el Mesías les hará responsables por su mala conducta.

11 Pero no todo el que habla en el Espíritu es un Profeta, pero solo si se mantiene fiel al Camino del Mesías.

12 Por lo tanto, el falso profeta y el verdadero profeta serán conocidos por sus comportamientos.

13 Y cada Profeta que pida comida mientras esté en el Espíritu no debe ser el primero en tomar de ella en la mesa salvo que sea de verdad un falso profeta.

14 Y cada Apóstol o Profeta que enseñe la Verdad, pero no ande conforme a lo que enseña, es un falso apóstol o un falso profeta.

15 Y cada profeta, probado que sea verdadero, trabajando en el misterio de la Iglesia en el mundo, pero que no enseña a otros a hacer lo que él mismo hace, no será juzgado entre ustedes, pues es con el Creador que él tiene su juicio; pues fue lo mismo con los profetas Antiguos.

16 Pero quienquiera que diga, mientras esté profetizando o hablando en el Espíritu, “Dame dinero”, o pida algo más como pago por su enseñanza, no le escuchen a él.

17 Pero si les dice que den por el bien de otros que tienen necesidad, que nadie lo juzgue, ya que él es movido a hablar por el Espíritu.