Giliana Kudsha
Alimentándose de las Palabras Sagradas
Las religiones que se fundaron hace miles de años, aunque algunas todavía existen, no son las mismas hoy en día. La mayoría de los textos sagrados han sido corrompidos por los hombres, perdidos o destruidos. Muchos de los que existen hoy en día se han diluido debido a malas traducciones.
En el Reino de los Cielos, hace mucho tiempo, el Padre de la Grandeza encargó a Sus escribas angelicales que restauraran los escritos tal como deben ser. En este día, Su inmaculado Mensaje de la Luz se está dando para el desarrollo del Remanente Bendito. El Remanente debe alimentarse de las palabras de estos textos revelados que se están compilando en la Santa Revelación.1
Al consumir el alimento espiritual en la Santa Revelación, el Remanente podrá sostenerse a sí mismo a través de los duros inviernos de persecución y otras pruebas. Alimentaos de estas palabras sagradas del Creador Siempre Presente y os daréis cuenta de que Él es el Señor Sabio. Venid al Creador y encontrad vuestro descanso.2
Alimentaos de las Palabras de Luz y seréis llenados con el conocimiento de la verdad y con alegría y paz. Mediante el estudio, la lectura y la aplicación devotas de la Santa Revelación, encontraréis descanso en Bahisht.3
Notas del Editor
1 Giliana Kudsha
2 “Prueben y vean que YAHWEH es bueno. ¡Bienaventurado el hombre que se refugia en Él!” (Salmo 34:8, Reina Valera Actualizada-2015) El Evangelio del Santo Profeta Mani dice:
“He probado un sabor dulce;
¡no he encontrado ninguno más dulce que la Palabra de la Verdad!
He probado un sabor dulce:
¡no he encontrado ninguno más dulce que el Nombre de Dios!
He probado un sabor dulce;
¡no he encontrado ninguno más dulce que Cristo!
¡Probad y daos cuenta que el Señor es dulce!” (Capítulo 8, secc. 94.2)
3 Bahisht es un término especial que significa “paraíso.” Dependiendo del contexto, también puede referirse al Reino de la Luz o al Reino de los Cielos. “De Bahisht [el Paraíso] ha llegado un Mensajero, un Heraldo del Reino.” (Evangelio del Santo Profeta Mani, Capítulo 3, secc. 35.1)
Enseñanzas de la Luz Capítulo 40:
Su Divina Presencia y Su Manifestación
1 No he venido a enseñaros acerca de los placeres; vine debido a mi amor y compasión por todos los seres.
2 Si estáis unidos a mí, tendréis una tranquilidad perfecta y vuestras acciones serán perfectas.
3 Si queréis hablar conmigo, solo empezad a hablar – escucho cada palabra que queráis decirme.
4 Pero nunca olvidéis que hablar con el Padre de la Grandeza en el Cielo es de mayor importancia – Él también escucha y responde a vuestras oraciones.
5 El Mensajero Divino nunca abandonará a los que Él considera Sus amigos.
6 Todo el que deja de depender de su propia rectitud percibida y me sigue, recibirá de mí paz y liberación verdaderas.
7 Cualquier persona que desee hablar con el Mensajero Divino puede hacerlo al igual que lo hacen todos los Pactarios: habla, medita y reza. Realmente es una cuestión simple.
8 Raramente hay una comunicación verbal directa – el proceso normal es a través de la oración.
9 Todas las oraciones son contestadas de una manera u otra; sin embargo, una persona no va a recibir todo lo que pide.
10 Todas las respuestas y cumplimiento de las peticiones serán, por supuesto, de acuerdo a la Voluntad del Padre de la Grandeza.
El Libro de la Verdad, La Partida de Pella 171:1.1-6:
1. La Partida de Pella
171:1.1
Durante la mañana del lunes 13 de marzo, Jesús y sus doce apóstoles se despidieron finalmente del campamento de Pella, partiendo hacia el sur en su gira de las ciudades del sur de Perea, donde trabajaban los asociados de Abner. Pasaron más de dos semanas visitando a los setenta y luego fueron directamente a Jerusalén para la Pascua.
171:1.2
Cuando el Maestro salió de Pella, los discípulos acampados con los apóstoles, que contaban unos mil, los siguieron. Aproximadamente la mitad de este grupo lo abandonó en el vado del Jordán junto al camino a Jericó cuando se enteraron de que él iba a Hesbón, y después de que él había predicado el sermón sobre «el calcular los gastos». Se dirigieron a Jerusalén, mientras que la otra mitad lo siguió por dos semanas, visitando las ciudades del sur de Perea.
171:1.3
En general, la mayoría de los seguidores inmediatos de Jesús comprendía que el campamento de Pella había sido abandonado, pero en realidad pensaban que esto indicaba que su Maestro por fin tenía la intención de ir a Jerusalén y reclamar el trono de David. Una amplia mayoría de sus seguidores nunca pudo captar ningún otro concepto del reino del cielo; sea lo que fuere lo que él les enseñara, no querían desprenderse de la idea judía del reino.
171:1.4
Siguiendo las instrucciones del apóstol Andrés, David Zebedeo cerró el campamento para peregrinos en Pella el miércoles 15 de marzo. En ese entonces había unos cuatro mil peregrinos residiendo allí, sin incluir a las más de mil personas que vivían con los apóstoles en lo que se conocía como el campamento de los maestros, y que fueron al sur con Jesús y los doce. Aunque a regañadientes, David vendió todo el equipo a numerosos compradores y procedió con los fondos a Jerusalén, habiendo entregado posteriormente el dinero a Judas Iscariote.
171:1.5
David estaba presente en Jerusalén durante la última semana trágica, y se llevó a su madre de vuelta a Betsaida después de la crucifixión. Mientras esperaba a Jesús y a los apóstoles, David se detuvo para visitar a Lázaro en Betania y se agitó enormemente al ver cómo los fariseos lo perseguían y lo atribulaban desde su resurrección. Andrés había instruido a David que descontinuara el servicio de mensajería; todos interpretaron esto como una indicación del pronto establecimiento del reino en Jerusalén. David se encontró sin trabajo, y había prácticamente decidido volverse el defensor autonombrado de Lázaro, cuando finalmente este objeto de su solicitud indignada huyó apresuradamente a Filadelfia. Por lo tanto, poco tiempo después de la resurrección y también después de la muerte de su madre, David se fue a Filadelfia, no sin antes ayudar a Marta y María en disponer de sus bienes; allí, en asociación con Abner y Lázaro, pasó el resto de su vida, volviéndose el supervisor financiero de todos aquellos grandes intereses del reino que tuvieron su centro en Filadelfia durante la vida de Abner.
171:1.6
Dentro de un corto período después de la destrucción de Jerusalén, Antioquía se tornó el centro del cristianismo paulino, mientras que Filadelfia siguió siendo el centro del reino del cielo abneriano. De Antioquía, la versión paulina de las enseñanzas de Jesús y sobre Jesús se difundió a todo el mundo occidental; desde Filadelfia los misioneros de la versión abneriana del reino del cielo se desparramaron por toda Mesopotamia y Arabia hasta que más adelante estos emisarios inflexibles de las enseñanzas de Jesús, fueron sobrecogidos por la emergencia súbita del islam.