Lecturas del Convenio Unido para el Jueves, 25 de Septiembre, 2025

Giliana Kudsha

La Fe y la Restauración

La relación fiel del Remanente con el Creador es fuerte. Es un proceso profundo y continuo y muy personal. La relación de uno con el Padre no es una experiencia de un solo momento. El Remanente se esfuerza por alcanzar la perfección, aunque en la tierra aún no ha alcanzado esa etapa, y por lo tanto se espera que todos los que estén dentro de la familia de la Religión de la Luz tengan el mismo nivel de fidelidad.

Si has desarrollado dudas en tu corazón o mente, o si crees que tu relación con el Creador ha menguado, es importante tomar medidas para sanar la ruptura que ha ocurrido. Uno de estos pasos es reconocer tus propias ofensas y perdonar siempre a cualquiera que te haya perjudicado. A menudo, perdonar a los demás es una tarea difícil, pero como Cristo enseñó, es necesario para la salvación del creyente. Por lo tanto, esto requerirá mucha honestidad, reflexión personal y una voluntad de no aferrarse a los rencores o a la ira contra los demás cuando nos hayan ofendido. Del mismo modo, si has pecado contra otros, pídeles que te perdonen.

El Padre Celestial les ha dado a Sus hijos e hijas varios medios por los cuales pueden restaurar su relación con Él y fortalecer su fe. Dos de estos son la oración y la meditación. Al reservar tiempo cada día para estar en la Presencia de Dios a través de la oración y la meditación, recibirás guía, consuelo y fuerza espiritual.

Leer y reflexionar sobre las Escrituras de tu comunidad espiritual te ayudará a obtener una comprensión más profunda de la naturaleza del Padre y de los principios de la Religión de la Luz. Encontrarás que hay ciertos pasajes y enseñanzas en los textos sagrados que resuenan contigo y que proporcionarán guía para tu alma.

Fortalecer tu fe y restaurar tu relación con Dios es un proceso que requiere paciencia, persistencia y ganas de crecer y aprender. Siempre mantente abierto a la guía del Espíritu de Santidad para enseñarte la Voluntad del Padre.

 

Enseñanzas de la Luz Capítulo 34:

Dios

1 Aferrarse a conceptos acerca de Dios es apego; Dios es lo que Dios es, sin vuestras interpretaciones y suposiciones.

2 Abandonad los conceptos e interpretaciones humanas; daos cuenta que Dios es lo que Dios es, sin crear suposiciones sobre Dios que no habéis experimentado.

3 Desde los cimientos de los cielos más altos se levanta una Gran Columna de fuego. La Voz del Creador truena en medio de ella.

4 Todos los seres celestiales de la Luz y los justos traen alabanza a Ti, Padre, cantando Santo repetidamente.

5 ¡Tú eres digno de alabanza, Padre bondadoso, Ancestro antiguo! ¡Bendito eres Tú, Dios bondadoso!

6 Buscad la Luz de Dios y Él caminará con vosotros durante todos vuestros días.

7 Dios no abandonará a ningún hombre, mujer o niño o niña que camine en Su Verdad. Dios está presente con todo el que invoca Su Nombre de verdad y con sinceridad.

8 Dios es siempre fiel en cumplir Sus promesas en cada generación.

9 La Voz de Dios Todopoderoso es Luz y trae seguridad, consuelo, y bendición a todos aquellos que oyen Su Voz.

1 0 Dios Todopoderoso considera como Sus amigos a todos los que le sirven en la verdad y la sinceridad.

11 Los siervos de Dios son capaces de confiar en Él tanto en los momentos de alegría como en los de adversidad – Él escucha vuestras oraciones.

12 La mano de Dios está dentro de vuestro alcance, porque Él está al lado de todo creyente y buscador verdadero y consigue esto por medio de Sus Mensajeros Divinos a lo largo de las varias generaciones de la humanidad.

13 Un hombre no puede encontrar la verdadera felicidad sin la Presencia de Dios en su vida. Dios está cerca de todos los que están cerca de Él.

14 Cuando estéis desesperados, recordad las promesas del Padre. Compartid las promesas del Gran Padre con todos aquellos que están dispuestos a escuchar tales promesas.

15 En Dios uno encuentra seguridad y esperanza para el futuro.

16 Cada rayo de sol es un regalo del Dios de arriba; Él tiene conocimiento de todos los que le sirven y los recompensa de manera adecuada – en momentos de tristeza y de alegría.

17 En todas las cosas que hagáis cada día y con cada decisión que toméis, dejad que Dios, Su Justicia y el Reino de la Luz sean vuestro enfoque principal.

18 Dios, el Gran Padre está por encima y más allá de la creación; Dios es la Fuente Suprema y Divina sobre toda la creación.

19 Dios el Gran Padre nunca puede ser expresado adecuadamente en términos humanos.

20 Uno de los primeros pasos para sentir la Presencia de Dios en vuestra vida es reconocer que Él ya está al lado de vosotros.

El Libro de la Verdad, La Muerte de José – 126:2:1-8:

2. La Muerte de José

126:2.1

Todo marchaba bien hasta aquel aciago martes 25 de septiembre; ese día un mensajero proveniente de Séforis trajo a esta casa nazarena la trágica noticia de que José, mientras trabajaba en la residencia del gobernador, había sufrido graves lesiones al desmoronarse una cabría. El mensajero de Séforis, camino a la casa de José, se detuvo en el taller, donde informó a Jesús del accidente de su padre; ambos fueron juntos a la casa para llevar la triste nueva a María. Jesús quería ir inmediatamente a ver a su padre, pero María no quiso atender razones excepto que sólo sabía que debía correr a estar junto a su marido. Decidió que iría a Séforis en compañía de Santiago, por entonces de diez años de edad, mientras que Jesús se quedaría en la casa cuidando de los niños más pequeños hasta su regreso, pues no sabía cuán grave era el estado de José. Pero José murió como consecuencia de sus lesiones antes de la llegada de María. Lo trajeron a Nazaret y al día siguiente se le enterró junto a sus padres.

126:2.2

En el preciso momento en que el futuro parecía sonreírles lleno de buenas perspectivas, una mano al parecer cruel había derribado al jefe de esta familia de Nazaret, desgarrando el corazón de este hogar; los planes para Jesús y para su educación futura quedaron destruidos. Este joven carpintero, que acababa de cumplir catorce años, despertó a una cruel realidad: no sólo tendría que cumplir con el mandato de su Padre celestial, o sea revelar la naturaleza divina en la tierra y en la carne, sino que en su joven naturaleza humana debería asumir también la responsabilidad de su madre viuda y de siete hermanos y hermanas y de la que aún no había nacido. Este joven nazareno se convirtió de golpe en el único sostén y consuelo de su familia tan súbitamente afligida por la desgracia. Así pues se permitió que ocurriesen en Urantia estos acontecimientos de orden natural que obligarían a este joven de destino a asumir tan pronto la responsabilidad, onerosa pero a la vez altamente educacional y disciplinaria, de convertirse en el jefe de una familia humana, padre de sus propios hermanos y hermanas, sostén y apoyo de su madre, guardián de la casa de su padre, el único hogar que había de conocer mientras estuvo en este mundo.

126:2.3

Jesús supo aceptar con buena disposición las responsabilidades caídas tan súbitamente sobre sus hombros y cumplió fielmente con estas obligaciones hasta el fin. Por lo menos se había resuelto, aunque en forma trágica, un gran problema, una dificultad prevista en su vida—ya no tendría que ir a Jerusalén para estudiar con los rabinos. Siempre fue verdad que Jesús «no se doblegó ante los pies de nadie». Estaba siempre dispuesto a aprender de quien fuese, aun del más humilde entre los niños, pero jamás derivó de fuentes humanas la autoridad para enseñar la verdad.

126:2.4

Aún nada sabía de la visitación de Gabriel a su madre antes de su nacimiento; lo supo por Juan el día de su bautismo, al comienzo de su ministerio público.

126:2.5

Según pasaban los años, este joven carpintero de Nazaret valoraba cada vez más las instituciones de la sociedad y las costumbres religiosas con un criterio invariable: ¿Qué es lo que hace por el alma humana? ¿Acerca Dios al hombre? ¿Acerca el hombre a Dios? Aunque el joven no había abandonado por completo el aspecto recreativo y social de la vida, cada vez más dedicaba su tiempo y energías a sólo dos fines: el cuidado de su familia y la preparación para hacer en la tierra la voluntad celestial de su Padre.

126:2.6

En las noches de invierno de este año, los vecinos se hicieron el hábito de aparecerse por la casa para escuchar a Jesús tocar el arpa, relatar historias (porque el mancebo era un narrador magistral) y leer las escrituras en griego.

126:2.7

Los asuntos económicos de la familia seguían andando bastante bien pues había quedado una suma considerable de dinero en el momento de la muerte de José. Jesús no tardó en demostrar que poseía un agudo sentido de los negocios y sagacidad en los asuntos financieros. Era liberal, pero frugal; ahorrativo, pero generoso, y demostró ser un administrador prudente y eficaz de la herencia de su padre.

126:2.8

Pero a pesar de todos los esfuerzos de Jesús y de los vecinos nazarenos por traer un poco de alegría a la casa, María y aun los pequeños estaban sumidos en la tristeza. José ya no estaba. José había sido un marido y un padre excepcional, y todos lo extrañaban. Su muerte parecía aun más trágica por no haber podido ellos hablarle ni recibir su última bendición.