Giliana Kudsha
Permaneciendo Fieles
Los verdaderos creyentes son aquellos que adoran al Creador Eterno Único y son discípulos de Su Hijo. Adoran a su Padre que se sienta sobre los cielos y sirven a Su Hijo que se manifiesta a Sí mismo mediante los diversos Mensajeros enviados por Su Padre.
Un verdadero creyente debe creer fielmente en la verdad, tener fe en los mensajes revelados de esta era, y seguir con diligencia ciertas costumbres y tradiciones que se transmiten a la mayor asamblea de la verdad, conocida como el Remanente. Esos son tus deberes. Es el Convenio Unido el que debe ser enseñado a todos los creyentes en tu hogar.
No descuides tus deberes como siervo del Eterno. Recuérdales a tus hijos e hijas y a los creyentes que te rodean que sean siempre fuertes en su fe en su Padre Único y atentos en su trabajo para construir el Reino del Creador.
Permaneciendo fiel a las verdades de los tiempos antiguos y modernos, serás bendecido. Al seguir las costumbres y tradiciones establecidas para los miembros del Convenio Unido de la Religión de la Luz, serás bendecido.
Hablaré contigo sobre las costumbres en los próximos días.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 93:
Líderes Mundiales
1 Poned vuestra confianza en Dios, porque ningún líder elegido puede perfeccionar vuestra alma o concederos la vida eterna.
2 Los líderes mundiales nunca os pueden dar la salvación de vuestra alma, ni tampoco los líderes religiosos falsos.
3 Detesto a todos los dictadores malvados, porque no existen para servir a los demás seres humanos, sino que se colocan a sí mismos para gobernar con orgullo y arrogancia. Tales personas no tienen ningún lugar en el Reino de la Luz.
4 El Reino de la Luz llevará a la destrucción a toda clase de líderes mundiales que no adoren al Padre de la Grandeza y que no sirvan a Su gente.
Evangelio del Profeta Mani Capítulo 8:
1 Mihr Yazd, el Espíritu Viviente, hizo las Ruedas – el Viento, el Agua y el Fuego; y él descendió y las formó debajo cerca de Sabala, el Soporte.
2 Entonces Malka Rabba d’Ikara, el Rey de la Gloria, las invocó y las recubrió para que puedan ascender sobre estos Gobernantes atrapados en las tierras y para ser de utilidad a los cinco Seres Brillantes, no sea que sean quemados por el Veneno de los Gobernantes.
3 Ahora, cuando el Enviado vino hacia estas Naves, ordenó a los Tres Siervos de Manbed, el Soporte, que hagan que las Naves se muevan; él instruyó que el Gran Constructor construyera la Nueva Tierra, y que hiciera que las Tres Ruedas se elevaran hacia arriba.
4 Ahora, cuando las Naves se elevaron y llegaron al centro del cielo, cuando el Enviado* mostró sus formas masculinas y femeninas y fue visto por los Gobernantes, los Hijos de la Oscuridad, masculinos y femeninos, que estaban en el firmamento.
* (Mensajero)
5 En ese momento una Imagen de la Luz fue revelada en la morada de las bestias, en la tierra de la fetidez.
6 Ellos vinieron a ver su Imagen, se arrastraron, enloquecieron debido a su brillo, se levantaron para poder marcar su semejanza, cayeron, se levantaron para marcar su belleza, se endulzaron con su fragancia.
7 Ellos doblaron sus rodillas y lo adoraron. Comenzaron cantando: “Has venido en paz, Oh Hijo de la Luz que serás el iluminador de nuestros mundos. ¡Ven a gobernar sobre nuestra tierra y pon paz en nuestra ciudad!”
8 Los demonios estaban diciendo esto con su boca, pero en su corazón planeaban hacer el mal.
9 En su deseo, comenzaron a emitir esa Luz que habían tragado de los cinco Seres Brillantes.
10 A continuación, ese Pecado que, como el pelo en la masa, estaba encerrado en ellos, se mezcló con la Luz que salió de los Gobernantes.
11 Entonces el Enviado ocultó sus formas; separó la Luz de los Seres Brillantes del Pecado que estaba con ellos, y cayó sobre los Gobernantes de los cuales había caído (karma); pero al igual que un hombre asqueado por su propio vómito no lo aceptaron.
12 Entonces cayó sobre la tierra, la mitad en lo Húmedo y la otra mitad en lo Seco.
13 El Pecado se enredó con la Luz; salió y bajó de lo Seco y lo Húmedo; de lo Seco formó a los árboles, pero en el Mar de inmediato se formó a sí mismo e hizo una gran rebelión en el Mar a semejanza del Rey de la Oscuridad.
14 Adamus Nuhra, el Diamante de la Luz, fue enviado contra ella; él luchó contra la bestia odiosa, la derrotó, la volvió sobre su espalda, la golpeó en el corazón con una Lanza, metió su Escudo dentro de su boca, y puso uno de sus pies en sus muslos y el otro sobre su pecho.
El Libro de la Verdad, Las Apariciones Finales y la Ascensión – 193:0.1-6:
193:0.1
LA DECIMOSEXTA manifestación morontial de Jesús ocurrió el viernes 5 de mayo, en el patio de Nicodemo, a eso de las nueve de la noche. Esa noche los creyentes de Jerusalén intentaron reunirse por primera vez desde la resurrección. Estaban congregados aquí en este momento los once apóstoles, el cuerpo de mujeres y sus asociadas, y unos cincuenta discípulos importantes del Maestro, incluyendo a varios griegos. Este grupo de creyentes había estado conversando casualmente por más de media hora, cuando de pronto, el Maestro morontial apareció a plena vista e inmediatamente comenzó a instruirlos. Dijo Jesús:
193:0.2
«Que la paz sea con vosotros. Éste es el grupo más representativo de creyentes—apóstoles y discípulos, hombres y mujeres– ante el cual yo haya aparecido, desde el momento de mi liberación de la carne. Os llamo ahora a testimonio de que os dije de antemano que mi estadía entre vosotros tendría fin. Yo os dije que finalmente debo volver al Padre. Luego os dije claramente de qué manera me entregarían los altos sacerdotes y los líderes de los judíos, para que fuera yo puesto a muerte, y que me levantaría de la tumba. ¿Por qué, pues, os dejasteis perturbar por todo esto cuando sucedió? ¿Por qué tanto os sorprendisteis cuando me levanté del sepulcro al tercer día? Vosotros no creísteis en mí, porque escuchasteis mis palabras sin comprender su significado.
193:0.3
«Ahora pues debéis prestar oído a mis palabras, para no cometer nuevamente el error de oír mis enseñanzas con la mente mientras vuestro corazón no comprende el significado. Desde el comienzo de mi estadía como uno de vosotros, os enseñé que mi único propósito era revelar a mi Padre en el cielo a sus hijos en la tierra. He vivido el autootorgamiento revelador de Dios para que vosotros pudieseis experimentar la carrera del que conoce a Dios. He revelado a Dios, como vuestro Padre en el cielo; os he revelado a vosotros, como hijos de Dios en la tierra. Es un hecho de que Dios os ama a vosotors, a sus hijos. Por la fe en mi palabra, este hecho se torna una verdad eterna y viva en vuestro corazón. Cuando, por la fe viva, os tornéis divinamente conscientes de Dios, naceréis del espíritu como hijos de la luz y de la vida, aun la vida eterna en la cual ascenderéis al universo de los universos y alcanzaréis la experiencia de encontrar a Dios el Padre en el Paraíso.
193:0.4
«Os advierto que recordéis siempre que vuestra misión entre los hombres es la proclamación del evangelio del reino—la realidad de la paternidad de Dios y la verdad de la filiación del hombre. Proclamad toda la verdad de la buena nueva, no tan sólo una parte del evangelio salvador. Vuestro mensaje no ha de cambiar por mi experiencia de resurrección. La filiación con Dios por la fe sigue siendo la verdad salvadora del evangelio del reino. Debéis salir predicando el amor de Dios y el servicio al hombre. Lo que el mundo necesita más que nada saber es: los hombres son hijos de Dios, y por la fe pueden en verdad realizar, y diariamente experimentar, esta verdad ennoblecedora. Mi autootorgamiento debe ayudar a todos los hombres a conocer que ellos son hijos de Dios, pero ese conocimiento no es suficiente si personalmente no captan por la fe la verdad salvadora de que ellos son los hijos de espíritu vivientes del Padre eterno. El evangelio del reino comprende el amor del Padre y el servicio de sus hijos en la tierra.
193:0.5
«Entre vosotros, compartís aquí, el conocimiento de que yo he resucitado de entre los muertos, pero eso no es extraño. Yo tengo el poder de poner mi vida y tomarla nuevamente; el Padre otorga ese poder a sus Hijos del Paraíso. Más bien, que vuestro corazón se estremezca por el conocimiento de que los muertos de una era ingresaron a la ascensión eterna poco después de que yo salí de la nueva tumba de José. Viví mi vida en la carne para mostraros cómo vosotros podréis, mediante el servicio amante, tornaros reveladores de Dios a vuestros semejantes así como, amándoos a vosotros y sirviéndoos, yo me he tornado revelador de Dios a vosotros. He vivido entre vosotros como el Hijo del Hombre para que vosotros, y todos los demás hombres, podáis conocer que de veras sois hijos de Dios. Por lo tanto, id pues al mundo predicando este evangelio del reino del cielo a todos los hombres. Amad a todos los hombres así como yo os he amado; servid a vuestros semejantes mortales así como yo os he servido. Habéis recibido libremente, dad libremente. Permaneced aquí en Jerusalén solamente hasta que yo vaya al Padre y os envíe el Espíritu de la Verdad. Él os guiará a una verdad más amplia, y yo iré con vosotros a todo el mundo. Estoy con vosotros siempre, y mi paz os dejo».
193:0.6
Cuando el Maestro hubo hablado, desapareció de su vista. Era casi el alba cuando los creyentes se dispersaron; toda esa noche permanecieron juntos, discutiendo intensamente las admoniciones del Maestro y discurriendo todo lo que les había ocurrido. Santiago Zebedeo y otros de los apóstoles también relataron sus experiencias con el Maestro morontial en Galilea y recitaron cómo se les había aparecido tres veces.