Giliana Kudsha
Los que Trabajan por los Demás
Los que trabajan por el bien de los demás serán bendecidos en esta vida; en la próxima vida, serán bendecidos con riquezas incomparables. Pero yo os digo que aquellos que esclavizan a otros, ellos mismos serán esclavizados en la próxima vida. Cualquiera que haga que alguien se endeude financieramente, él mismo se endeudará en su próxima vida. Porque pasará mucho tiempo antes de que un acreedor malvado pueda poner su pie en Bahisht.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 96:
El Suicidio
1 El suicidio, quitarse la propia vida, se equipara con el asesinato.
2 Tal acto, ya sea suicidio o el asesinato de otra persona, impedirá que una persona entre al Paraíso.
3 Aquellos que se suicidan están destinados a residir en un plano de existencia lleno de confusión y oscuridad, donde la miseria reina libremente y el caos renace cada hora hasta que ese mundo es aplastado con toda la materia.
4 Jehová es compasivo con todos aquellos que lo invocan a través de Sus Mensajeros, y no impide a nadie tener la oportunidad de obtener la Verdad de sus* manos.
* Los Mensajeros.
5 Los Mensajeros Divinos son conscientes del dolor que hay en los corazones de los hijos de los hombres y, como tales, ofrecen consuelo, con sabiduría y paciencia, a quienes padecen enfermedades mentales.
El Libro de la Verdad, El Sermón del Sábado en Pella – 165:3.1-9:
3. El Sermón del Sábado en Pella
165:3.1
A fines de enero, las multitudes de los sábados por la tarde eran casi de tres mil personas. El sábado 28 de enero, Jesús predicó el sermón memorable sobre «Confianza y preparación espiritual». Después de las observaciones preliminares de Simón Pedro, el Maestro dijo:
165:3.2
«Lo que muchas veces he dicho a mis apóstoles y a mis discípulos, declaro ahora a esta multitud: guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía, nacida del prejuicio y alimentada por la esclavitud de las tradiciones, aunque muchos de estos fariseos sean de corazón honesto y algunos entre ellos permanecen aquí como mis discípulos. Pronto todos vosotros comprenderéis mis enseñanzas porque no hay nada que esté ahora escondido, que no será revelado. Lo que se oculta de vosotros se os hará evidente cuando el Hijo del Hombre haya completado su misión en la tierra y en la carne.
165:3.3
«Pronto, muy pronto, lo que nuestros enemigos confabulan ahora en secreto, en las tinieblas, saldrá a la luz y será proclamado desde las azoteas. Mas yo os digo, amigos míos, no les temáis a ellos cuando traten de destruir al Hijo del Hombre. No temáis a los que, aunque puedan matar el cuerpo, después ya no tendrán poder alguno sobre vosotros. Yo os advierto que no temáis a nadie, ni en el cielo ni en la tierra, sino que os regocijéis en el conocimiento de Aquél que tiene el poder de liberaros de toda injusticia y de presentaros sin culpa ante el asiento de justicia de todo el universo.
165:3.4
«¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartillos? Sin embargo, cuando estos pajaritos vuelan en busca de alimento, ni uno de ellos existe sin el conocimiento del Padre, la fuente de toda vida. Para los guardianes seráficos, hasta los cabellos de vuestra cabeza están numerados. Si todo esto es verdad, ¿por qué vivir temerosos de las muchas pequeñeces que surgen en vuestra vida diaria? Yo os digo: no temáis; vosotros valéis mucho más que muchos pajarillos.
165:3.5
«Todos los que entre vosotros habéis tenido el valor de confesar vuestra fe en mi evangelio ante los hombres, yo presentaré a los ángeles del cielo; pero el que rechace a sabiendas la verdad de mis enseñanzas ante los hombres, será rechazado por el guardián de su destino aun ante los ángeles del cielo.
165:3.6
«Digáis lo que digáis sobre el Hijo del Hombre, se os perdonará; pero el que presuma blasfemar contra Dios, difícilmente encontrará perdón. Cuando los hombres llegan hasta el extremo de asignar las obras de Dios a las fuerzas del mal, esos rebeldes deliberados difícilmente buscarán el perdón de sus pecados.
165:3.7
«Y cuando nuestros enemigos os lleven ante los rectores de las sinagogas y ante otras altas autoridades, no os preocupéis por lo que debéis decir, ni os aflijáis por cómo contestar a sus preguntas, porque el espíritu que reside en vosotros os enseñará certeramente en esa misma hora lo que debéis decir en honor del evangelio del reino.
165:3.8
«¿Por cuánto tiempo permaneceréis en el valle de la indecisión? ¿Por qué vaciláis entre dos opiniones? ¿Por qué titubean los judíos o los gentiles en aceptar la buena nueva de que son hijos del Dios eterno? ¿Cuánto tiempo nos llevará persuadiros que entréis con regocijo en vuestra herencia espiritual? Yo vine a este mundo para revelar a vosotros el Padre y conduciros al Padre. Lo primero ya he hecho, pero lo segundo no puedo hacer sin vuestro consentimiento; el Padre jamás obliga a nadie a entrar en el reino. La invitación siempre existió y siempre existirá: el que quiera, que venga y que comparta libremente del agua viva».
165:3.9
Cuando Jesús hubo terminado de hablar, muchos salieron para ser bautizados por los apóstoles en el Jordán, mientras él escuchaba las preguntas de los que se quedaban allí.