Giliana Kudsha
Por Qué He Venido
He venido a vosotros por la Voluntad del Padre que me envió. Vine a recoger las ovejas del Gran Pastor del Reino de la Luz. Los últimos días están sobre vuestro mundo y estoy aquí para reuniros en un solo convenio. Las palabras que hablo son las del Padre que me las susurró al oído. Ahora os digo estas mismas palabras a vosotros. Escuchad estas palabras y sed revitalizados. Escuchad estas palabras y vivid.
Ha llegado el momento en que el Padre le dirá al Guardián de la Puerta que cierre la puerta al Reino. Cuando la puerta se cierre, nadie más podrá entrar. Sed sabios y seguid los Mandamientos. Meditad sobre mi imagen y sobre mis enseñanzas y encontraréis consuelo para vuestras almas, y encontraréis descanso para vuestra cabeza en el Reino de la Luz. ¡Dios es Rey!
Enseñanzas de la Luz Capítulo 90:
Guerreando Contra el Creador
1 Cualquiera que se ponga a sí mismo entre el Creador y la humanidad, trayendo muerte a su hermano o hermana, declara la guerra contra su Creador.
2 Cualquiera que intente hacer la guerra contra el Creador se verá a sí mismo acusado de alinearse con la malvada y de tal manera perderá la oportunidad de salvar su alma.
3 Enseñar herejía dentro de la Asamblea de los Justos, propagar rumores y participar en cotilleo sobre los valiosos hermanos se equipara a guerrear contra el Padre de la Grandeza.
La Biblia Oahspe, Libro del Juicio Capítulo 7:
1. Un hombre puede ser sabio en cuanto a libros, filosofía, matemáticas, poesía y tener gran erudición y, sin embargo, ser de bajo grado en cuanto al espíritu.
2. Un hombre puede saber poco de todo ese conocimiento y puede ser incluso pobre, pero por medio de las dificultades y la experiencia puede ser desarrollado en la simpatía y en las buenas obras hechas a los demás, y tener un alto grado en cuanto al espíritu.
3. También puede ser así con los espíritus que se manifiestan a través de ti como grandes oradores, que están incluso en el grado más bajo en el cielo.
4. No te engañes a ti mismo, oh hombre, en cuanto a tu conocimiento, o a tu hablar o profesiones.
5. Tienes la balanza en tus propias manos y, tarde o temprano, te pesarás justamente y tomarás tu lugar, como te has preparado a ti mismo.
6. Ni te halagues a ti mismo pensando que puedes engañar al cielo, o cambiar sus caminos.
7. Ni te escondas a ti mismo detrás de doctrinas, o detrás de las promesas de Dioses o Salvadores.
8. Las cosas viejas se acabaron, y ninguna de estas cosas te servirán a ti en la tierra o en el cielo.
9. Seas rey o reina o juez o siervo, el mismo juicio se aplicará a todos.
10. Cuando el manto se haya ido, y la diadema y las riquezas e incluso la carne, considera el grado de tu espíritu y la atadura sobre ti.
11. Tomarás aquello para lo que te hayas preparado a ti mismo, conforme a lo que hayas hecho.