Lecturas del Convenio Unido para el Sábado, 11 de Enero, 2025

Giliana Kudsha

Los Fielistas Esenios Una Tribu Unida

Hablo al pueblo de Jehoví, a los Fielistas del Todopoderoso, y no al mundo. El Padre no está llamando a los uzianos, sino a Su pueblo. Jehoví os está convocando a vosotros que sois los verdaderos Israelitas. Vosotros sois Fielistas Esenios y pertenecéis a Jehoví. Sois el valioso remanente del Creador Siempre Presente. Sois una tribu unida en la adoración de Jehoví y con el objetivo común de permanecer fieles a los Mandamientos del Padre y de escuchar Su Voz como una sola comunidad espiritual.

Sin importar cuán distantes estáis cada uno de vosotros el uno del otro, aun así estáis unidos por la presencia de Jehoví. Sin importar qué idioma habláis, el idioma de vuestro corazón debe ser uno, que es hacer la Voluntad del Padre.

El lenguaje espiritual de los Fielistas Esenios y el lenguaje nocivo de los uzianos son diferentes en muchos aspectos. El idioma en el que habláis está lleno de alabanza, acción de gracias y gratitud a Jehoví, mientras que el idioma de los uzianos está lleno de suciedad, codicia, división y odio que solo alaba a satanás (el ego).

Es importante que los Fielistas de Jehoví se distingan a sí mismos en su forma de hablar de la de uz. Como remanente, os estáis apoyando mutuamente en vuestra adoración y servicio diarios a Jehoví vuestro Creador. No se os ha asignado la tarea de convertir a los uzianos o de obligarlos a aceptar la Luz del Todopoderoso. Vuestro ejemplo de vivir de acuerdo con los Mandamientos y las Virtudes es suficiente para que otros dejen atrás sus viejos hábitos y acepten a Jehoví. Esto último solo ocurrirá en Su tiempo, y solo de los uzianos que están intentando verdaderamente buscar Su verdad. En esta era, Jehoví está interesado principalmente por Su remanente y por cómo lo adoran según la manera en que Él ha inspirado a cada uno en su corazón.

Como Fielistas Esenios, tenéis que adoptar la manera de hablar de vuestros antepasados espirituales de la antigüedad. Tenéis una cultura única que debe ser apreciada, promovida y mantenida dentro de la tribu. En todo lo que hagáis, hablad entre vosotros con amor y afiliación, como lo hicieron los Esenios de Qumrán hace siglos.

Adorad a Jehoví el Todopoderoso en emeth (verdad) y ruach (espíritu), porque Él es Rey, y Él es el Padre de la tribu Fielista Esenia. Vosotros sois los Fielistas de Jehoví. Caminad erguidos en Su Luz todos los días.

 

Enseñanzas de la Luz Capítulo 79:

Prácticas Espirituales

1 Establecer una práctica espiritual diaria es saludable, pero solo si es desde el corazón y para el beneficio de todos los seres vivos.

2 En cualquier práctica espiritual que decidáis adoptar, aseguraos que proviene de la Verdad y que no se basa en las ideas y creencias religiosas falsas de quienes no son de la Luz.

3 No descuidéis la práctica del arrepentimiento, la oración, la meditación, la contemplación y el estudio. Estas, hijos e hijas míos, os llevarán a la perfección.

La práctica constante de las Doce Virtudes, la oración regular, el estudio de las Sagradas Escrituras, el ayuno, dar Limosna, el canto de himnos y el servir a los demás de manera altruista, son algunas de las prácticas espirituales centrales de los Pactarios de Jehová.

 

La Torá, Génesis 47:28-50:26:

PARASHAT VAIEJÍ – SECCIÓN VAIEJÍ

28 Iaacov (Jacob) vivió en la tierra de Egipto diecisiete años; y los días de Iaacov (Jacob), los años de su vida, fueron ciento cuarenta y siete años.

29 Se acercaron los días de morir de Israel, y llamó a su hijo, a Iosef (José), y le dijo: «Por favor, si he hallado gracia en tus ojos, por favor coloca tu mano bajo mi muslo, y haz conmigo benevolencia y verdad: por favor no me entierres en Egipto.

30 Pues he de yacer junto con mis padres y has de transportarme de Egipto y enterrarme en su tumba».
Dijo: «Yo haré tal como has dicho».

31 Él respondió: «Júrame», y le juró; entonces Israel se postró hacia la cabecera de la cama.

48

1 Y sucedió tras estas palabras que se le dijo a Iosef (José): «He aquí que tu padre está enfermo». Tomó a sus dos hijos, Menashe (Manasés) y Efraim, con él.

2 A Iaacov (Jacob) le fue dicho: «He aquí que tu hijo Iosef (José) ha venido a tí». Israel se esforzó y se sentó en la cama.

3 Iaacov (Jacob) le dijo a Iosef (José): «El Shadai apareció ante mí en Luz, en la tierra de Canaán, y me bendijo.

4 Él me dijo: “He aquí que te haré frectificaré y te multiplicaré; haré de ti una congregación de pueblos y daré esta tierra a tu descendencia futura como posesión eterna”.

5 Y ahora tus dos hijos que te nacieron en la tierra de Egipto antes de que yo llegara a ti en Egipto, serán míos; Efraim y Menashe (Manasés) serán míos como Reuben (Rubén) y Shimon (Simeón).

6 Mas la descendencia que te nazca después de ellos será tuya; y serán incluidos debajo del nombre de sus hermanos con respecto a la herencia.

7 En cuanto a mí, cuando vine de Padán, Rajel (Raquel) murió sobre mí en la tierra de Canaán, en el camino, cuando todavía faltaba un trecho hasta Efrat; y yo la enterré allí, en el camino hacia Efrat, que es Betlejem».

8 Israel vio a los hijos de Iosef (José) y dijo: «¿Quiénes son éstos?».

9 Y Iosef (José) le dijo a su padre: «Son mis hijos que Dios me dio aquí».
Dijo: «Por favor, tráemelos y los bendeciré».

10 Los ojos de Israel estaban ahora pesados por la vejez, y no podía ver; y se los trajo cerca, y él los besó y los abrazó.

11 Israel le dijo a Iosef (José): «No me atreví a pensar que volvería a ver tu rostro… ¡y he aquí que Dios me ha mostrado incluso a tus descendientes!».

12 Entonces Iosef (José) los quitó de sus rodillas y se postró con el rostro a tierra.

13 Iosef (José) tomó a los dos, a Efraim con su mano derecha, a la izquierda de Israel, y a Menashe (Manasés) con la izquierda, a la derecha de Israel, y los acercó a él.

14 Mas Israel extendió su mano derecha y la colocó sobre la cabeza de Efraim, y él era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Menashe (Manasés). Él cruzó intencionadamente las manos, pues Menashe (Manasés) era el primogénito.

15 Bendijo a Iosef (José) y dijo: «El Dios, ante Quien anduvieron mis padres Abraham e Itzjak (Isaac), El Dios que me ha guiado desde mis inicios hasta el día de hoy;

16 que el ángel que me redime de todos los males bendiga a los jóvenes y que mi nombre sea declarado sobre ellos, y el nombre de mis antepasados, Abraham e Itzjak (Isaac), y que proliferen abundantemente como peces dentro de la tierra».

17 Iosef (José) vio que su padre colocaba la mano derecha sobre la cabeza de Efraim y se disgustó; entonces sostuvo la mano de su padre para quitarla de la cabeza de Efraim y colocarla en la cabeza de Menashe (Manasés).

18 Y Iosef (José) le dijo a su padre: «No así, padre, pues éste es el primogénito; coloca tu mano derecha sobre su cabeza».

19 Mas su padre se negó, diciendo: «Yo sé, hijo mío, yo sé; él también se transformará en un pueblo, y él también será grande; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia colmará las naciones».

20 Los bendijo aquel día, diciendo: «En vosotros se bendecirá Israel, diciendo: “Que Dios te coloque como Efraim y Menashe (Manasés)”», y colocó a Efraim antes que a Menashe (Manasés).

21 Israel le dijo a Iosef (José): «He aquí que estoy a punto de morir; Dios estará junto a vosotros y os retornará a la tierra de vuestros antepasados. 22 En cuanto a mí, te he dado Shejem, una porción más que a tus hermanos, que de las manos del emorita tomé con mi espada y con mi arco».

49

1 Iaacov (Jacob) llamó a sus hijos y dijo: «Reuníos y os anunciaré lo que habrá de aconteceros al Final de los Días.

2 Juntaos y escuchad, oh hijos de Iaacov (Jacob), y escuchad a Israel vuestro padre.

3 Reuben (Rubén), tú eres mi primogénito, mi fuerza y mi vigor inicial, primero en rango y primero en poder.

4 Impetuoso como el agua, no aumentarás todas las preeminencias que te estaban destinadas, pues subiste al lecho de tu padre; y Lo profanaste al Que elevó mi lecho.

5 Shimon (Simeón) y Levi son camaradas, sus armas son un arte robado.

6 En su conspiración, ¡que mi alma no entre! Con su congregación, la de Koraj, no se una mi honor. Pues en su ira mataron a personas y por su voluntad incapacitaron a un toro.

7 Maldita es su ira, pues es intensa, y su furia, pues es dura; los separaré dentro de Iaacov (Jacob) y los dispersaré en Israel.

8 Iehuda (Judá), a ti te alabarán tus hermanos; tu mano estará sobre la nuca de tus enemigos; los hijos de tu padre se postrarán ante ti.

9 Cachorro de león es Iehuda (Judá); de la presa, hijo mío, te elevaste. Se agazapa, se recuesta como un león y como una leona temible, ¿quién se atreve a despertarlo?

10 El cetro no se alejará de Iehuda (Judá), ni los discípulos de entre sus descendientes, hasta que llegue Shiló, y la suya será una asamblea de pueblos.

11 Él atará su asno a la vid y a la rama de la vid su burrito; lavará sus ropas con vino y su manto con la sangre de las uvas.

12 Con los ojos rojos por el vino y los dientes blancos por la leche.

13 Zebulún (Zabulón) se asentará en las costas. Estará en el puerto del navío y su último límite llegará hasta Sidón.

14 Isajar (Isacar) es un asno de huesos fuertes; descansa entre las fronteras.

15 Vio que la tranquilidad era buena y que la tierra era agradable, y aun así inclinó el lomo para soportar y se transformó en esclavo.

16 Dan juzgará a su pueblo como una de las tribus de Israel.

17 Dan será una serpiente en el camino, una víbora en el sendero, que muerde el talón del caballo, y su jinete cae hacia atrás.

18 Por Tu salvación anhelo, ¡oh El Eterno!

19 Gad reclutará un regimiento y éste se retirará sobre su talón.

20 De Asher (Aser), su pan tendrá riqueza y proveerá manjares de reyes.

21 Naftali (Neftalí) es una cierva suelta que ofrece bellas palabras.

22 Un hijo fructífero es Iosef (José), un hijo encantador a los ojos; cada una de las jóvenes subió a las alturas para ver.

23 Lo amargaron y lo hostilizaron; los hombres con lengua como flecha lo odiaron.

24 Mas su arco se estableció firme y sus brazos resplandecieron, de las manos del Supremo Poder de Iaacov (Jacob), de allí, él fue pastor de la piedra de Israel.

25 Fue del Dios de tu padre y Él te ayudará, y con Shadai, y Él te bendecirá bendiciones de los Cielos, desde arriba, bendiciones de la profundidad, desde abajo, bendiciones del padre –shadaim– y de la madre –rejem-.

26 Las bendiciones de tu padre sobrepasaron las bendiciones de mis padres hasta los límites infinitos de las colinas del mundo. Que estén sobre la cabeza de Iosef (José) y sobre la cabeza del elegido de sus hermanos.

27 Biniamin (Benjamín) es lobo depredador; a la mañana devorará la presa y a la noche repartirá el despojo».

28 Todas éstas son las tribus de Israel, doce, y esto es lo que su padre les dijo y las bendijo; bendijo a cada una de acuerdo con su bendición apropiada.

29 Luego les ordenó, y les dijo: «He de reunirme con mi pueblo; enterradme con mis padres, en la cueva que está en el campo de Efron el jeteo.

30 En la cueva que está en el campo de Majpelá, frente a Mamre, en la tierra de Canaán, que Abraham compró junto con el campo a Efrón, el jeteo, como propiedad de sepultura.

31 Allí enterraron a Abraham y su mujer Sara; allí enterraron a Itzjak (Isaac) y su mujer Rivka (Rebeca); y allí enterré a Lea.

32 La compra del campo y de la cueva que está en él fue hecha a los hijos de Jet».

33 Iaacov (Jacob) terminó de ordenar a sus hijos, colocó sus pies en la cama; expiró y fue reunido con su pueblo.

50

1 Iosef (José) cayó sobre el rostro de su padre; lloró sobre él y lo besó.

2 Iosef (José) ordenó a sus sirvientes, a los médicos, que embalsamaran a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.

3 Se completó su término de cuarenta días, pues tal es el término de los embalsamados, y Egipto lo lloró durante setenta días.

4 Cuando el período de llanto llegó a su fin, Iosef (José) habló a la familia del Faraón, diciendo: «Os ruego, si he hallado gracia en vuestros ojos, que habléis ahora a los oídos del Faraón, diciendo:

5 Mi padre me ha conjurado, diciendo: “He aquí que estoy a punto de morir; en mi tumba, que he preparado en la tierra de Canaán, allí deberéis sepultarme”. Ahora subiré, os ruego, y enterraré a mi padre, y retornaré».

6 Y el Faraón dijo: «Sube y entierra a tu padre tal como te hizo jurar».

7 Iosef (José) subió a enterrar a su padre, y con él subieron todos los sirvientes del Faraón, los ancianos de su casa y todos los ancianos de la tierra de Egipto,

8 y toda la casa de Iosef (José), sus hermanos, y la casa de su padre; únicamente sus niños pequeños, sus ovejas y su ganado vacuno dejaron en la tierra de Goshen.

9 Y él trajo consigo tanto carrozas como jinetes; y el campamento era muy importante.

10 Llegaron a Goren Ha Atad, que está del otro lado del Jordán, y allí realizaron una eulogía muy grande e imponente; y le fue guardado a su padre un período de luto de siete días.

11 Cuando los habitantes cananeos de la tierra vieron el luto de Goren Ha Atad, dijeron: «Es un duelo importante para Egipto». Por eso, se lo llamó Avel Mitzraim, que se encuentra del otro lado del Jordán.

12 Sus hijos hicieron con él tal como él les había ordenado.

13 Sus hijos lo transportaron a la tierra de Canaán y lo enterraron en la cueva del campo de Majpelá, el campo que Abraham había adquirido de Efrón el jeteo como sitio de sepultura, enfrente de Mamre.

14 Después de que enterró a su padre, Iosef (José) retornó a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que habían subido junto con él a enterrar a su padre.

15 Los hermanos de Iosef (José) vieron que su padre había muerto, y dijeron: «Tal vez Iosef (José) nos guarde rencor, y entonces ciertamente nos devolverá todo el mal que le hicimos».

16 Mandaron a decir a Iosef (José), diciendo: «Tu padre dio órdenes antes de su muerte, diciendo:

17 “Así le diréis a Iosef (José): te ruego perdones la falta de tus hermanos y su pecado, pues te han causado mal”. Y ahora, te rogamos perdones la falta de los sirvientes del Dios de tu padre». Y Iosef (José) lloró cuando le hablaron.

18 Sus propios hermanos también fueron y se postraron ante él y dijeron: «Estamos dispuestos a ser tus sirvientes».

19 Mas Iosef (José) les dijo: «No temáis, pues ¿acaso estoy en lugar de Dios?

20 Si bien vosotros pensasteis en hacerme daño, Dios lo pensó para bien: para que –es claro como este día– todo un vasto pueblo pueda sobrevivir.

21 Y ahora, no temáis, yo os sustentaré a vosotros, y a vuestros hijos». Así los consoló y habló a su corazón.

22 Iosef (José) se estableció en Egipto, él y la casa de su padre, y Iosef (José) vivió ciento diez años.

23 Iosef (José) vio tres generaciones a través de Efraim; incluso los hijos de Majir, hijo de Menashe (Manasés), fueron criados en las rodillas de Iosef (José).

24 Iosef (José) les dijo a sus hermanos: «Estoy a punto de morir, mas Dios ciertamente os recordará y os elevará de esta tierra a la tierra que El juró a Abraham, Itzjak (Isaac) y Iaacov (Jacob)».

25 Iosef (José) hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: «Dios ciertamente os recordará y deberéis subir mis huesos de aquí».

26 Iosef (José) murió a la edad de ciento diez años; lo embalsamaron y lo colocaron en un cajón en Egipto.