Lecturas del Convenio Unido para el Sábado, 14 de Septiembre, 2024

Giliana Kudsha

Rechazo a Aprender de los Espíritus Santos

“Tal hombre niega Mi inspiración y la inspiración de Mis ángeles. Él es poco más que un árbol del bosque, que tiene un tronco y muchas ramas, pero no se mueve de su lugar”. (Inspiración 5:16)

Hoy en día, la mayoría de las iglesias y las personas que afirman seguir las enseñanzas de Joshú se han negado a aceptar la invitación de Jehoví de aprender de Sus ángeles de alto rango. Gran parte de la culpa recae sobre los líderes de estas iglesias y organizaciones. En su rechazo a aprender, han rechazado los espíritus santos del Padre que les han sido enviados. Sus líderes han enseñado en contra de aprender a través de estos ángeles de alto rango y, por lo tanto, han blasfemado contra el Espíritu de santidad.

Joshú enseñó: “De cierto os digo que todos sus pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y sus blasfemias con las que sean que blasfemen; pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo [el mundo de espíritus santos] nunca tendrá perdón, mas es culpable de un pecado eterno, porque dijeron: Tiene un espíritu inmundo”. (Marcos 3:28-30)

Todos aquellos que niegan la invitación del Padre para aprender de Sus espíritus no podrán resistir las pruebas de fuego y el juicio divino que vienen después. “Puesto que solo han sembrado dolor y angustia en la tierra, eso es lo que cosecharán y eso es lo que comerán”. (Cartas del Reino 14:15)

 

Enseñanzas de la Luz Capítulo 60:

Paciencia

1 Los Pactarios de Jehová saben y exhiben la cualidad de la paciencia.

2 Los Elegidos no corren por delante de la enseñanza que el Padre de la Grandeza me ha dado a mí.

3 Los que están en unión conmigo – una mente unida con mi mente – son pacientes en todas las cosas y tienen comprensión perfecta de la necesidad de enseñar todas las doctrinas y conceptos de una manera gradual.

4 Los Elegidos y los valiosos discípulos no van de caza con la esperanza de encontrar falsedades o imperfecciones en las enseñanzas, creencias, esperanzas o prácticas de los demás.

5 Los Pactarios de Jehová están en paz y practican la paciencia en todas las cosas y se corrigen a sí mismos antes de intentar amonestar los errores encontrados en otros.

Torá: Deuteronomio 21:10-25:19

PARASHAT KI TETZÉ – SECCIÓN KI TETZÉ

10 Cuando salieres a la guerra contra tu enemigo y El Eterno, tu Dios, te lo entregare en tu mano y capturares cautivos,
11 y vieres entre los cautivos una mujer que es hermosa de aspecto y la deseares, la podrás tomar para ti como esposa.
12 La traerás a tu casa; ella se rapará su cabeza y se dejará crecer las uñas.
13 Se quitará la ropa de su cautiverio y se sentará en tu casa y llorará por su padre y su madre durante un mes entero; luego podrás venir a ella y allegarte a ella, y ella será para ti tu mujer.
14 Pero acontecerá que si no la deseas, entonces la dejarás ir, mas no la venderás por dinero, y no la esclavizarás, pues la has afligido.
15 Si un hombre tuviere dos mujeres, una amada y otra odiada, y las dos le dan hijos, la amada y la odiada, y el hijo primogénito es el de la odiada;
16 entonces ocurrirá que el día que haga que sus hijos hereden lo que él posea, no puede darle el derecho de primogenitura al hijo de la mujer amada antes que al hijo de la mujer odiada.
17 Sino que debe reconocer al primogénito, el hijo de la mujer odiada, dándole porción doble de todo lo que se halla en su poder; pues él es su vigor inicial, a él le corresponde el derecho de primogenitura.

18 Si un hombre tuviere un hijo díscolo y rebelde, que no obedece la voz de su padre ni la voz de su madre, y ellos lo disciplinan, mas él no les obedece;
19 entonces su padre y su madre lo tomarán y lo sacarán a los ancianos de su ciudad y a al portal del Tribunal de su lugar.
20 Ellos les dirán a los ancianos de la ciudad: «Este hijo nuestro es díscolo y rebelde; no obedece nuestra voz; es un glotón y un bebedor»
21 Todos los hombres de su ciudad lo apedrearán y morirá; y eliminarás el mal de vuestro medio; y todo el pueblo de Israel oirá y temerá.
22 Si un hombre hubiere cometido un pecado cuyo castigo es la muerte, será condenado a muerte y lo colgarás en la horca del árbol.
23 Su cuerpo no permanecerá en el árbol toda la noche, sino que ciertamente lo enterrarás ese día, pues la persona en este estado es como si la maldición de Dios está colgada, y no impurificarás tu Tierra, que te da El Eterno, tu Dios, como herencia.

22

1 No verás el buey de tu hermano o su oveja que se extraviaron y te desentenderás de ellos; ciertamente se los devolverás a tu hermano.
2 Si tu hermano no está junto a ti y no lo conoces, entonces llévalos a tu casa y permanecerán contigo hasta que tu hermano reclame por ellos, y entonces se los devolverás.
3 Así harás con su asno, así harás con su prenda de vestir y así harás con cualquier objeto perdido de tu hermano que se le extraviaron a él y que tú encuentres; no podrás desentenderte.
4 No verás el burro de tu hermano o su buey caídos en el camino y te desentenderás de ellos; ciertamente los pondrás en pie con él.
5 Vestimenta masculina no portará la mujer y el hombre no vestirá ropa de mujer, pues todo el que lo haga comete una abominación contra El Eterno, tu Dios.
6 Si te encuentras con un nido de pájaro en el camino, en cualquier árbol o sobre el suelo, y hay en él pichones o huevos y la madre está empollando sobre los pichones o sobre los huevos, no tomarás a la madre junto con los pichones.
Ciertamente expulsarás a la madre y tomarás para ti a los pichones, para que sea el bien contigo y se prolonguen tus días.

8 Si construyes una casa nueva, harás una valla en tu techo, para que no viertas sangre en tu casa si se cae una persona del mismo.

9 No sembrarás tu viñedo con una mezcla –kilaim-, para que lo que crezca de la semilla que plantes y lo producido del viñedo no sea prohibido.
10 No ararás con un buey y un burro juntos. 11 No vestirás fibras combinadas –shatznez-, lana y lino juntos.
12 Te harás hebras trenzadas en las cuatro esquinas de tu vestimenta con que te cubres.

13 Si un hombre se casa con una mujer y yace con ella y la odia,
14 y él realiza una acusación perversa contra ella, difundiendo un mal nombre en contra de ella, y dice: «Me casé con esta mujer y yací con ella, y no hallé señales de virginidad en ella»;
15 entonces el padre de la joven y su madre tomarán las señales de virginidad de la joven a los ancianos de la ciudad, al portal.
16 El padre de la joven les dirá a los ancianos: «Di a mi hija a este hombre por esposa, y él la odió.
17 Ahora, he aquí que hizo una perversa acusación contra ella, diciendo: “No hallé señales de virginidad en tu hija”, pero éstas son las señales de virginidad de mi hija». Y extenderán la sábana ante los ancianos de la ciudad.
18 Los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán.
19 Y lo multarán con cien siclos de plata y se los darán al padre de la joven, pues pronunció una calumnia contra una mujer virgen de Israel, y ella permanecerá con él como su mujer; no podrá divorciarla por todos sus días.
20 Pero si el caso era cierto y no se hallaron señales de virginidad en la joven,
21 entonces llevarán a la joven a la entrada de la casa de su padre y la gente de su ciudad la apedreará, y morirá, pues cometió un ultraje en Israel, cometiendo adulterio en la casa de su padre, y eliminarás el mal de en medio de ti.

22 Si un hombre fuere hallado yaciendo con una mujer que está casada, ambos morirán, el hombre que yacía con la mujer y la mujer; y eliminarás el mal de Israel.

23 Si hubiere una joven virgen que está comprometida con un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y yace con ella,
24 entonces llevarás a ambos al portal de esa ciudad y los apedrearás, y morirán: la joven por no haber gritado estando en la ciudad y el hombre debido a que afligió a la mujer de su prójimo; y eliminarás el mal de en medio de ti.
25 Pero si es en el campo que el hombre encontrare a la joven comprometida, y el hombre la forzare y yaciere con ella, solamente el hombre que yace con ella morirá.
26 Pero no le harás nada a la joven, pues la joven no cometió pecado capital, pues como un hombre que se alza contra su prójimo y lo asesina, así es esto;
27 pues la encontró en el campo, la joven comprometida gritó, pero no hubo quien la rescatara.
28 Si un hombre encontrare a una joven virgen que no estaba comprometida, y la forzare y yaciere con ella, y los descubrieren,
29 entonces el hombre que yació con ella dará al padre de ella cincuenta siclos de plata, y ella se transformará en su esposa, pues la afligió; no podrá divorciarse de ella en toda su vida.

23

1 Un hombre no tomará a la mujer de su padre; y no descubrirá el manto de su padre.
2 El hombre con testículos aplastados o con el órgano cortado no entrará en la congregación de El Eterno.
3 El bastardo no entrará en la congregación de El Eterno, ni siquiera su décima generación entrará en la congregación de El Eterno.
4 El amonita y el moabita no entrarán en la congregación de El Eterno, ni siquiera su décima generación entrará en la congregación de El Eterno, hasta la eternidad,
5 por no haberte recibido con pan y agua en el camino cuando salías de Egipto, y por haber contratado a Bilaam hijo de Beor, de Petor, Aram Naharaim, para maldecirte.
6 Pero El Eterno, tu Dios, se negó a escuchar a Bilaam, y El Eterno, tu Dios, transformó la maldición en una bendición para ti, pues te amó El Eterno, tu Dios.
7 No buscarás su paz ni su bienestar, en todos tus días, por siempre.
8 No rechazarás al edomita, pues él es tu hermano; no rechazarás al egipcio, pues fuiste residente en su tierra.
9 Los hijos que les nacen en la tercera generación pueden entrar en la congregación de El Eterno.

10 Cuando un campamento salga a enfrentarse a tus enemigos, tomarás precauciones contra cualquier cosa mala.
11 Si hubiere entre vosotros un hombre que no estuviere puro a causa de un incidente nocturno, saldrá fuera del campamento; no ingresará al campamento.
12 Hacia el atardecer, se sumergirá en agua, y cuando se ponga el sol, podrá entrar en el campamento.
13 Tendrás un lugar fuera del campamento y a él saldrás, fuera.
14 Tendrás una pala además de tus armas, y ocurrirá que cuando te sientes afuera, cavarás con ella; regresarás y cubrirás tus excrementos.
15 Pues El Eterno, tu Dios, anda en medio de tu campamento para rescatarte y entregar a tus enemigos delante de ti; por eso tu campamento será sagrado, para que Él no vea ninguna cosa vergonzosa entre vosotros y Se aleje de detrás de ti.

16 No entregarás a un esclavo a su amo que es rescatado de su amo y entregado a ti.
17 Él habitará contigo en medio de ti, en cualquier lugar que eligiere en una de tus ciudades y que le sea beneficioso; no lo afligirás.

18 No habrá mujer promiscua entre las hijas de Israel y no habrá hombre promiscuo entre los hijos de Israel.
19 No traerás la paga de una prostituta ni el precio de un perro a la Casa de El Eterno, tu Dios, por ningún voto, pues ambos son abominaciones contra El Eterno, tu Dios.
20 No harás que tu hermano tome interés, interés de dinero o interés de comida, interés de nada que pueda tomar como interés.
21 Puedes hacer que un gentil tome interés, pero no puedes hacer que tu hermano tome interés, para que El Eterno, tu Dios, te bendiga en todos tus emprendimientos en la Tierra a la que vienes, para poseerla.

22 Cuando Le hagas un voto a El Eterno, tu Dios, no te demorarás en pagarlo, pues El Eterno, tu Dios, te lo exigirá, y habrá en ti un pecado.
23 Si te abstienes de hacer un voto, no habrá en ti pecado.
24 Observarás y cumplirás lo que salga de tus labios, así como prometiste un regalo voluntario a El Eterno, tu Dios, todo lo que dijiste con tu boca.

25 Cuando vengas al viñedo de tu prójimo, podrás comer uvas tanto como desees, hasta saciarte, pero no las pondrás en tu recipiente.
26 Cuando vengas al trigal de tu prójimo, podrás cortar espigas con tu mano, pero no podrás alzar la hoz contra el trigal de tu prójimo.

24

1 Si un hombre se casa con una mujer y yace con ella, y aconteciere que ella no halla gracia a los ojos de él, pues él halló en ella algo abominable y le escribió una declaración de divorcio, y se la entregó en su mano, y la echó de su casa;
2 y ella se fue de la casa de él y fue y se casó con otro hombre,
3 y éste último la odió y le escribió una declaración de divorcio, y se la entregó en su mano, y la echó de su casa; o si este último hombre que se casó con ella muriere;
4 su primer marido que se divorció de ella no la podrá volver a tomar para que sea su mujer después de que fuera mancillada, pues es abominación para con El Eterno. No traerás pecado sobre la Tierra que te da El Eterno, tu Dios, como heredad.

5 Cuando un hombre tome una nueva esposa, no saldrá al ejército, ni será obligado en ningún sentido; estará libre para su casa durante un año y alegrará a la mujer con la que se ha casado.

6 No se tomará la parte inferior de un mortero o la parte superior de un mortero como prenda, pues se estaría tomando la vida misma del hombre como prenda.

7 Si un hombre es hallado secuestrando a una persona de entre sus hermanos, los Hijos de Israel, y lo esclaviza y lo vende, el secuestrador morirá, y eliminarás el mal de entre vosotros.

8 Tendrás cuidado de la afección de tzaraat, siendo precavido y actuando según todo lo que te enseñaren los sacerdotes, los levitas; tal como os he ordenado te cuidarás de cumplir.
9 Recuerda lo que le hizo a Miriam en el camino El Eterno, tu Dios, cuando salías de Egipto.

10 Cuando le prestes a tu prójimo un préstamo por cualquier cantidad, no entrarás a su casa a tomar una prenda por él.
11 Te quedarás afuera, y el hombre al que le prestaste te traerá la prenda afuera.
12 Si ese hombre es pobre, no dormirás con su prenda.
13 Le devolverás la prenda cuando se ponga el sol y él dormirá con su ropa y te bendecirá, y para ti será un acto de rectitud ante El Eterno, tu Dios.

14 No engañarás a tu empleado entre tu hermano que es pobre o indigente, ni al prosélito que está en tu Tierra, ni al que se encuentra en tus ciudades.
15 Ese mismo día le darás su paga; el Sol no se pondrá sobre él, pues es pobre y su vida depende de eso; que no clame en contra de ti ante El Eterno, pues habrá en ti pecado.

16 Los padres no serán condenados a muerte a causa de los hijos, y los hijos no serán condenados a muerte a causa de los padres; cada hombre será condenado a muerte por su propio pecado.

17 No pervertirás la justicia del prosélito ni del huérfano, y no tomarás la vestimenta de la viuda como prenda.
18 Recordarás que fuiste esclavo en Egipto y El Eterno, tu Dios, te redimió de allí; por eso te ordeno que hagas esto.

19 Cuando recolectes tu cosecha en tu campo y olvides un manojo en el campo, no regresarás a tomarlo; será para el prosélito, el huérfano, y la viuda, para que El Eterno, tu Dios, te bendiga en todas la obra de tus manos.
20 Cuando sacudas tu olivo, no quites toda su belleza de las frutas tras de ti; será para el prosélito, el huérfano y la viuda.
21 Cuando coseches tu viñedo, no recogerás los racimos pequeños tras de ti; serán para el prosélito, el huérfano y la viuda.
22 Recordarás que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, por eso te ordeno que hagas esto.

25

1 Cuando hubiere un pleito entre dos personas y se acercaren a la corte, y ésta los juzgare, y reivindicaren al justo y hallaren culpable al malvado;
2 ocurrirá que si el malvado es condenado a ser azotado, el juez lo inclinará y lo golpearán un tercio por delante y dos tercios por atrás; según su delito será el número de azotes.
3 Cuarenta veces lo azotará y no agregará; para que no lo azoten otra vez más además de éstas y tu hermano sea degradado a tus ojos.

4 No le pondrás bozal al buey mientras trilla.

5 Cuando los hermanos habitan juntos y uno de ellos muere y no tiene hijos, la mujer del difunto no se casará afuera de la familia, con un extraño; su cuñado vendrá a ella y la tomará para sí como esposa, y llevarán a cabo un matrimonio de levirato.
6 Ocurrirá que si ella concibe, el primogénito perpetuará el nombre de su hermano muerto y no sea borrado su nombre de Israel.
7 Pero si el hombre no desea casarse con su cuñada, entonces su cuñada subirá al portal, a los ancianos, y dirá: «Mi cuñado se niega a establecer un nombre para su hermano en Israel y no consintió en llevar a cabo un matrimonio de levirato conmigo».
8 Entonces los ancianos de la ciudad lo convocarán y le hablarán, y él se parará y dirá: «No deseo casarme con ella».
9 Entonces su cuñada se aproximará a él ante los ojos de los ancianos; ella le quitará su zapato del pie y escupirá ante él sobre el suelo; ella responderá y dirá: «Así se hace con el hombre que no ha de construir la casa de su hermano».
10 Entonces su nombre será proclamado en Israel: «¡La casa de aquel cuyo zapato fue quitado!».

11 Si pelean hombre entre sí, uno con el otro, y la mujer de uno de ellos se acerca para rescatar a su marido de la mano del que lo está golpeando, y ella extiende su mano y lo toma de su parte avergonzante,
12 le cortarás la mano, es decir, la mujer pagará un suma determinada; tu ojo no mostrará compasión.

13 No tendrás en tu bolsa un peso y un peso, uno grande y uno pequeño.
14 Y no tendrás en tu casa una medida y una medida, una grande y una pequeña.
15 Un peso completo y correcto tendrás, una medida completa y correcta tendrás, para que se prolonguen tus días en la Tierra que te da El Eterno, tu Dios.
16 Pues una abominación contra El Eterno, tu Dios, son todos los que hacen esto, todos los que actúan corruptamente.

17 Recuerda lo que te hizo Amalek, en el camino, cuando salían de Egipto,
18 que te acometió en el camino y atacó a aquéllos de vosotros que iban atrás, a todos los débiles de la retaguardia, cuando estabas desfalleciente y exhausto, y no temió a Dios.
19 Ocurrirá que cuando El Eterno, tu Dios, te dé descanso de todos tus enemigos que te rodean en la Tierra que te da como herencia El Eterno, tu Dios, para poseerla, borrarás la memoria de Amalek de bajo de los Cielos, ¡no te olvidarás!

Libro de la Verdad, Más sobre la Oración – 144:4.1-11:

144:4.1

Durante varios días después del discurso sobre la oración, los apóstoles continuaron preguntando al Maestro sobre esta práctica importantísima y adoradora. Las enseñanzas de Jesús sobre la oración y la adoración impartidas a los apóstoles durante estos días pueden ser resumidas y expuestas en lenguaje moderno, como sigue:

144:4.2

La repetición sincera y honesta de una súplica, cuando esta oración es la expresión sincera de un hijo de Dios y es pronunciada con fe, aunque desatinada o imposible de responder directamente, siempre servirá para expandir la capacidad de recepción espiritual del alma.

144:4.3

En toda oración, recordad que la filiación es un don. Ningún niño tiene que hacer nada para ganar el estado de hijo o hija. El hijo terrestre adquiere el ser por voluntad de sus padres. De la misma manera llega el hijo de Dios a la gracia y a la nueva vida del espíritu por voluntad del Padre en el cielo. Por consiguiente, el reino del cielo—la filiación divina– debe ser recibida por el hijo como si fuese un niño pequeño. La rectitud—el desarrollo progresivo del carácter– se gana, pero la filiación se recibe mediante la gracia y por la fe.

144:4.4

La oración condujo a Jesús a la supercomunión de su alma con los Gobernantes Supremos del universo de los universos. La oración conducirá a los mortales de la tierra a la comunión de una verdadera adoración. La capacidad espiritual del alma para recibir determina la cantidad de bendiciones celestiales que pueden conseguirse personalmente y que se pueden percibir conscientemente como respuesta a la oración.

144:4.5

La oración, y la adoración con que ésta se vincula, es una técnica para apartarse de la rutina diaria de la vida, del agobio y monotonía de la existencia material. Es un camino para acercarse a la autorrealización y la individualidad espiritualizadas que constituyen un logro intelectual y religioso.

144:4.6

La oración es el antídoto contra la introspección nociva; por lo menos, el rezo así como el Maestro lo enseñó es tal ministerio beneficioso para el alma. Jesús siempre usó la influencia benéfica de la oración para sus semejantes. El Maestro generalmente rezaba en plural, no en singular. Sólo en las grandes crisis de su vida terrestre rezó Jesús para sí mismo.

144:4.7

La oración es el aliento de la vida del espíritu en medio de la civilización material de las razas humanas. La adoración es la salvación para las generaciones de mortales en busca de placer.

144:4.8

Orar es como recargar las baterías espirituales del alma, y adorar sería como sintonizar el alma para captar las transmisiones universales del espíritu infinito del Padre Universal.

144:4.9

La oración es la mirada sincera y anhelante del hijo dirigida a su Padre espíritu; es el proceso psicológico de intercambio de la voluntad humana por la voluntad divina. La oración es una parte del plan divino para transformar lo que es en lo que debería ser.

144:4.10

Una de las razones por las cuales Pedro, Santiago y Juan, quienes con frecuencia acompañaron a Jesús en sus largas noches de vigilia, nunca le escucharon rezar, fue porque su Maestro no solía pronunciar con palabras sus oraciones. Casi todo su orar, Jesús lo hizo en el espíritu y en el corazón—en silencio.

144:4.11

De todos los apóstoles, Pedro y Santiago estuvieron más cerca de comprender las enseñanzas del Maestro sobre la oración y la adoración.