Giliana Kudsha
Jehoví el Creador
Jehoví es el Único Creador.
Solo Jehoví merece la adoración de toda la creación.
No hay ningún otro como Jehoví; nadie puede compararse con la grandeza y la gloria del Creador Eterno.
Su creación habla de Su nombre y de Sus obras; por esto nadie puede, en verdad, negar Su existencia.
El espíritu de la verdad es conocido por quienes sirven a Jehoví con todo su corazón y alma, quienes sirven al Creador con sus manos y pies.
Los Pactarios de Jehoví adoran al Creador y sirven a su prójimo no por obligación, sino por amor genuino.
Su pueblo observa Sus mandamientos por amor a su Creador y por interés por su prójimo.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 37:
El Libro Sagrado
1 El Libro Sagrado, el Oahspe, es una entidad viviente porque está impregnado con la Presencia de Jehová.
2 El Oahspe viviente, el Libro de la Vida, existe para que cualquiera que crea pueda obtener el conocimiento adecuado del Camino de la Luz y para defender la Verdad.
3 El Libro Sagrado es llamado el Libro de la Vida, porque da a la humanidad la esperanza de una Nueva Creación.
4 El Oahspe contiene entre sus páginas sagradas el Espíritu de la Verdad activo y de tal manera debe considerarse con sumo respeto.
5 Si de verdad buscáis la Luz, buscaréis en las páginas sagradas del Oahspe y hallaréis la paz, el descanso y la vida eterna.
6 Estudiad la Biblia Oahspe para que estéis adecuadamente equipados para manejar las palabras sagradas de la verdad correctamente y para servir como defensores de la Luz de Jehová.
7 Que cada persona que lleva el nombre de Pactario dentro del alma, estudie con diligencia las Escrituras de la Fe a diario para que cada uno sea competente para ejercer como un representante adecuado de la palabra de la verdad por hablado y por escrito.
8 El Libro Sagrado de la Luz contiene dentro de sus páginas alimento espiritual adecuado para cada niño o niña, mujer y hombre.
Torá: Génesis 25:19-28:9:
PARASHAT TOLDOT – SECCIÓN TOLDOT
19 Y éstas son las crónicas de Itzjak (Isaac), hijo de Abraham. Abraham engendró a Itzjak (Isaac).
20 Itzjak (Isaac) tenía cuarenta años cuando tomó por mujer a Rivka (Rebeca), hija de Betuel el arameo de Padán Aram, hermana de Labán el arameo.
21 Itzjak (Isaac) suplicó ante El Eterno frente a su mujer, pues ella era estéril. El Eterno aceptó su plegaria y su mujer Rivka (Rebeca) concibió.
22 Los hijos reñían en sus entrañas y ella dijo: «De ser así, ¿por qué me sucede esto?». Y fue a interrogar a El Eterno.
23 Y El Eterno le dijo: «Dos pueblos hay en tu vientre; dos naciones de tus entrañas se separarán; el poder pasará de una nación a otra y la mayor servirá a la menor».
24 Cuando se cumplieron los días de su preñez, he aquí que había gemelos en su vientre.
25 El primero salió rojo, como un manto peludo; y lo llamaron Esav (Esaú).
26 Luego salió su hermano, con su mano aferrada al talón de Esav (Esaú); y lo llamaron Iaacov (Jacob); Itzjak (Isaac) tenía sesenta años cuando ella los dio a luz.
27 Los jóvenes crecieron y Esav (Esaú) se hizo cazador, hombre de campo; pero Iaacov (Jacob) era un hombre íntegro que habitaba en tiendas.
28 Itzjak (Isaac) amaba a Esav (Esaú) porque tenía presa en su boca; mas Rivka (Rebeca) amaba a Iaacov (Jacob).
29 Iaacov (Jacob) preparó un guiso, y Esav (Esaú) llegó del campo y estaba exhausto.
30 Esav (Esaú) le dijo a Iaacov (Jacob): «Coloca en mi boca un poco de ese potaje tan rojo –adom-, pues estoy exhausto». Por ello le fue dado el nombre de Edom.
31 Dijo Iaacov (Jacob): «Véndeme este día tu primogenitura».
32 Y dijo Esav (Esaú): «Si al fin terminaré muriendo, ¿de qué me sirve la primogenitura?».
33 Dijo Iaacov (Jacob): «Júrame este día»; él le juró y le vendió su primogenitura a Iaacov (Jacob).
34 Iaacov (Jacob) le dio a Esav (Esaú) pan y guiso de lentejas, y él comió y bebió, se levantó y se fue; y Esav (Esaú) despreció la primogenitura.
26
1 Había hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; e Itzjak (Isaac) fue a Abimelej, rey de los filisteos, a Guerar.
2 El Eterno Se le apareció y le dijo: «No desciendas a Egipto; asiéntate en la tierra que habré de indicarte.
3 Habita en esta tierra y Yo estaré contigo y te bendeciré; pues a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y estableceré el juramento que juré ante Abraham, tu padre:
4 «Aumentaré tu descendencia como las estrellas de los Cielos; y daré a tu descendencia todas estas tierras”; y todas las naciones de la tierra se bendecirán en tu descendencia.
5 Debido a que Abraham obedeció Mi voz y observó Mis resguardos, Mis preceptos lógicos, Mis decretos que no están basados en la lógica, y Mis Torot, escrita y oral».
6 Itzjak (Isaac) se estableció en Guerar.
7 Cuando los hombres del lugar le inquirieron acerca de su mujer, él dijo: «Es mi hermana», pues tenía miedo de decir «mi mujer», no fuera cosa que los lugareños me mataran a causa de Rivka (Rebeca), pues es de hermosa apariencia.
8 Y sucedió que cuando se prolongaron sus días allí, Abimelej, rey de los filisteos, miró por la ventana y vio a Itzjak (Isaac) riéndose en la intimidad con su mujer Rivka (Rebeca).
9 Abimelej convocó a Itzjak (Isaac) y le dijo: «¡Pero es tu mujer! ¿Cómo pudiste decir “Es mi hermana”?».
Itzjak (Isaac) le dijo: «Porque dije que moriría a causa de ella».
10 Dijo Abimelej: «¿Qué es esto que nos has hecho? ¡Uno del pueblo casi fue a acostarse con tu mujer y nos hubieras hecho culpables!».
11 Entonces Abimelej ordenó a todo el pueblo, diciendo: «Todo el que toque a este hombre o a su mujer, ciertamente morirá».
12 Itzjak (Isaac) sembró la tierra y ese año cosechó cien medidas, pues lo había bendecido El Eterno.
13 El hombre engrandeció y engrandeció, hasta que fue muy muy grande.
14 Era dueño de rebaños de ovejas y ganado vacuno y muchas obras, y los filisteos le tenían envidia.
15 Todos los pozos que habían cavado los sirvientes de su padre en los días de Abraham, su padre, los filisteos los habían tapado y llenado de tierra.
16 Y Abimelej le dijo a Itzjak (Isaac): «Vete de nosotros, pues te has vuelto mucho más poderoso que nosotros».
17 Itzjak (Isaac) partió de allí y acampó en Najal Guerar, y allí habitó.
18 E Itzjak (Isaac) volvió a cavar los pozos de agua que habían cavado en los días de Abraham, su padre, y que los filisteos habían tapado tras la muerte de Abraham. Y los llamó con los mismos nombres con que los había llamado su padre.
19 Los siervos de Itzjak (Isaac) cavaron en Najal y allí hallaron un pozo de agua manantial.
20 Los pastores de Guerar disputaron con los pastores de Itzjak (Isaac), diciendo: «El agua es nuestra», y él llamó a aquel pozo Esek, pues disputaron –hitazskú– con él.
21 Entonces cavaron otro pozo, y disputaron también por ese, y él lo llamó Sitná.
22 Se trasladó de allí y cavó otro pozo; no disputaron por ese pozo, y él lo llamó Rejovot, y dijo: «Pues ahora El Eterno nos ha dado un lugar amplio –hirjiv– y podemos fructificarnos en la tierra».
23 De allí ascendió a Beersheba.
24 El Eterno Se le apareció aquella noche y dijo: «Yo soy el Dios de tu padre Abraham: No temas, pues estoy contigo; te bendeciré y aumentaré tu descendencia a causa de Abraham, mi sirviente».
25 Allí construyó un altar, invocó a El Eterno por Su Nombre, y estableció allí su tienda; en aquel lugar los sirvientes de Itzjak (Isaac) cavaron un pozo.
26 Abimelej fue a verlo desde Guerar junto con un grupo de sus amigos y Fijol, el general de su ejército.
27 Itzjak (Isaac) les dijo: «¿Por qué han venido a mí? Vosotros me odiáis, y me echasteis».
28 Y ellos dijeron: «Hemos visto que El Eterno está contigo, así que dijimos: “Que el juramento que hay entre nosotros desde los días de tu padre, sea ahora entre tú y nosotros, y que establezcamos un pacto contigo:
29 no nos harás mal, así como nosotros no te tocamos y así como te hicimos únicamente bien, y te enviamos en paz, ahora tú, eres bendito de El Eterno”».
30 Él les preparó un banquete y comieron y bebieron.
31 Se despertaron a la mañana temprano y prestaron mutuo juramento; luego Itzjak (Isaac) los despidió y ellos partieron de él en paz.
32 Y fue ese mismo día que los sirvientes de Itzjak (Isaac) vinieron y le dijeron del pozo que habían cavado, y le dijeron: «¡Hemos hallado agua!».
33 Y él llamó al pozo Shivá; por eso, el nombre de la ciudad es Beersheba hasta hoy en día.
34 Cuando Esav (Esaú) tenía cuarenta años, tomó por mujer a Iehudit, hija de Beeri el jeteo, y a Basemat, hija de Elón el jeteo;
35 y ellas fueron causa de amargura espiritual para Itzjak (Isaac) y Rivka (Rebeca).
27
1 Y sucedió que cuando Itzjak (Isaac) envejeció y se le nublaron los ojos, que llamó a Esav (Esaú), su hijo mayor, y le dijo: «Hijo mío». Y él le dijo: «Heme aquí».
2 Y le dijo: «Verás que he envejecido; no sé cuál es el día de mi muerte.
3 Ahora, por favor, afila tus armas, tu espada y tu arco, y sal al campo a cazarme una presa.
4 Luego, prepárame manjares como a mí me gustan y tráemelos y comeré, para que mi alma pueda bendecirte antes de que muera».
5 Rivka (Rebeca) escuchó lo que Itzjak (Isaac) le dijo a su hijo Esav (Esaú); y Esav (Esaú) fue al campo a cazar una presa para traer.
6 Rivka (Rebeca) le dijo a su hijo Iaacov (Jacob), diciendo: «He aquí que oí que tu padre le hablaba a tu hermano Esav (Esaú) y le dijo:
7 “Tráeme una presa y prepárame manjares para que coma, y yo te bendeciré en la presencia de El Eterno antes de morir”.
8 Ahora, hijo mío, escucha mi voz, lo que te he de ordenar.
9 Ve ahora al rebaño y tráeme de allí dos cabritos selectos, y con ellos prepararé manjares para tu padre, como a él le gusta.
10 Y se los traerás a tu padre y comerá, para que pueda bendecirte antes de su muerte».
11 Iaacov (Jacob) le respondió a Rivka (Rebeca), su madre: «Pero mi hermano Esav (Esaú) es hombre velludo, y yo soy de piel tersa.
12 Tal vez mi padre me palpe, y entonces seré ante sus ojos como un burlador; y así traeré sobre mí una maldición, en vez de una bendición».
13 Mas su madre le dijo: «Que tu maldición recaiga sobre mí, hijo mío; pero, hazme caso y ve y tráelo para mí».
14 Y él fue y lo tomó y lo trajo a su madre, y su madre preparó manjares como le gustaban a su padre.
15 Rivka (Rebeca) tomó ropa limpia de su hijo mayor Esav (Esaú) que tenía en la casa, y vistió a Iaacov (Jacob), su hijo menor.
16 Con las pieles de los cabritos le cubrió sus brazos y la tersura de su cuello.
17 Colocó los manjares y el pan que había hecho en la mano de su hijo Iaacov (Jacob).
18 Y él llegó ante su padre, y dijo: «Padre», y él dijo: «Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío?».
19 Iaacov (Jacob) le dijo a su padre: «Soy yo, Esav (Esaú) tu primogénito; he hecho tal como me ordenaste; por favor incorpórate, siéntate y come de lo que te he cazado, para que tu alma me bendiga».
20 Itzjak (Isaac) le dijo a su hijo: «¿Cómo es que encontraste tan rápido, hijo mío?». Y él dijo: «Pues El Eterno tu Dios lo dispuso delante de mí».
21 E Itzjak (Isaac) le dijo a Iaacov (Jacob): «Acércate por favor, para que pueda palparte, hijo mío; ¿acaso eres mi hijo Esav (Esaú), o no?».
22 Iaacov (Jacob) se acercó a su padre Itzjak (Isaac), quien lo palpó y dijo: «La voz es la voz de Iaacov (Jacob), pero las manos son las manos de Esav (Esaú)».
23 Mas no lo reconoció, pues sus manos eran tan velludas como las manos de su hermano Esav (Esaú); y lo bendijo.
24 Le dijo: «¿Eres mi hijo Esav (Esaú)?». Y él dijo: «Yo soy».
25 Él dijo: «Sírveme y déjame que coma de lo que cazó mi hijo, para que mi alma te bendiga». Entonces le sirvió y él comió, y le trajo vino y bebió.
26 Y su padre Itzjak (Isaac) le dijo: «Acércate, por favor, y bésame, hijo mío».
27 Él se acercó y lo besó; olió el aroma de su ropa y lo bendijo. Dijo: «Mira, el aroma de mi hijo es como el aroma de un campo bendecido por El Eterno.
28 Y que Dios te dé del rocío de los Cielos y de la selecto de la tierra, y granos y vino en abundancia.
29 Los pueblos te servirán, y los gobiernos se postrarán ante ti; sé amo de tus hermanos y los hijos de tu madre se postrarán ante ti; malditos sean los que te maldicen, y benditos sean los que te bendicen».
30 Y cuando Itzjak (Isaac) hubo terminado de bendecir a Iaacov (Jacob) y Iaacov (Jacob) apenas se había alejado de la presencia de Itzjak (Isaac), su padre, que Esav (Esaú) su hermano, llegó de regreso de la cacería.
31 Él también preparó manjares y se los trajo a su padre; le dijo a su padre: «Que mi padre se levante y coma lo que cazó su hijo, para que tu alma me bendiga».
32 Itzjak (Isaac) su padre le dijo: «¿Quién eres?». Y él dijo: «Soy tu hijo, tu primogénito Esav (Esaú)».
33 Entonces Itzjak (Isaac) se sorprendió, sumamente perplejo, y dijo: «¿Quién, dónde está el que cazó una presa, me la trajo y yo la comí cuando tú aún no habías venido, y lo bendije? Él también será bendito».
34 Al oír Esav (Esaú) las palabras de su padre, emitió un grito tremendo y amargo, y le dijo a su padre: «¡Bendíceme a mí también, padre!».
35 Mas él dijo: «Tu hermano vino con astucia y tomó tu bendición».
36 Él dijo: ¿Acaso debido a que se llama Iaacov (Jacob) me engañó –vaiakeveni– estas dos veces? Mi primogenitura tomó, y ahora ha tomado mi bendición». Luego dijo: «¿Acaso no has reservado una bendición para mí?».
37 Entonces Itzjak (Isaac) su padre respondió y le dijo a Esav (Esaú): «He aquí que lo he puesto por amo sobre ti y a todos sus hermanos se los di por siervos; con granos y vino lo sustenté, y para ti, ¿qué puedo hacer, hijo mío?».
38 Y Esav (Esaú) le dijo a su padre: «¿Acaso no tienes más que una bendición, padre? ¡Bendíceme a mí también, padre!». Y Esav (Esaú) alzó su voz y lloró.
39 Entonces le respondiío Itzjak (Isaac), su padre, y le dijo: «He aquí que en lo selecto de la tierra será tu residencia y del rocío de los Cielos de arriba.
40 Por tu espada vivirás, mas a tu hermano servirás; sin embargo, cuando estés apesadumbrado e Israel no cumpla con la Torá, podrás librarte del yugo que ciñe sobre tu cuello».
41 Esav (Esaú) odió a Iaacov (Jacob) a causa de la bendición con que lo había bendecido su padre; y Esav (Esaú) pensó para sí mismo: «Cuando se acerquen los días de luto por mi padre, entonces mataré a mi hermano Iaacov (Jacob)».
42 Les fueron comunicadas a Rivka (Rebeca) las palabras de su hijo mayor Esav (Esaú); mandó llamar a Iaacov (Jacob), su hijo menor, y le dijo: «He aquí que tu hermano Esav (Esaú) se consuela con la idea de matarte.
43 Ahora, hijo mío, escucha mi voz y levántate; huye hacia mi hermano Labán, a Jarán.
44 Y asiéntate con él algunos días, hasta que se aquiete la ira de tu hermano.
45 Hasta que se aplaque el enojo de tu hermano contra ti y se olvide de lo que le has hecho; entonces enviaré traerte de allí; ¿por qué habría de perder a vosotros dos el mismo día?».
46 Rivka (Rebeca) le dijo a Itzjak (Isaac): «Desprecio mi vida a causa de las hijas de Jet; si Iaacov (Jacob) toma una mujer de las hijas de Jet como estas hijas de esta tierra, ¿para qué debo seguir viviendo?».
28
1 Itzjak (Isaac) llamó a Iaacov (Jacob) y lo bendijo; le ordenó y le dijo: «No tomes por mujer a ninguna de las mujeres cananeas.
2 Levántate, ve a Padán Aram a la casa de Betuel, el padre de tu madre, y toma de allí una mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.
3 Y que El Shadai te bendiga, te fructifique y te acreciente, y que seas una congregación de pueblos.
4 Que Él te dé la bendición de Abraham a ti y a tu descendencia, para que heredes la tierra donde habitas, que Dios le dio a Abraham».
5 Entonces Itzjak (Isaac) envió a Iaacov (Jacob) y él fue hacia Padán Aram, junto a Labán, hijo de Betuel el arameo, hermano de Rivka (Rebeca), madre de Iaacov (Jacob) y Esav (Esaú).
6 Esav (Esaú) vio que Itzjak (Isaac) había bendecido a Iaacov (Jacob) y lo había enviado a Padán Aram para tomar allí mujer, tal como lo bendijo y le ordenó, diciendo: «No tomarás mujer de las hijas de Canaán»,
7 y que Iaacov (Jacob) obedeció a su padre y su madre, y se dirigió a Padán Aram.
8 Esav (Esaú) vio que las hijas de Canaán eran malvadas a los ojos de Itzjak (Isaac), su padre.
9 Esav (Esaú) fue junto a Ishmael (Ismael) y tomó, además de sus mujeres, a Majalat, hija de Ishmael (Ismael), hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, por mujer para sí mismo.