Lecturas del Convenio Unido para el Sábado, 9 de Noviembre, 2024

Giliana Kudsha

Los que Trabajan por los Demás

Los que trabajan por el bien de los demás serán bendecidos en esta vida; en la próxima vida, serán bendecidos con riquezas incomparables. Pero yo os digo que aquellos que esclavizan a otros, ellos mismos serán esclavizados en la próxima vida. Cualquiera que haga que alguien se endeude financieramente, él mismo se endeudará en su próxima vida. Porque pasará mucho tiempo antes de que un acreedor malvado pueda poner su pie en Bahisht.

 

Enseñanzas de la Luz Capítulo 16:

Cultivar la Virtud

1 Alguien que está en unión con Dios muestra evidencia de su acercamiento a Dios mediante una vida virtuosa, incluso en la cáscara humana.

2 Cultivad las Doce Virtudes en la perfección y os encontraréis viviendo fuera de las preocupaciones del mundo.

3 Cuando hayáis perfeccionado la práctica de las Virtudes brillaréis intensamente en el mundo para los demás y ellos verán vuestra luz y los que tienen oídos para oír y ojos para ver darán gloria a Dios.

 
Torá, Génesis 12:1-17:27:

PARASHAT LEJ LEJÁ – SECCIÓN LEJ LEJÁ

12
1 El Eterno le dijo a Abram: «Vete de tu tierra, de tus familiares y de la casa de tu padre, a la tierra que he de mostrarte.

2 Y Yo te convertiré en una gran nación; te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y tú serás una bendición.

3 Bendeciré al que te bendiga, y al que te maldiga, lo maldeciré; y todas las familias de la tierra se bendecirán en ti».

4 Y Abram se fue, como El Eterno le había mandado, y Lot fue con él; Abram tenía setenta y cinco años cuando se fue de Jarán.

5 Abram tomó a su mujer Sarai y a Lot, el hijo de su hermano, y todas las riquezas que habían acumulado y las personas que habían logrado congregar en Jarán; y se fueron en dirección a la tierra de Canaán y llegaron a la tierra de Canaán.

6 Abram atravesó la tierra hasta llegar a Shejem, hasta la planicie de Moré. En ese entonces, el cananeo habitaba la tierra.

7 El Eterno Se le apareció a Abram y le dijo: «A tu descendencia daré esta tierra». Y él construyó un altar para El Eterno Quien Se le había aparecido.

8 De allí se dirigió a la montaña al este de Bet-El y allí montó su tienda, con Bet-El hacia el oeste y Ai hacia el este; y allí construyó un altar para El Eterno e invocó a El Eterno por Su Nombre.

9 Luego Abram prosiguió su marcha, dirigiéndose hacia el sur.

10 Había hambre en la tierra y Abram descendió a Egipto para habitar allí, pues el hambre era grave en la tierra.

11 Y sucedió que cuando estaba por entrar en Egipto, que le dijo a su mujer Sarai: « He sabido que eres una mujer de hermosa apariencia.

12 Y ocurrirá que cuando los egipcios te vean, dirán: “¡Ésa es su mujer!”; entonces me matarán, pero a ti te dejarán con vida.

13 Por favor, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por ti, y para que pueda vivir gracias a ti».

14 Y sucedió que al llegar Abram a Egipto, que los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa.

15 Cuando la vieron los oficiales del Faraón, la elogiaron ante el Faraón y fue conducida a la casa del Faraón.

16 Y el Faraón trató bien a Abram gracias a ella y él obtuvo ovejas, ganado vacuno, burros, esclavos y esclavas, burras y camellos.

17 Mas El Eterno afligió al Faraón y a su familia con grandes plagas a causa de Sarai, la mujer de Abram.

18 El Faraón convocó a Abram y le dijo: «¿Qué es lo que me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que era tu mujer?

19 ¿Por qué dijiste “Es mi hermana” para que yo la tomara como mujer? Ahora: aquí está tu mujer; ¡tómala y vete!». 20 El Faraón dio órdenes de que lo escoltaran a él y a su mujer, y a todo lo suyo.

13

1 Y Abram ascendió de Egipto, él y su mujer y todo lo que era suyo, y Lot con él, y se dirigió hacia el sur.

2 Abram iba muy cargado de ganado, plata y oro.

3 Y continuó su recorrido desde el sur hasta Bet-El, hasta el sitio donde había colocado su tienda por primera vez, entre Bet-El y Ai,

4 hacia el sitio del altar que había erigido al principio; y allí Abram invocó a El Eterno por Su Nombre.

5 Lot, quien se fue con Abram, también poseía ovejas, ganado vacuno y tiendas.

6 Y la tierra no pudo mantenerlos habitando juntos, pues sus posesiones eran muy abundantes y no podían habitar juntos.

7 Y hubo una disputa entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot, y en ese entonces, el cananeo y el perizeo habitaban la tierra.

8 Y Abram le dijo a Lot: «Por favor, que no haya disputa entre nosotros, ni entre mis pastores y los tuyos, pues somos hermanos.

9 ¿Acaso no tienes toda la tierra delante de ti? Por favor, sepárate de mí: si tú vas a la izquierda, yo iré a la derecha, y si tú vas a la derecha, yo iré a la izquierda».

10 Lot alzó sus ojos y vio toda la planicie del Jordán, que, antes de que El Eterno destruyera a Sodoma y Gomorra era una zona muy bien regada en todas partes, como el jardín de El Eterno, como la tierra de Egipto, yendo hacia Tzoar.

11 Y Lot escogió para sí toda la planicie del Jordán y Lot viajó desde el este; y cada uno se separó de su hermano.

12 Abram habitó en la tierra de Canaán, mientras que Lot habitó en las ciudades de la planicie y extendió sus tiendas hasta Sodoma.

13 Y la gente de Sodoma era malvada y cometía grandes pecados ante El Eterno.

14 El Eterno le dijo a Abram, después de que Lot se hubo separado de él: «Por favor alza tus ojos y mira desde donde estás parado: al norte, al sur, al este y al oeste.

15 Pues toda la tierra que ves, a ti te la daré, y a tu simiente por siempre.

16 Haré que tus descendientes sean como el polvo de la tierra, de modo que si hay alguien capaz de contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá contarse.

17 Levántate y camina la tierra a su largo y su ancho. Pues a ti te la daré».

18 Y Abram trasladó su tienda y fue a habitar en la planicie de Mamre, que se encuentra en Jebron; y allí Le construyó un altar a El Eterno.

14
1 Y sucedió en los días de Amrafel, rey de Shinar; Arioj, rey de Elasar; Kedorlaomer, rey de Elam, y Tidal, rey de Goím,

2 que ellos hicieron guerra contra Bera, rey de Sodoma; Birsha, rey de Gomorra; Shinav, rey de Admá; Shemeber, rey de Tzeboím; y el rey de Bela, que es Tzoar.

3 Todos ellos se habían reunido en el Valle de Sidim; es el Mar Muerto.

4 Durante doce años sirvieron a Kedorlaomer y durante trece años se rebelaron.

5 Al decimocuarto año, llegó Kedorlaomer y los reyes que se hallaban con él, y atacaron a los refaim en Ashterot-karnaim, a los zuzim en Ham, a los emim en Shave-kiriataim;

6 y a los joreos en sus montañas de Seir, hasta la planicie de Parán, que está junto al desierto.

7 Luego regresaron y llegaron a En-mishpat, que es Kadesh; y atacaron todo el territorio de los amalekitas; y también los amorreos que habitan en Jatzatzon-tamar.

8 Y el rey de Sodoma fue con el rey de Gomorra, el rey de Admá, el rey de tzeboím y el rey de Bela, que es Tzoar, y juntos libraron batalla en el Valle de Sidim:

9 con Kedorlaomer, rey de Elam; Tidal, rey de Goím; Amrafel, rey de Shinar; y Arioj, rey de Elasar: cuatro reyes contra cinco.

10 El Valle de Sidim está lleno de pozos de arcilla. Los reyes de Sodoma y Gomorra huyeron y cayeron allí, mientras que el resto huyó a la montaña.

11 Se apoderaron de todas las riquezas de Sodoma y Gomorra y de todo su alimento, y partieron.

12 Y capturaron a Lot, sobrino de Abram, y a sus bienes, y se fueron; pues él residía en Sodoma.

13 Entonces llegó el fugitivo y le dijo a Abram, el hebreo, quien habitaba en la planicie de Mamre, el amorreo, el hermano de Eshkol y el hermano de Aner, que eran aliados de Abram.

14 Y cuando Abram se enteró de que su hermano había sido tomado cautivo, armó a sus discípulos que habían nacido en su casa, trescientos dieciocho, y los persiguió hasta Dan.

15 Y él, junto con sus siervos, se dividió contra ellos de noche y los atacó; los persiguió hasta Jova, que está a la izquierda de Damasco.

16 Retornó todos los bienes; y también retornó a su hermano, Lot, con sus bienes, así como también a las mujeres y la gente.

17 El rey de Sodoma salió a recibirlo tras su regreso, después de haber vencido a Kedorlaomer y a los reyes que se hallaban con él, al Valle de Shavé, que es el valle del rey.

18 Pero Malkitzedek, rey de Shalem, llevó pan y vino; él era sacerdote de Dios, el Supremo.

19 Él lo bendijo, diciendo: «Bendito es Abram de Dios, el Supremo, Hacedor de los Cielos y de la tierra;

20 y bendito es Dios, el Supremo, Que ha entregado a tus enemigos en tus manos»; y Abram le dio un diezmo de todo.

21 El rey de Sodoma le dijo a Abram: «Dame la gente, y quédate con los bienes».

22 Abram le dijo al rey de Sodoma: «Levanto mi mano hacia El Eterno, Dios, el Supremo, Hacedor de los Cielos y de la tierra;

23 ¡ni un hilo ni un cordón de zapatos, ni nada que sea tuyo tomaré! Para que no digas: “Yo enriquecí a Abram”.

24 Únicamente lo que comieron los jóvenes y los hombres que me acompañaron, Aner, Eshkol y Mamre; ellos se quedarán con su parte».

15

1 Después de estos hechos, la palabra de El Eterno le llegó a Abram en una visión, diciendo: «No temas, Abram, Yo soy un escudo para ti; tu recompensa es muy grande».

2 Y dijo Abram: «Señor mío, Dios: ¿Qué puedes darme, si yo no tengo hijos y el encargado de mi casa es Eliezer, el damasceno?».

3 Dijo Abram: «He aquí que no me has dado simiente; y mi encargado me hereda.»

4 Y la palabra de El Eterno llegó a él, diciendo: «No te heredará él. Únicamente aquel que saldrá de tus entrañas te heredará».

5 Y Él lo llevó afuera, diciendo: «Contempla, ahora, en dirección al Cielos, y cuenta las estrellas, ¡si es que puedes contarlas!». Y Él le dijo: «¡Así será tu descendencia!».

6 Y él tuvo certeza en El Eterno, y Él se lo tuvo en cuenta como mérito.

7 Él le dijo: «Yo soy El Eterno, Quien te sacó de Ur Kasdim para darte esta tierra para que la heredes».

8 Él dijo: «Señor mío, El Eterno: ¿Cómo sabré que he de heredarla?»

9 Y Él le dijo: «Toma para Mí tres novillos, tres cabras, tres carneros, una tórtola y un palomino».

10 Él Le llevó todo esto: los partió en el medio y colocó cada parte frente a su contraparte. Sin embargo, al ave no las partió.

11 Descendió el aves de rapiña sobre los cadáveres y Abram las espantó.

12 Y cuando se estaba por poner el sol, se apoderó de Abram un estado de somnolencia; y un espanto, una oscuridad muy grande descendió sobre él.

13 Y Él le dijo a Abram: «Sabrás con certeza que tus descendientes serán extraños en una tierra que no es la suya y los esclavizarán y los afligirán cuatrocientos años.

14 Pero también, la nación que ellos han de servir, Yo la juzgaré, y luego se irán de allí con grandes riquezas.

15 En cuanto a ti: irás a tus antepasados en paz; serás enterrado en buena vejez.

16 Y la cuarta generación retornará aquí, pues la iniquidad del amorreo no se habrá colmado hasta entonces».

17 Y cuando el sol se puso y estaba muy oscuro, he aquí que había un horno lleno de humo y una antorcha de fuego que pasó por entre las partes.

18 Ese día, El Eterno hizo un pacto con Abram, diciendo: «A tus descendientes he dado esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates:

19 al kenita, al kenizita y al kadmonita;

20 al jeteo, al perizeo, y los refaim;

21 al amorreo, al cananeo, al girgasheo y al iebuseo».

16

1 Y Sarai, la mujer de Abram, no le había dado hijos. Ella tenía una sirvienta egipcia llamada Hagar.

2 Y Sarai le dijo a Abram: «He aquí, que El Eterno me ha impedido tener hijos; allégate ahora a mi sirvienta y tal vez yo me construya a través de ella». Y Abram aceptó el pedido de Sarai.

3 Y Sarai, la mujer de Abram, tomó a la egipcia Hagar, su sirvienta, tras diez años de vivir Abram en la tierra de Canaán, y la entregó por mujer a Abram, su marido.

4 Él se allegó a Hagar y ella concibió; y cuando vio que había concebido, sintió desprecio por su ama.

5 Sarai le dijo a Abram: «¡Esta afrenta contra mí es por tu culpa! Yo te entregué a mi sirvienta, y ahora que ella ve que ha concebido, me menosprecia. ¡Que El Eterno juzgue entre tú y yo!».

6 Abram le dijo a Sarai: «He aquí que tu sirvienta está a tu disposición; haz con ella lo que mejor te parezca». Y Sarai la trató con dureza y la sirvienta huyó.

7 Un ángel de El Eterno la halló junto a una fuente de agua en el desierto, en el oasis del camino que conduce a Shur.

8 Y le dijo: «Hagar, sirvienta de Sarai, ¿de dónde vienes y hacia dónde vas?» Y ella le dijo: «Huyo de mi ama Sarai».

9 Y un ángel de El Eterno le dijo: «Regresa junto a tu ama, y sométete a su dominio».

10 Y un ángel de El Eterno le dijo: «Aumentaré enormemente tu descendencia y no podrá contarse de tan abundante que ha de ser».

11 Y un ángel de El Eterno le dijo: «He aquí que has concebido, y darás a luz a un hijo; y lo llamarás Ishmael (Ismael), pues El Eterno ha oído –shamá– tu aflicción.

12 Y él será un hombre rebelde, que alzará la mano contra todos y todos se alzarán contra él; y habitará ante todos sus hermanos».

13 Y ella invocó el Nombre de El Eterno, Quien habló con ella: «Tú eres el Dios de la Visión», pues ella dijo: «¿Acaso no sigo viendo aquí tras mi visión?».

14 Por eso la fuente se llamó «El pozo del Viviente que se apareció ante mi», que se encuentra entre Kadesh y Bered.

15 Hagar le dio a Abram un hijo y Abram llamó al hijo que le dio Hagar: Ishmael (Ismael).

16 Y Abram tenía ochenta y seis años cuando Hagar le dio Ishmael (Ismael) a Abram.

17

1 Cuando Abram tenía noventa y nueve años, El Eterno Se le apareció a Abram y le dijo: «Yo soy El Shadai; camina ante Mí y sé íntegro.

2 Yo estableceré Mi pacto entre nosotros, y te incrementaré en forma extraordinaria».

3 Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él diciendo:

4 «En cuanto a Mí, éste es Mi pacto contigo: Serás el padre de una multitud de naciones;

5 tu nombre ya no será Abram, sino Abraham, pues te he convertido en padre de una multitud de naciones;

6 te multiplicaré extraordinariamente y haré de ti naciones; y de ti descenderán reyes.

7 Ratificaré Mi pacto contigo y con tu futura descendencia, por todas sus generaciones, como pacto eterno, de ser un Dios para ti y para tu futura descendencia;

8 y te daré a ti y a tu descendencia la tierra en la que habitas: toda la tierra de Canaán, en posesión eterna; y seré un Dios para ellos».

9 Dios le dijo a Abraham: «En cuanto a ti, guardarás Mi pacto, tú y tu futura descendencia por todas las generaciones.

10 Éste es Mi pacto que guardarán entre Mi y vosotros y tu futura descendencia: todo varón de entre vosotros será circuncidado.

11 Cortarán la carne de tu prepucio y ésa será la señal del pacto entre nosotros.

12 A la edad de ocho días todo varón de entre vosotros será circuncidado, por todas tus generaciones; tanto el que nazca en tu casa como el que no es de tu simiente y sea comprado de un extraño con dinero.

13 El que nazca en tu familia o el que sea comprado con dinero, ciertamente será circuncidado. Y Mi pacto estará en tu carne como pacto eterno.

14 Varón incircunciso que no corte la carne de su prepucio, esa alma será tronchada de su pueblo; ha violado Mi pacto».

15 Y Dios le dijo a Abraham: «En cuanto a Sarai, tu mujer, no la llames Sarai, pues Sara es su nombre.

16 Yo la bendeciré; y te daré un hijo de ella; la bendeciré y ella dará origen a naciones; de ella surgirán reyes de pueblos».

17 Y Abraham se postró sobre su rostro y se rió; y pensó «¿Acaso le nacerá un hijo a un hombre de cien años de edad? ¿Y Sara, una mujer de noventa años, dará a luz?».

18 Y Abraham Le dijo a Dios: «¡Ojalá que Ishmael (Ismael) viva ante Ti!».

19 Dios dijo: «No obstante, tu mujer Sara te dará un hijo y lo llamarás Itzjak (Isaac); y Yo cumpliré Mi pacto con él como pacto eterno para su futura descendencia.

20 Pero en cuanto a Ishmael (Ismael), te he oído: lo he bendecido, lo fructificaré, y lo incrementaré en forma extraordinaria; engendrará doce príncipes y lo convertiré en una gran nación.

21 Pero mantendré Mi pacto a través de Itzjak (Isaac), a quien Sara dará a luz el próximo año para esta época».

22 Y cuando Él terminó de hablar con él, Dios ascendió de ante Abraham.

23 Entonces Abraham tomó a su hijo Ishmael (Ismael) y a todos los nacidos en su casa, y a todos los que había comprado con dinero, a todos los varones de la casa de Abraham, y cortó la carne de su prepucio aquel mismo día, tal como Dios le había mandado.

24 Abraham tenía noventa y nueve años cuando fue circuncidado.

25 Y su hijo Ishmael (Ismael) tenía trece años cuando fue circuncidado.

26 Aquel mismo día fue circuncidado Abraham y su hijo Ishmael (Ismael),

27 y todos los varones de su casa; tanto los nacidos en su casa como los comprados con dinero a un extranjero, fueron circuncidados junto con él.