Lecturas del Convenio Unido para el Viernes, 8 de Agosto, 2025

Giliana Kudsha

Los Fielistas Esenios Una Tribu Unida

Hablo al pueblo de Jehoví, a los Fielistas del Todopoderoso, y no al mundo. El Padre no está llamando a los uzianos, sino a Su pueblo. Jehoví os está convocando a vosotros que sois los verdaderos Israelitas. Vosotros sois Fielistas Esenios y pertenecéis a Jehoví. Sois el valioso remanente del Creador Siempre Presente. Sois una tribu unida en la adoración de Jehoví y con el objetivo común de permanecer fieles a los Mandamientos del Padre y de escuchar Su Voz como una sola comunidad espiritual.

Sin importar cuán distantes estáis cada uno de vosotros el uno del otro, aun así estáis unidos por la presencia de Jehoví. Sin importar qué idioma habláis, el idioma de vuestro corazón debe ser uno, que es hacer la Voluntad del Padre.

El lenguaje espiritual de los Fielistas Esenios y el lenguaje nocivo de los uzianos son diferentes en muchos aspectos. El idioma en el que habláis está lleno de alabanza, acción de gracias y gratitud a Jehoví, mientras que el idioma de los uzianos está lleno de suciedad, codicia, división y odio que solo alaba a satanás (el ego).

Es importante que los Fielistas de Jehoví se distingan a sí mismos en su forma de hablar de la de uz. Como remanente, os estáis apoyando mutuamente en vuestra adoración y servicio diarios a Jehoví vuestro Creador. No se os ha asignado la tarea de convertir a los uzianos o de obligarlos a aceptar la Luz del Todopoderoso. Vuestro ejemplo de vivir de acuerdo con los Mandamientos y las Virtudes es suficiente para que otros dejen atrás sus viejos hábitos y acepten a Jehoví. Esto último solo ocurrirá en Su tiempo, y solo de los uzianos que están intentando verdaderamente buscar Su verdad. En esta era, Jehoví está interesado principalmente por Su remanente y por cómo lo adoran según la manera en que Él ha inspirado a cada uno en su corazón.

Como Fielistas Esenios, tenéis que adoptar la manera de hablar de vuestros antepasados espirituales de la antigüedad. Tenéis una cultura única que debe ser apreciada, promovida y mantenida dentro de la tribu. En todo lo que hagáis, hablad entre vosotros con amor y afiliación, como lo hicieron los Esenios de Qumrán hace siglos.

Adorad a Jehoví el Todopoderoso en emeth (verdad) y ruach (espíritu), porque Él es Rey, y Él es el Padre de la tribu Fielista Esenia. Vosotros sois los Fielistas de Jehoví. Caminad erguidos en Su Luz todos los días.

Enseñanzas de la Luz Capítulo 86:

La Tolerancia

1 Mis discípulos saben y exhiben la cualidad de la tolerancia.

2 Ellos no hacen ningún daño, ya sea en acción o con palabras, hacia cualquier hombre, mujer o niño o niña, independientemente de sus creencias religiosas o filosóficas.

3 Pero los discípulos de la Luz también saben que siendo llamados del mundo y hacia la Luz bendita del Padre de la Grandeza, no aceptan ninguna forma de mentira como suya.

4 Mis hijos e hijas están en paz con personas de otras creencias y sistemas religiosos, pero siendo hijos e hijas de la Luz, no tocan lo que no es de la Luz.

5 Mientras practican la tolerancia y la bondad hacia otros en el mundo, mis discípulos permanecen puros en la Fe Pura que les ha sido revelada a ellos.

El Libro de la Verdad: Más Sobre las Parábolas – 151:3; En Betsaida-Julias – 157:2.1-2:

3. Más Sobre las Parábolas

151:3.1

Los apóstoles tenían predilección por las parábolas, tanto que toda la noche siguiente fue dedicada a ulteriores conversaciones sobre las parábolas. Jesús inauguró la conferencia de la noche diciendo: «Amados míos, al enseñar debéis siempre saber adaptar vuestra presentación de la verdad a la mente y corazón de los presentes. Cuando os halláis frente a una muchedumbre de intelectos y temperamentos variados, no podéis hablar palabras diferentes para cada tipo de oyente, pero sí podéis contar una historia que trasmita vuestra enseñanza. Cada grupo, aun cada individuo hará así su propia interpretación de vuestra parábola, de acuerdo con sus propias dotes intelectuales y espirituales. Debéis hacer que vuestra luz brille, pero hacedlo con sabiduría y discreción. Ningún hombre, al encender una lámpara, la cubre con una vasija ni la coloca debajo de la cama; pone su lámpara sobre un pedestal, allí donde todos puedan contemplar la luz. Yo os digo que nada se oculta en el reino del cielo que no se manifieste finalmente; tampoco hay secretos que a la larga no se sepan. Finalmente, todas estas cosas serán iluminadas. Pensad no sólo en las multitudes y cómo oirán la verdad; prestad atención también a cómo la oiréis vosotros. Recordad que muchas veces os he dicho: al que tiene, más se le dará, pero al que no tiene, hasta lo poco que cree que tiene se le quitará».

151:3.2

La prolongada conversación sobre las parábolas y las instrucciones ulteriores en cuanto a su interpretación pueden ser resumidas y expresadas en fraseología moderna como sigue:

151:3.3

1. Jesús aconsejó que no se usaran fábulas ni alegorías en la enseñanza de las verdades del evangelio. Sí recomendó el uso libre de las parábolas, especialmente de las parábolas relacionadas con la naturaleza. Destacó el valor de utilizar la analogía existente entre los mundos natural y espiritual, como medio para enseñar la verdad. Frecuentemente aludió a lo natural como «la sombra irreal y huidiza de las realidades del espíritu».

151:3.4

2. Jesús narró tres o cuatro parábolas de las escrituras hebreas, llamando la atención sobre el hecho de que este método de enseñanza no era completamente nuevo. Sin embargo, se transformó casi en un método nuevo de enseñanza en la manera en que lo empleó él desde ese momento en adelante.

151:3.5

3. Al enseñar a los apóstoles el valor de las parábolas, Jesús llamó la atención sobre los siguientes puntos:

151:3.6

La parábola posibilita la llamada simultánea a niveles vastamente diferentes de mente y espíritu. La parábola estimula la imaginación, desafía la discriminación y provoca el pensamiento crítico; promueve la simpatía sin despertar el antagonismo.

151:3.7

La parábola va de las cosas conocidas al discernimiento de lo desconocido. La parábola utiliza lo material y lo natural como medio de introducción de lo espiritual y lo supermaterial.

151:3.8

Las parábolas favorecen la toma de decisiones morales con imparcialidad. La parábola evade gran parte de los prejuicios y coloca una nueva verdad en la mente y lo hace con donaire y hace todo esto casi sin despertar la autodefensa del resentimiento personal.

151:3.9

Rechazar la verdad contenida en una analogía parabólica requiere una acción intelectual consciente que está directamente en contradicción con el propio juicio honesto y decisión justa. La parábola conduce a esforzar el pensamiento por el sentido del oído.

151:3.10

El uso de parábola como medio de enseñanza permite al instructor presentar nuevas y aun sorprendentes verdades evitando al mismo tiempo, en gran parte, toda controversia y enfrentamiento exterior con la tradición y las autoridades establecidas.

151:3.11

La parábola también posee la ventaja de estimular la memoria de la verdad enseñada, cuando los oyentes subsiguientemente encuentran las mismas escenas familiares.

151:3.12

De esta manera intentaba Jesús hacer que sus seguidores conocieran muchas de las razones por las cuales usaba cada vez más las parábolas en su enseñanza pública.

151:3.13

Hacia el final de la lección de la noche Jesús hizo su primer comentario sobre la parábola del sembrador. Dijo que la parábola se refería a dos cosas: Primero, era una revisión de su propio ministerio hasta ese momento y un pronóstico de lo que le ocurriría a él por el resto de su vida en la tierra. En segundo lugar, también era una alusión a lo que los apóstoles y otros mensajeros del reino podían esperar en su ministerio, de generación en generación, a medida que pasaba el tiempo.

151:3.14

Jesús también recurrió al uso de las parábolas como la mejor refutación posible del esfuerzo consciente de los líderes religiosos de Jerusalén por enseñar que la obra de él se llevaba a cabo con la ayuda de los demonios y del príncipe de los diablos. La mención de la naturaleza estaba en contravención con dicha enseñanza, puesto que en esa época el pueblo consideraba que todos los fenómenos naturales eran producto de la acción directa de seres espirituales y fuerzas supernaturales. También había determinado este método de enseñanza porque le permitía proclamar verdades vitales a los que deseaban conocer el mejor camino, ofreciendo al mismo tiempo menos oportunidades para que sus enemigos detectaran material ofensivo y apilaran acusaciones contra él.

151:3.15

Antes de despedir al grupo por la noche, Jesús dijo: «Ahora os diré la última de las parábolas del sembrador. Quiero probaros para saber cómo recibiréis esto: El reino del cielo es también como un hombre que echa buena semilla sobre la tierra; y mientras dormía por la noche y hacía su trabajo durante el día, la semilla brotó y creció, y aunque no sabía cómo eso había ocurrido, la planta dio fruto. Primero hubo una hoja, luego una espiga, finalmente el grano entero en su espiga. Y cuando el grano estuvo maduro, trajo su hoz, y fue el fin de la cosecha. El que tiene oído para oír, que oiga».

151:3.16

Muchas veces reflexionaron los apóstoles sobre estas palabras, pero el Maestro nunca volvió a mencionar esta ampliación de la parábola del sembrador.

2. En Betsaida-Julias

157:2.1

El lunes 8 de agosto, mientras Jesús y los doce apóstoles estaban acampados en el parque de Magadán, cerca de Betsaida-Julias, más de cien creyentes, los evangelistas, el cuerpo de mujeres, y otros interesados en el establecimiento del reino, vinieron de Capernaum para conferenciar. También vinieron muchos de los fariseos, al enterarse que Jesús estaba allí. A estas alturas, algunos de los saduceos se habían unido a los fariseos en sus esfuerzos por atrapar a Jesús. Antes de comenzar una conferencia a puertas cerradas con los creyentes, Jesús celebró una reunión pública en la que estuvieron presentes los fariseos, que provocaron al Maestro y de otras maneras trataron de alborotar la asamblea. Dijo el dirigente de estos alborotadores: «Maestro, nos gustaría que nos divulgues qué será el signo de tu autoridad para enseñar, y luego, cuando éste ocurra, todos los hombres sabrán que has sido enviado por Dios». Y Jesús les respondió: «Cuando cae la noche, vosotros decís que hará buen tiempo, porque el cielo está rojo. Por la mañana hará mal tiempo, porque el cielo está rojo y bajo. Cuando veis una nube que sube al oeste, decís que lloverá; cuando el viento sopla del sur, decís que hará gran calor. ¿Cómo puede ser que sepáis tan bien discernir el rostro del cielo, pero seáis tan totalmente incapaces de discernir los signos de los tiempos? Los que quieren conocer la verdad, ya han recibido un signo; pero ningún signo será otorgado a una generación de gente malévola e hipócrita».

157:2.2

Después de hablar así, Jesús se retiró y se preparó para la conferencia de la noche con sus seguidores. En esta conferencia se decidió emprender una misión unida por todas las ciudades y aldeas de la Decápolis en cuanto Jesús y los doce retornaran de su propuesta visita a Cesarea de Filipo. El Maestro participó en este planeamiento para la misión en la Decápolis y, despidiendo al grupo, dijo: «Yo os digo, cuidaos del fermento de los fariseos y los saduceos. No os engañéis por su exhibición de gran conocimiento y por su profunda lealtad a las formas de la religión. Preocupaos solamente por el espíritu de la verdad viviente y el poder de la religión verdadera. No es el temor de una religión muerta lo que os salvará, sino más bien vuestra fe en una experiencia viviente de las realidades espirituales del reino. No os dejéis enceguecer por el prejuicio ni paralizar por el miedo. Tampoco permitáis que la reverencia por las tradiciones tanto pervierta vuestra comprensión que vuestros ojos no vean y vuestros oídos no oigan. No es propósito de la religión verdadera simplemente traer paz, sino más bien, asegurar el progreso. No puede haber paz en el corazón ni progreso en la mente, a menos que os enamoréis de todo corazón de la verdad, de los ideales de las realidades eternas. Los asuntos de la vida y de la muerte se exponen ante vosotros—los placeres pecaminosos del tiempo contra las realidades justas de la eternidad. Aun ahora, deberíais comenzar a liberaros de la esclavitud del temor y de la duda al entrar a vivir una nueva vida de fe y esperanza. Cuando los sentimientos del servicio para con vuestros semejantes surjan en vuestra alma, no los ahoguéis; cuando las emociones del amor por vuestro prójimo desborden en vuestro corazón, expresad estos impulsos de afecto en un ministerio inteligente de las necesidades auténticas de vuestros semejantes».