Giliana Kudsha
Los Mandamientos no son Demasiado Difíciles
Los mandamientos del Padre no son demasiado difíciles de observar, pero para algunos del Remanente, no son capaces de cumplirlos a la perfección. El Padre es consciente de los que se esfuerzan por la perfección y de los que practican la farsa religiosa. No os encontréis entre estos últimos.
Las leyes universales se han dado como un estándar para la evaluación de la humanidad, pero los mandamientos se han dado como un estándar para la evaluación del Remanente.
Mis amados hermanos y hermanas, no lloréis porque no podéis cumplir todos los mandamientos del Padre. Mi Padre que está en los cielos conoce vuestro corazón y sabe cuáles son vuestras capacidades. Haced todo lo posible por cumplir todo lo que podáis, y Él os evaluará según Su conocimiento, y no según vuestra debilidad.
Estad en paz y sabed que el Padre ama a cada uno de vosotros. Él os conoce individualmente y el juicio se hace conforme a Su propia sabiduría.
Enseñanzas de la Luz Capítulo 97:
La Asistencia
1 Cuando surgen dificultades en la familia o en las congregaciones de nuestro pueblo bendito, siempre es importante contar con la ayuda de hermanos sabios y maduros.
2 Su Divina Presencia Mir Izgadda ha puesto a vuestro alcance hermanos y hermanas que pueden echaros una mano con sabios consejos en cualquier situación difícil y, si es posible, vuestra solicitud de dicha ayuda nunca debe demorarse.
3 No os avergoncéis de pedir ayuda y consejo a vuestros hermanos y hermanas.
4 Todos los hermanos y hermanas son responsables los unos de los otros de muy diversas maneras.
5 Mir Izgadda ha dejado esto claro en todas sus enseñanzas dadas a la humanidad a lo largo de los siglos.
6 Los Pactarios maduros sienten la responsabilidad de ayudar a sus hermanos y hermanas en las diversas situaciones con las que puedan estar lidiando.
7 La compasión amorosa está profundamente arraigada en cada uno de nosotros que tomamos en serio la Religión de la Luz.
8 Este es simplemente un aspecto de vivir la Enseñanza Pura todos los días.
9 Cuando uno de nuestros hermanos o hermanas sufre, nosotros sufrimos. Cuando tienen necesidades espirituales o económicas, queremos ayudarlos lo mejor que podamos.
10 Existe una relación simbiótica espiritual, y esto va más allá de lo físico y también se relaciona con nuestras emociones y pensamientos sobre nuestros hermanos y hermanas espirituales en general.
11 Si eres tú quien ofrece ayuda o consejo, es muy importante que nunca hagas suposiciones sobre tu hermano o hermana que lo necesita o sobre situaciones en las que tienes información limitada.
12 Se nos enseña la importancia de practicar siempre la tolerancia, la compasión y la comprensión en cada situación con la que nos topamos y debemos hacer esto sin prejuzgar al individuo.
13 Siempre trata de aprender lo más posible sobre los problemas con los que está lidiando tu hermano o hermana.
14 Muestra verdadera compasión. Escucha atentamente lo que tu hermano o hermana tiene que decir.
15 Intenta ponerte en su lugar y pregúntate cómo afrontarías personalmente la situación si estuvieras del otro lado.
16 Junto con la compasión amorosa y un oído atento, no podemos olvidar la importancia de la oración.
17 Orad juntos sobre el tema, y recuérdale a la persona a la que estás ayudando la importancia de la oración. Mir Izgadda nos ha dicho que cuando queramos hablar con él, lo único que tenemos que hacer es hablar.
18 Él nos guiará en la situación brindándonos ayuda a través de los seres celestiales.
19 Amad a vuestros hermanos y hermanas; no los juzguéis.
20 Tratad siempre de poneros en su situación, y echadles una mano amorosa.
El Libro de la Verdad, Una Semana de Descanso – 154:2.1-5, El Honesto Natanael – 139:6:
2. Una Semana de Descanso
154:2.1
El domingo 8 de mayo del año 29 d. de J.C., en Jerusalén, el sanedrín aprobó un decreto que cerraba todas las sinagogas de Israel a Jesús y a sus seguidores. Ésta fue una nueva usurpación de autoridad sin precedentes por parte del sanedrín de Jerusalén. Hasta ese momento cada sinagoga existía y funcionaba como una congregación independiente de creyentes, bajo el mando y dirección de su propio consejo de rectores. Sólo las sinagogas de Jerusalén se habían sometido a la autoridad del sanedrín. Esta sumaria acción del sanedrín motivó la renuncia de cinco de sus miembros. Se despacharon inmediatamente cien mensajeros para trasmitir y hacer cumplir este decreto. En el corto espacio de dos semanas, todas las sinagogas de Israel se plegaron a este manifiesto del sanedrín, a excepción de la de Hebrón. Los rectores de la sinagoga de Hebrón se negaron a reconocer la jurisdicción del sanedrín sobre su consejo directivo. Esta negación a someterse al decreto de Jerusalén se basaba en el punto de vista de la autonomía de la congregación más que en una simpatía por la causa de Jesús. Poco tiempo después, la sinagoga de Hebrón fue destruida por un incendio.
154:2.2
Este mismo domingo por la mañana, Jesús decretó una semana de vacaciones, urgiendo a todos sus discípulos que retornaran a sus hogares o fueran a visitar a sus amigos para descansar sus almas atribuladas y decir palabras de aliento a sus seres queridos. Dijo: «Iros a casa para buscar esparcimiento o pescar, mientras oráis por la expansión del reino».
154:2.3
Esta semana de descanso permitió a Jesús visitar a muchas familias y grupos junto al mar. También fue a pescar con David Zebedeo en varias ocasiones, y aunque permaneció a solas buena parte del tiempo, dos o tres de los más fieles mensajeros de David Zebedeo le vigilaron constantemente, velando por la seguridad de Jesús de acuerdo con las órdenes precisas de su jefe. No hubo enseñanza pública de ningún tipo durante esta semana de descanso.
154:2.4
Fue ésta la semana en la que Natanael y Santiago Zebedeo sufrieron una enfermedad bastante grave. Durante tres días y tres noches estuvieron agudamente afligidos por un doloroso disturbio digestivo. Durante la tercera noche, Jesús envió a Salomé, la madre de Santiago, a que descansara, mientras él ministraba a sus apóstoles dolientes. Por supuesto, Jesús podría haber curado instantáneamente a estos dos hombres, pero no era éste el método de elección del Hijo ni del Padre para tratar estas dificultades y aflicciones comunes de los hijos del hombre en los mundos evolucionarios del tiempo y del espacio. Jesús no recurrió ni siquiera una vez, a lo largo de su pletórica vida en la carne, a ministraciones sobrenaturales para con los miembros de su familia terrestre o para beneficio de uno de sus seguidores inmediatos.
154:2.5
Es necesario enfrentar las dificultades del universo y aprender a salvar los obstáculos planetarios como parte del entrenamiento por medio de la experiencia, provista para el crecimiento y desarrollo, el perfeccionamiento progresivo, del alma evolutiva de las criaturas mortales. La espiritualización del alma humana requiere una experiencia íntima del proceso educacional que significa resolver una amplia gama de problemas universales reales. La naturaleza animal y las formas más bajas de las criaturas volitivas no progresan favorablemente en un ambiente fácil. Las situaciones problemáticas, combinadas con los estímulos del esfuerzo, conspiran para producir esas actividades de la mente, el alma y el espíritu que contribuyen poderosamente al logro de objetivos valioso.
6. El Honesto Natanael
139:6.1
Natanael, el sexto y último de los apóstoles escogidos por el Maestro mismo, fue llevado a Jesús por su amigo Felipe. Estuvo asociado en varias empresas de negocios con Felipe y, con él, se dirigía a ver a Juan el Bautista cuando se encontraron con Jesús.
139:6.2
Cuando Natanael se unió a los apóstoles tenía veinticinco años y era el segundo más joven del grupo. Era el menor de una familia de siete, era soltero y el único sostén de padres ancianos y enfermos con quienes vivía en Caná; sus hermanos y su hermana estaban casados o habían fallecido, y ninguno vivía allí. Natanael y Judas Iscariote eran los más instruídos entre los doce. Natanael había pensado en hacerse mercader.
139:6.3
Jesús no le puso un sobrenombre a Natanael, pero los doce no tardaron en hablar de él en términos que significaban honestidad, sinceridad. Actuaba «sin engaño». Y ésta era su gran virtud; era honesto y sincero. La debilidad de su carácter era el orgullo; estaba muy orgulloso de su familia, su ciudad, su reputación y su país, todo lo cual es encomiable si no se lleva a extremos. Pero Natanael tenía la tendencia a llegar a extremos con sus prejuicios personales. Tendía a prejuzgar a los individuos de acuerdo con sus opiniones personales. No titubeaba en preguntar, aun antes de conocer a Jesús: «¿Puede venir algo bueno de Nazaret?» Pero Natanael no era obstinado, aunque sí era orgulloso. No vaciló en cambiar de opinión cuando contempló el rostro de Jesús.
139:6.4
En muchos aspectos Natanael era el genio excéntrico de los doce. Era el filósofo apostólico y el soñador, pero era un tipo muy práctico de soñador. Alternaba entre períodos de filosofía profunda y manifestaciones de un sentido del humor original y poco común; con el estado de ánimo apropiado, era probablemente, el mejor narrador de historias entre los doce. Jesús disfrutaba enormemente escuchando a Natanael conversar de cosas tanto serias como frívolas. Natanael progresivamente fue tomando más seriamente a Jesús y el reino, pero nunca se tomó a sí mismo demasiado en serio.
139:6.5
Todos los apóstoles amaban y respetaban a Natanael, y él se llevaba muy bien con todos ellos, excepto con Judas Iscariote. Judas no creía que Natanael se tomaba su apostolado suficientemente en serio y una vez tuvo la temeridad de ir secretamente a Jesús y quejarse en contra de él. Jesús le dijo: «Judas, vigila cuidadosamente tus pasos; no exageres tu cargo. ¿Quién entre nosotros puede juzgar a su hermano? No es la voluntad del Padre que sus hijos deban participar solamente de las cosas serias de la vida. Déjame repetirte: he venido para que mis hermanos en la carne puedan tener más gozo, alegría y abundancia de vida. Vete pues, Judas, y haz bien lo que se te ha encomendado, pero deja que Natanael, tu hermano, le rinda cuenta de sí mismo a Dios». El recuerdo de este episodio, juntamente con el de otras experiencias similares, vivió por mucho tiempo en el corazón iluso de Judas Iscariote.
139:6.6
Muchas veces, cuando Jesús se iba a la montaña con Pedro, Santiago y Juan, y había tensión y confusión entre los apóstoles, e incluso Andrés no sabía qué decir a sus desconsolados hermanos, Natanael aliviaba la tensión con una pizca de filosofía o un granito de humor; de buen humor, también.
139:6.7
El deber de Natanael era velar sobre el bienestar de las familias de los doce. Frecuentemente estaba ausente de los concilios apostólicos, porque en cuanto se enteraba de una enfermedad o de algún acontecimiento fuera de lo común que afectaba a una de las personas a su cargo, no perdía tiempo en llegar a esa casa. Los doce estaban tranquilos, porque sabían que, en manos de Natanael, el bienestar de sus familias estaba a salvo.
139:6.8
Natanael reverenciaba a Jesús particularmente por su tolerancia. No se cansaba de contemplar la tolerancia y la compasiva generosidad del Hijo del Hombre.
139:6.9
El padre de Natanael (Bartolomé) murió poco después de Pentecostés, después de lo cual este apóstol viajó a Mesopotamia y a la India, proclamando la buena nueva del reino y bautizando a los creyentes. Sus hermanos apóstoles nunca supieron lo que fue del otrora filósofo, poeta y humorista. Pero él también fue un gran hombre en el reino e hizo mucho por divulgar las enseñanzas de su Maestro, aun cuando no participó en la organización de la subsecuente iglesia cristiana. Natanael murió en la India.