(Lee el Salmo 92)
Nuestro Padre, en este sábado santo, nos postramos ante ti con corazones agradecidos. Te damos gracias por este día de reposo, un regalo divino para renovar nuestro espíritu y fortalecer nuestra fe.
Celebramos la unidad entre hermanos y hermanas en el pacto unido, una comunidad unida por tu amor y tu verdad, donde encontramos consuelo y fortaleza.
Te agradecemos por cada hermano y hermana que camina a nuestro lado, por su apoyo, su aliento y su amor que nos ayudan a seguir adelante.
Bendice este día, oh Señor, y fortalece nuestra comunión, que podamos crecer juntos en amor y en servicio a tu nombre.
Que cada momento de este sábado sea una oportunidad para honrarte y adorarte, y que nuestra unidad sea un reflejo de tu gloria en el mundo.
Que MarYah guíe nuestro corazón, nuestra mente, nuestros pies y nuestras manos con Su palabra. Amén.